Cortizo diversifica su negocio y entra en el PVC tras invertir 12 millones.

Publicado por Redacción en

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La factoría comenzó a funcionar en julio y se asienta en una de las antiguas naves de la curtiduría Picusa.

Cortizo ha conseguido hacerse con un hueco muy relevante en el negocio internacional del aluminio tras 40 años de actividad. Y ahora quiere hacer lo mismo en otro segmento en el que es todo un novato, y que no se había planteado hasta la fecha: el PVC, el policloruro de vinilo. Es un nuevo material con el que trabajar «y en el que usaremos toda la experiencia que tenemos en lo que sabemos, el aluminio», dice David Baños, el director de esta nueva división. El grupo de José Manuel Cortizo ha invertido 12 millones de euros, y más de un año, en esta apuesta, con una nueva planta en Padrón, en la que ya están trabajando algo más de 40 empleados, algunos de ellos especialistas llegados de la competencia. Porque este es un negocio hasta ahora en manos de productores del centro de Europa. La de Cortizo es la primera factoría con capital exclusivamente español. El PVC, que se fabricará para puertas y ventanas, no viene a sustituir al aluminio. Viene a completar. Según las perspectivas que maneja la empresa, a corto plazo supondrá un 5 % del negocio de todo el grupo. De acuerdo con sus últimos datos, la sociedad factura algo más de 284 millones de euros, con más de 1.700 empleados. Y junto a los ocho centros de producción de aluminio (seis en España, uno en Polonia y otro en Eslovaquia), tiene un potencial que los directivos han visto clave para esta nueva área: 28 centros de distribución y logística. «Aprovechar esa sinergia para poder enviar aluminio y PVC a la vez es clave, y eso solo lo podemos hacer nosotros», apostilla Baños. Esos centros están por casi toda Europa, junto a una extensa red de delegaciones y una flota larga de camiones. Es uno de los casos más claros de internacionalización de una empresa gallega: su primer cliente es Alemania, seguido de Francia. Detrás, España.

La Voz de Galicia

Con el PVC Cortizo acaba de empezar, y es totalmente desconocido en el mercado frente a competidores que llevan años. Con todo, dicen que hay un centenar de clientes que ya se han interesado por el producto. Se vende al por mayor y se fabrica en una nave de 9.000 metros cuadrados. En ese espacio se reparten 10 líneas de trabajo de las que salen los perfiles de PVC. Cuando esté plenamente operativa (aún faltan algunas de esas líneas por montar), producirá unos 3.000 kilos cada hora. Luego se le pueden dar diferentes acabados en función de su finalidad.

A la complejidad técnica de montar desde cero un tipo de planta de la que hay pocas referencias en España -y todas en manos foráneas- se suman los estándares de calidad que se exigen para que el PVC pueda ser vendido en el centro de Europa, el principal destino. Por ello, la firma ha decidido implantar el estándar que se requiere para soportar los cambios de temperatura más bruscos y la mayor exposición a horas de sol.

Almacenes inteligentes

El grupo con sede en Padrón -donde empezó a operar hace 42 años- está ahora en otro proceso que completa esta nueva línea de negocio y refuerza la tradicional: dos almacenes inteligentes, sin operarios dentro, que le permiten guardar perfiles de estos dos tipos para darles salida de forma inmediata, clave para competir.

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