A vueltas con el Paseo del Espolón.
El pasado mes de abril se conmemoró el cincuenta y cinco aniversario de la inauguración de un monumento a la poetisa Rosalía de Castro sufragado por la colectividad padronesa en Uruguay. Un año después, en 1958, Galicia toda consagraba en el mismo lugar al egregio Ramón Cabanillas como Poeta da Raza.
Ambas celebraciones, felizmente recordadas este año, se traen aquí a colación como dos claros ejemplos de la relevancia que para la villa de Padrón tuvo en el pasado y mantiene en el presente su paseo del Espolón, engrandecido aún más ahora con la efigie del Nóbel Camilo José Cela.
Lugar de concentración de ciento y un actos de afirmación de lo gallego, incluso en los tiempos de la ??longa noite de pedra??, «esbelta imagen de plátanos abovedados» como le canta Fernando Castaño, el Espolón está tan identificado con la villa que le acoge, que no hay visitante que no relacione ambos y, con ellos, la gloriosa historia local.
Ahora, una tan precipitada como mal gestionada actuación municipal no hace sino añadir error sobre error a un paseo que bien merece, por historia, belleza, armonía y simbología mejor suerte que la que le depara un equipo de gobierno instalado en la chapuza. Lo demanda toda Galicia.
Por Juan Salgado. El Correo Gallego
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