Pontecesures celebra sus cien años: recuerdos compartidos, una muiñeira renacida y un futuro por conquistar.

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El municipio del Ullán convirtió el pleno extraordinario convocado por esta efeméride en un ejercicio colectivo de memoria y en un homenaje a quienes decidieron que la localidad construyese «o seu propio destino»

El 9 de octubre de 1925 se constituía formalmente la primera corporación municipal de Pontecesures. A orillas del Ulla, un territorio que hasta entonces había formado parte de Valga decidía segregarse. Fue aquel «un acto de dignidade e esperanza, un compromiso coa nosa identidade e co noso destino», según señalaba cien años después Maite Tocino (BNG), la mujer que hoy lleva las riendas de la localidad. Habló así durante el pleno extraordinario celebrado este jueves por la tarde para festejar, precisamente, los cien años de una villa «que decidiu valentemente construír o seu propio destino, abrindo un camiño que hoxe seguimos percorrendo».

La primera corporación cesureña estuvo encabezada por José Novo Núñez y de ella formaba parte una mujer, Asunción Calvo: durante muchos años fue la única concejala de la localidad. Ayer, quienes ahora ostentan la representación de vecinos y vecinas, se reunieron en una sesión que quiso convertirse en un ejercicio de memoria colectiva, en un homenaje a «todas as xeracións que contribuíron a facer da vila o que é hoxe en día, un lugar de xente emprendedora, solidaria e orgullosa das súas raíces», en palabras de la alcaldesa, que reivindicó Pontecesures como «un sentimento, unha maneira de entender o traballo, a vida e a comunidade».

Los actos celebrados este jueves fueron una suerte de viaje en el tiempo, además de un recuerdo para las personas que, durante estos cien años, han marcado la identidad local: desde «os mariñeiros e comerciantes que dinamizaban a economía popular», hasta la burguesía inquieta y emprendedora que «impulsou as primeiras feiras do automóbil de ocasión de España, ou a Cerámica Celta».

En el pleno también tomaron la palabra los representantes del PSdG y del PP. Roque Araújo quiso expresar un deseo: que la celebración del centenario sirva para coger fuerzas y «seguir sementando futuro». En esa misma idea insistió Juan Manuel Vidal Seage, que recordó que hace cien años Pontecesures se dotó de su propia casa, y que ahora toca trabajar para asegurar que esa casa «siga aberta». Estas palabras se pronunciaron ante un salón de plenos lleno hasta la bandera, y donde el público se acomodó lo mejor que pudo para ver un documental en el que vecinos y vecinas con años de historias por contar debullaban algunos de los momentos más brillantes de la localidad. Luego, fuegos artificiales.

El regalo de Xarandeira: la recuperación de una vieja muiñeira que ha vuelto a sonar

Casto Sampedro fue un folclorista y arqueólogo que, a finales del siglo XIX, decidió recoger y poner negro sobre blanco las partituras de piezas tradicionales que se interpretaban en Galicia. En las páginas de su cancionero, «unha biblia para a xente á que lle gusta isto», Luis Miguel Sanmarco, de la asociación Xarandeira, descubrió un día que la pieza número 316 había sido recogida en Cesures, Pontevedra. Se trata de una muiñeira lenta que el gaiteiro del Baixo Ulla intentó en varias ocasiones devolver a la vida, pero siempre surgía algo que frustraba el renacimiento. Hasta ahora. La celebración de los cien años de la formación del ayuntamiento de Pontecesures se antojó a la gente de Xarandeira el momento ideal para volver a hacer sonar una pieza que llevaba tanto tiempo silenciada. Así que tomaron el legado de Casto Sampedro, le hicieron unos mínimos arreglos, y ayer por la tarde, tras el pleno de la corporación, lo soltaron al aire: la muiñeira de Cesures volvió a sonar en la villa que le da nombre. Alrededor de una docena de músicos de la asociación Xarandeira se encargaron de ese renacimiento sonoro.

Todo un año rastreando las singularidades de la historia de la localidad 

Los actos celebrados anoche en Pontecesures estaban revestidos de la solemnidad propia del nacimiento de un ayuntamiento. Pero el gobierno local no ha querido reducir esta efeméride tan señalada a un programa de acciones institucionales desplegadas en el interior de la casa consistorial. Todo lo contrario: Pontecesures lleva meses celebrando su primer siglo de vida a través de actividades diversas. El programa Anacos da Historia ha permitido ir desvelando algunos de los episodios más llamativos de la historia local, arrojando luz sobre algunos de los personajes más brillantes que habitaron en la villa —y fueron muchos—, destapando particularidades que dan al pueblo su razón de ser.

Esta noche tendrá lugar una nueva cita con los Anacos da Historia. A partir de las ocho, en la biblioteca de Pontecesures, se desarrollará una tertulia en la que participará Daniel Seijas, Profesor y doctor en Historia Contemporánea, que analizará las razones de la creación del Concello de Pontecesures y la celebración de las ferias del automóvil. Entre los ponentes estarán también Lois Gil, un especialista en arte discursiva; Cándido Duro Domínguez, poeta y Marta Casal Autrán, politóloga cuya ponencia se titulará «Olladas ao pasado e ao futuro por unha muller do presente».

Y el programa del centenario esconde, de aquí a final de año, otras paradas. Entre ellas, un evento en el que el gobierno local quiere reunir a los vecinos y vecinas de más edad para rendirles un homenaje que se hará extensivo, también, a todas las personas que, de una u otra forma, han colaborado en el desarrollo de Pontecesures.

La Voz de Galicia

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