El Pontecesures busca 15.000 euros para no morir de sano crecimiento.
El Náutico hace un llamamiento para cubrir las necesidades básicas de un club con más de 200 licencias, mientras apunta a otra temporada de dominio en el piragüismo base gallego ganando la primera prueba infantil.
El Náutico Pontecesures arrancaba el domingo la Liga Galega de Infantís como terminó su edición anterior. Imponiéndose en la clasificación masculina, en la que partía como defensor del título autonómico, con casi 700 puntos de ventaja sobre el segundo clasificado, el Ciudad de Pontevedra: 3.757 frente a 2.979. Y acabando segundo en el cuadro femenino -en el 2015 finalizó la temporada subcampeón- con 2.064 puntos, muy cerca del ganador Ciudad de Pontevedra, con 2.088, y el As Torres-Romaría Vikinga tercero en discordia a unos ya muy lejanos 1.333.
De regreso del embalse de Pontillón do Castro el club cesureño sufría un gravoso percance, al caérsele un K-1 de su convoy, destrozado sobre el asfalto en lo que supone un quebranto de unos 1.000 euros para las maltrechas arcas de la entidad. Su presidente, Ángel Barreiro, lanzaba ayer una petición de ayuda a quien quiera oírlo, ya sea desde las instituciones públicas o desde la empresa privada más allá de los muchos pequeños negocios locales que colaboran con el club con las pequeñas aportaciones que están en sus manos. «Hai pouco estropeóusenos un motor da lancha de adestramentos. Movémonos con furgonetas de dez anos, porque non temos sequera os 8.000 euros que nos tocaría poñer para poder acceder á liña de axuda para a compra de vehículos da Deputación. E estamos aproveitando barcos de hai 30 anos do antigo Universitario de Santiago, o que supón competir con entre 3 e 4 quilos máis respecto aos modelos modernos». Un estado de cosas convertido en el pan nuestro de cada día, que no impidió al Náutico Pontecesures los éxitos apuntados en categoría infantil a nivel autonómico antes apuntados, ni generar en su cantera las figuras de dos de las kayakistas con mayor futuro en el panorama español, y con alta probabilidad, internacional, las vigentes subcampeonas de Europa Júnior de K-2 1.000 Camila Aldana Morison y Raquel Dacosta. Un trabajo que ha reunido en la entidad del Baixo Ulla a una de las dos canteras más extensas del piragüismo gallego, con más de 200 licencias federativas la pasada temporada.
Y todo ello, «cunhas condición económicas de supervivencia», manejando un presupuesto anual de unos 40.000 euros cuando «necesitariamos uns 15.000 euros máis para funcionar minimamente», dice el presidente del Náutico Pontecesures. Barreiro considera «irrisorias» las ayudas recibidas de las administraciones públicas, y exclama que «é preciso que dunha vez se apoie economicamente a este club, para dignificar o enorme traballo que fai cada día con medios moi precarios».
La Voz de Galicia
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