Ahogado en Pontecesures en 2006.
En enero del 2006, Guillermo Belloz, un hombre de 37 años que vivía en la localidad murciana de Cieza y estaba pasando unos días en Santiago con unos amigos, se encontraba en Pontecesures, cuya noche del sábado funcionaba entonces como una moto. Fue visto por última vez a las cinco de la mañana, saliendo de un pub. Según sus amigos se hallaba en un estado de euforia total. Una pareja, que permanecía en el interior de un automóvil, vio cómo el individuo se arrojaba al Ulla. Acudieron corriendo a la orilla y le preguntaron a gritos si necesitaba ayuda. Por toda respuesta Guillermo proclamó: «Yo controlo». Un piragüista encontró su cadáver, hundido a dos metros de profundidad, a la mañana siguiente. Otra imprudencia letal.
La Voz de Galicia
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