Usuarios del tren denuncian que incluso personas de edad avanzada viajan de pie.

Publicado por Redacción en

Usuarios del corredor ferroviario entre Vigo, Pontevedra, Vilagarcía, Santiago y A Coruña mostraron ayer su malestar por el elevado nivel de saturación de algunos de los trenes que circulan entre estas ciudades los domingos por la tarde. Concretamente, muestran su enfado por el elevado número de pasajeros que tienen que viajar de pie en los convoyes que circulan entre la franja horaria de las siete y las nueve de la tarde.

El último episodio que ha acabado con su paciencia ocurrió este pasado domingo. Usuarios del tren que llega a Vilagarcía y parte hacia Pontevedra en torno a las ocho y media de la tarde aseguraron que el convoy llegó a la capital arousana prácticamente lleno y que cuando partió hacia Pontevedra lo hizo con los pasillos atestados de gente de pie con sus respectivas maletas y casi sin espacio para poder moverse. Tanto es así que estos usuarios explicaron que para que unas personas de avanzada edad pudieran apearse en la ciudad del Lérez fue necesario que un gran número de pasajeros tuvieran que bajar y ayudar a estas dos personas a llegar al andén desde el vagón.

Los usuarios están molestos por la incomodidad que supone viajar en estas condiciones pero especialmente por los problemas de seguridad que supuestamente se plantean con tantos pasajeros de pie en el vagón, dado que esto aumenta el riesgo de lesiones en el caso de que se produzca un percance, por pequeño que sea.

De hecho, apeló a estas personas de avanzada edad que tuvieron que circular de pie en este viaje, con el riesgo que supone para ellos cualquier accidente o un mero frenazo. Explican que en algunos tramos se alcanzan los 167 kilómetros por hora. «Tenemos que esperar a que un día ocurra algo grave para tomar medidas», lamentan, y recuerdan que todavía está en el recuerdo la tragedia de Angrois.

Según explican, la sobresaturación de estos trenes provoca que «a los revisores no se les vea ni el pelo», debido a la imposibilidad de recorrer el tren de una punta a otra por la presencia de equipaje y viajeros en los pasillos. Esto también conlleva la aparición de la picaresca y de que los trenes se saturen todavía más al utilizarlos con mayor frecuencia personas que no retiran sus billetes conocedores de que la posibilidad de que aparezca el revisor es menor que en otros horarios. Una situación que ya denunció en su día el sindicato CGT e incluso cifró el perjuicio que esta situación causa a la empresa ferroviaria en unos 10.000 euros mensuales.

Estos usuarios aseguran que llevan ya unos dos años presentando de forma reiteradas reclamaciones ante Renfe denunciando estos hechos. En una ocasión obtuvieron como respuesta la ampliación del número de plazas «enganchando» otro tren al que ya viajaba completamente atestado. Sin embargo, con el comienzo del año este segundo tren ha vuelto a desaparecer. Desde Renfe aseguraron ayer que iban a revisar las reclamaciones recibidas aunque señalan que, en todo caso, se trata de situación puntuales con algún tren para el que la demanda de usuarios es mucho mayor que la habitual.

Faro de Vigo


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