Cerería Diéguez, el negocio de casi 200 años que rinde homenaje al Centenario.

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El propietario de Cerería Diéguez, Joaquín Diéguez, acaba de crear una vela exclusiva para conmemorar el Centenario de Pontecesures

Joaquín Diéguez en su cerería de Pontecesures
Joaquín Diéguez en su cerería de Pontecesures.

Fue en el año 1844 cuando José Diéguez Sueiro abrió la primera cerería en lo que hoy es Pontecesures, pero que en aquel entonces todavía pertenecía al municipio de Valga. La imagen de esa primera fábrica todavía puede verse en la actual y su historia la recuerda a la perfección Joaquín Diéguez, bisnieto del fundador y cuarta generación que se hace cargo de un negocio artesano de los que apenas quedan resquicios en la provincia de Pontevedra y – mucho menos–en la Ría de Arousa. “Primero fue mi bisabuelo el que fundó el negocio y después en él trabajaron tanto mi abuelo como mi padre. Yo empecé con 17 años allí, para ayudar, y fue donde aprendí cómo funcionaba todo”, explica Joaquín.

De la primera fábrica, de la que puso en marcha José Diéguez, solo quedan los recuerdos. La nueva, la reformada, se inauguró en el año 1940 cuando la villa era un refugio comercial y presumía de tener nombre y categoría propia de ayuntamiento. “La primera se derrumbó y se hizo una al lado, que es la actual”, señala Diéguez. Él, a lo largo de los años que ha regentado el negocio, también ha hecho reformas.

Maquinaria para la artesanía

Joaquín Diéguez hace un repaso por la maquinaria que ha ayudado al negocio a crecer y mantenerse con técnicas de cerería que son totalmente artesanales. “Por ejemplo una máquina alemana de bujías echa en fundición, de hierro. Sirve para las velas de apagón, que eran las que se hacían para sitios donde no había luz”, subraya. También hace referencia a las “calderas muy grandes, a la paila de cobre” o a las ruedas de cuatro metros.

La vela tiene forma esférica “con una luz indirecta muy bonita” y puede adquirirse en la librería de la localidad cesureña “Cativos”

Consciente de que los tiempos cambian y de que el negocio que iniciaron sus bisabuelos no es el mismo que él ahora regenta (ni tampoco la clientela) Joaquín Diéguez presume de hacer un trabajo de “calidad y totalmente artesanal. Hago diferentes tipos y tengo mi clientela”. Reconoce que “ahora la competencia es mayor, sobre todo porque es un producto que se vende en bazares, en supermercados, en todos lados, pero ese se hace de forma más industrial. Yo conservo la tradición, lo artesanal, y de momento no me va mal. ¿Qué compito con internet también? Pues sí, pero compito en calidad y artesanía, que también se valoran”.

La vela del Centenario

Precisamente con la intención de homenajear al pueblo que acogió su negocio desde hace cuatro generaciones a Joaquín Diéguez se le ocurrió la idea de crear la que él mismo denomina Vela del Centenario”. Esta, con motivo de la conmemoración oficial este mismo año de la segregación de Pontecesures de Valga, está hecha (como no podía ser de otra forma) de modo artesanal por las manos del propio Joaquín. “Es una vela que se hace también con moldes artesanales. Es con forma de esfera redonda, hueca, porque es como una lámpara. Lleva otra dentro de unos seis centímetros y es esa la que se enciende creando una luz indirecta”, explica el artesano. De hecho lo que busca es que “sea una vela funcional y no simplemente decorativa. Es versátil y vale tanto para el suelo como para una mesita”. La creación tiene la imagen de la primera cerería asentada en lo que hoy es Pontecesures y la noticia de la Gaceta de Madrid de la segregación. “Quería hacer con ella un homenaje al pueblo”, declara. Puede adquirirse en la librería Cativos.

Diario de Arousa

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