La muerte de un párroco de Valga agudiza el problema de la falta de sacerdotes.

Publicado por Redacción en

José Manuel Piñeiro Arca fue, durante más de veinte años, el cura párroco de San Miguel de Valga y de Santa María de Xanza. El sacerdote falleció el miércoles, tras una penosa enfermedad que lo había apartado, hace ya unos cuantos meses, de la actividad pastoral. Desde entonces, la atención a los fieles quedó en manos del párroco de Pontecesures que, de momento, continuará encargándose de tal menester. Aún así, entre los fieles ha surgido la preocupación ante lo que les depara el futuro. Habida cuenta de que en otros puntos de la orilla sur de la ría de Arousa no se han sustituido a aquellos sacerdotes que por una u otra razón han abandonado sus parroquias, hay quien se pregunta si en el caso de San Miguel y Santa María habrá relevo, o si estas parroquias pasarán a engrosar la lista de lugares que atender por los curas que ya trabajan en el entorno y que, en la mayor parte de los casos, cuentan ya bastantes años.

El Arzobispado de Santiago señaló ayer que aún no está tomada ninguna decisión sobre quién atenderá las parroquias que hasta ahora dependían de José Manuel Piñeiro. En todo caso, aseguran que «la atención pastoral a los fieles está garantizada».

Entierro en Cuntis

José Manuel Piñeiro Arca, el sacerdote fallecido, fue enterrado ayer tarde en su localidad natal, Cuntis, después de que se celebrasen los oficios religiosos en San Miguel de Valga. En la iglesia de esta parroquia había tenido lugar, también, el velatorio del sacerdote, de 74 años de edad. Un hombre que hasta el año pasado se encargaba, también, de atender a la parroquia de Setecoros.

La Voz de Galicia


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