El asalto a la rectoral de Cruces-Padrón sigue impune.
Cuatro años después, no hay detenidos por entrar en la casa, matar a la asistenta y herir al cura.
Cuatro años se cumplen del violento asalto a la casa rectoral de la parroquia de Cruces, en el municipio de Padrón, en el que mataron a la asistenta del cura y dejaron herido a este. Desde la Policía Judicial de la Guardia Civil aseguran que la «investigación continúa abierta» para dar con los autores del asalto, una vez que las dos personas investigadas en su día quedaron libres de cargos en diciembre del 2015, momento en el que el Juzgado de Padrón decretó el sobreseimiento provisional y el archivo de las actuaciones iniciadas.
Desde la Guardia Civil explican que, teniendo en cuenta la gravedad del delito, la investigación le corresponde al Grupo de Personas de la Unidad Orgánica de Policía Judicial, que está compuesto por personal especializado y experimentado en este tipo de hechos. De este modo, aseguran que, independientemente del estado en que se encuentre el caso en la vía judicial, «se continúa investigando, así como sucede con otros hechos de igual relevancia que todavía no se han podido esclarecer».
Las fuentes policiales precisan que, en este caso, no se ha producido ninguna circunstancia en particular que haya impedido el esclarecimiento de los hechos y que «se ha realizado una investigación con meticulosidad, de la misma manera que en otros muchos casos, si bien hasta la fecha no se ha podido obtener el resultado esperado». Pese a ello, inciden en que, policialmente, el caso continúa abierto y que «no se pierde la esperanza de conseguir identificar a los autores».
Así lo esperan también vecinos de la parroquia de Cruces, que confían en que la Guardia Civil no deje de lado este caso, que conmocionó a esta zona de Padrón pero también a toda la comarca, a causa de la violencia del asalto. «Pasa o tempo, pero pasa de balde», asegura una vecina del núcleo de A Escravitude, en alusión a que no se da con los autores del asalto, en el que tres individuos, uno de ellos encapuchado y armado, entraron en la noche del 14 de septiembre del 2014 a robar en la rectoral, en la que pegaron, ataron y amordazaron al párroco Ramón Barral y a su asistenta María Soto, aunque esta logró soltarse y gritar, lo que provocó que le apretara más la mordaza y la asfixiaran.
«O normal é que non pechen o caso, sempre pode aparecer algo que leve a policía a dar cos autores», asegura la vecina que, no obstante, es consciente de que «non será fácil despois de tanto tempo». La Guardia Civil detuvo en su día a dos personas relacionadas con el caso, pero el Juzgado de Padrón las dejó libres de cargos al considerar que «no existen motivos suficientes para atribuir» los hechos investigados a «persona alguna determinada».
Desde el asalto, la casa rectoral permanece cerrada. El sacerdote Ramón Barral está ingresado en la actualidad en una residencia en Santiago y María Soto fue recordada ayer en una misa que se celebró en su concello natal de Vila de Cruces.
La Voz de Galicia
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