Pontecesures reivindica a Borobó como «soldado da cultura galega».
Los peregrinos fueron el único público que asistió al homenaje que le brindó el Concello en el 15 aniversario de su muerte.
El quince aniversario de su muerte es un momento tan bueno como otro cualquiera para reivindicar la figura de Raimundo García Domínguez Borobó, y ayer así lo hicieron en Pontecesures. Este «soldado da vangarda da cultura e das letras de Galicia», según la definición empleada por Armando Requeixo, sigue siendo un desconocido entre el gran público, y en el Concello que le vio nacer, Cesures como le gustaba decir a él, no se resignan a que su legado literario caiga en el olvido.
Por eso ayer el alcalde José Manuel Vidal Seage y concejales del gobierno y de la oposición acudieron al cementerio de San Xulián, donde está enterrado Borobó, para dejarle un ramo de flores y glosar su figura. Allí estuvieron también el secretario xeral de Política Lingüística, Valentín García, y el mencionado investigador y crítico literario Armando Requeixo. El único público fueron los peregrinos, que pasaron a docenas en su recorrido por el Camino Portugués durante los quince minutos que duró el acto.
Es evidente que el nombre de Borobó no tiene el tirón de otros intelectuales de su época como Castelao, Otero Pedrayo, Risco o Cuevillas, pero fue gracias a él y a su suplementos y revistas literarias que estos escritores encontraron un vehículo donde expresarse en su idioma. «O fenómeno Borobó é insólito, porque atopou a maneira de poder publicar en galego durante a ditadura», según apuntó Valentín García.
Por eso los poderes públicos consideran importante reivindicar al escritor y maestro de periodistas. «Oxalá veñan estudos sobre a súa obra, se publique e reediten os seus escritos e se exhumen os seus textos inéditos», abundó Armando Requeixo.
El sencillo homenaje se cerró, como no podía ser de otra manera, con las palabras del propio Borobó; con el «chove miudiño» de las tierras del Ulla que narra en O Cesures de Don Víctor, y esa saudade que tan bien supo plasmar con su pluma.
El cruceiro de San Xulián luce su mejor cara para la ocasión
El homenaje a Borobó se celebró ayer al pie del cruceiro de San Xulián de Requeixo, a pocos metros de su iglesia y el camposanto que acoge sus restos. Se trata de un meritorio elemento del patrimonio histórico gallego que acaba de ser objeto de mejoras dentro de un plan de conservación y limpieza de los cruceiros del municipio. Se actuó en cinco, de los cuales tres gozan de la máxima protección ya que superan los cien años de antigüedad: San Lázaro, la cruz del Pilar y el cruceiro de Carreiras. Estos trabajos se financiaron con una subvención de la Diputación de diez mil euros.
La Voz de Galicia
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