Padrón revive su época dorada con el vuelo del águila de Harris.
Blasones, banderines, telas de colores, olor a alpacas se entremezclarán estos días en las calles del casco histórico de Padrón con decenas de potingues y remedios caseros, hierbas para el mal de amores, el reuma o las digestiones pesadas, viandas elaboradas de distintas maneras, talleres de oficios artesanos, música de trobadores y aves rapaces. Con el vuelo de un águila de Harris, símbolo y emblema del Medievo, la capital del Sar daba el pistoletazo de salida. El ave entregaba al regidor, Antonio Fernández Angueira, el pergamino con el texto del pregón inaugural.
El mandatario loó las excelencias de la villa en su etapa dorada. Así, recordó que de Padrón, la muy noble y leal villa, partieron las primeras galeras de la Marina española «pola importancia do noso porto dende tempos romanos», señaló. No faltó en su discurso una reivindicación clara: la importancia de Padrón en el hecho jacobeo.
El Correo Gallego
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