Padrón tiene la primera colonia de gatos a iniciativa particular.
Detrás de la primera colonia de gatos que existe en Padrón están Adina y Martín, una pareja que transmite amor y sensibilidad por los animales y por el medio ambiente, pero también muchas ganas de «ayudar» y de «hacer algo bueno» con el tiempo libre del que disponen. Hija de padroneses aunque nacida en Barcelona, Adina García Beiró, de 41 años, se mudó en el mes de mayo a Padrón con su pareja, Martín Gímenez Noble, para, poco después, crear lo que ya es una colonia de gatos, cuya ubicación prefieren no desvelar.
La pareja, que regenta la empresa 123 Flash Fotomatón, tiene un perro que saca a pasear todos los días. Fue así como vieron «la mala situación en la que estaban los gatos», y no lo dudaron. Empezaron a hablar con los vecinos de la zona en la que se halla la colonia y lo primero que le dijeron fue que eran «gatos de la calle», una frase que escucharían en más ocasiones. También tuvieron que oír más de una vez «¿para qué perderán su tiempo así?» o «no tienen otra cosa que hacer». Pero no se echaron para atrás. Prepararon un proyecto con la actuación prevista, que entregaron al Concello de Padrón, y buscaron un lugar en el que asentar la colonia. Esto fue, quizás, lo más fácil, ya que un vecino les cedió una finca para su uso, con recinto cubierto, en la que el titular también tiene patos y gallinas.
Cuando comenzaron en junio, había 20 gatos y ahora queda la mitad. Cuatro de ellos fueron adoptados -alguno a través de la protectora Callejeros Barbanza- lo que, para Adina y Martín, es lo ideal. En el recinto de la colonia, los felinos tienen camas que les preparó la pareja con material reciclado que les facilitó Pardal Agroveterinaria de Pontecesures, además de pequeños juguetes. El recinto ya es una «zona segura que los vecinos conocen y respetan, y de eso se trata», resalta Adina. Van a diario hasta el lugar para alimentar a los gatos, con comida que ellos mismos costean, aunque esperan que el Concello se involucre en la iniciativa y asuma gastos veterinarios. En este sentido, cuentan que el Centro Veterinario Padrón también les ha ofrecido asistencia, así como la clínica de Ramiro Tubío.
«Nosotros queremos el bien de los animales y no cuesta tanto; hay que buscar un equilibrio entre todos para que estén atendidos», explica Adina, que añade que «no te dan gran faena».
Además, defienden la esterilización porque, según calculan, de una gata pueden descender hasta 144 ejemplares en un año, teniendo en cuenta que la madre tiene 12 crías y cada una de ellas otras tantas. Tienen claro que son animales callejeros, ejemplares que proceden de gatos domésticos sin castrar y de abandonos. «No somos unos locos de los gatos», insisten, pero defienden el bienestar animal y les parece que es una buen modo de invertir el tiempo libre. También creen que en Padrón hay más vecinos que se animarían a ceder espacios para una colonia de gatos.
La Voz de Galicia
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