Pontecesures reinventa su lamprea.
Por primera vez, la clásica degustación de la reina del Ulla se desarrolló en el interior de cafeterías y taperías.
A la lamprea se la ama y se la devora, o se la odia y se la ignora. No hay termino medio ni medias tintas. Quienes disfrutamos con su sabor profundo a río, a invierno que se abre a la primavera y a hojarasca, tenemos en Pontecesures un lugar fijo de peregrinación cada año. En esta ocasión, y de la mano del alcalde, José Manuel Vidal Seage y de su equipo, la fiesta renunció ayer a la tradicional carpa para guarecerse en las cocinas y comedores de nueve establecimientos de hostelería. Coincidiendo, además, con el gran hallazgo gastronómico de las últimas ediciones: la ruta de pinchos Tapealamprea.
La Voz de Galicia
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