La iglesia de Iria recupera el peto de ánimas bien restaurado.
La mejora de la talla se hizo en base a las directrices de Patrimonio
El peto de ánimas de Iria está de vuelta en la parroquia de Padrón tras su restauración por una especialista en un taller de Silleda. La talla está expuesta en la iglesia de Santa María y permanecerá allí un mes, aproximadamente, para que los vecinos puedan ver el cambio que sufrió con la rehabilitación realizada bajo las directrices marcadas por la Dirección Xeral de Patrimonio, después de que este organismo abriera un expediente sancionador a raíz de que una denuncia alertara del mal estado en el que quedara la obra tras la restauración por parte de un particular.
Ahora, la recuperación de la pieza corrió a cargo de la especialista Carlota López Brea, que tiene el taller en Bandeira, en el municipio de Silleda. La restauración, bajo los parámetros marcados por Patrimonio, tal y como explica el cura párroco de Iria, Roberto Martínez, consistió en la eliminación de las distintas capas de pintura dadas «sin ton ni son» por el particular y en la fijación del color original, allí donde fue posible llegar a la pintura primitiva.
El resultado es una talla totalmente distinta a aquel cromo azul y naranja de modo que ahora el color tiene menos presencia y la madera original más. La talla volverá en semanas a su lugar original de exposición, la capilla que está en el recinto del cementerio de Adina, donde ahora se expone una fotografía del peto de ánimas. Este representa la figura de San Francisco de Asís, rescatando las ánimas del purgatorio, una pieza que procede de un antiguo retablo gótico de la antigua colegiata de Iria-Flavia, lo que habla de su antigüedad.
La restauración profesional tuvo un coste de 2.000 euros y fue abonada con fondos parroquiales. Al estar realizada según las indicaciones de Patrimonio, este organismo de la Xunta suspendió el expediente abierto y, con ello, la imposición de cualquier tipo de sanción.
La restauración por parte del particular se hizo, en su momento, sin ningún tipo de permiso cuando el encargado de la parroquia de Iria-Flavia era el cura Anacleto Domínguez. El resultado de esa restauración por una persona no experta escandalizó a más de un feligrés de Iria, que no dudó en acudir a Patrimonio para denunciar el estado en el que quedó la talla. La denuncia motivó una visita a Iria de la Policía Autonómica aunque, finalmente, el expediente se cerró al restaurar la pieza en base a su estado original.
La Voz de Galicia
0 comentarios