La agrupación de Carril amenaza con encierros si Medio Ambiente no rectifica los artículos más conflictivos del nuevo programa
Tras golpear ya varias puertas de la Administración autonómica para buscar una solución al problema creado con la nueva normativa del plan de aprovechamiento de la anguila en el río Ulla para 2012, los naseiros de Carril decidieron acudir a la Consellería de Medio Ambiente como última opción antes de iniciar medidas drásticas de presión. El nuevo programa de trabajo ordenado por el departamento de Conservación da Natureza dificulta la labor de los barcos naseiros en la cuenca fluvial y choca con el de la Consellería do Mar para la misma pesca en la desembocadura del río.
El presidente de la agrupación de naseiros, Antonio Pesado explica que el horario de cuatro horas planteado en este plan de Conservación da Natureza es inviable, en primer lugar por la distancia que hay desde Carril a Catoira, que es de aproximadamente siete millas, por lo que no es posible estar en las tres subzonas al mismo tiempo y coordinar los barcos.
El naseiro puntualiza que al estar en una de las zonas más lejanas, que es la de la Consellería do Mar se puede producir una distancia de 20 millas, además de los imprevistos, lo que provoca que la recogida de las nasas lleve más tiempo del razonable, siendo imposible llegar a la hora establecida. También puntualiza que el horario de trabajo varía en función de las mareas, puesto que las nasas deben largarse en bajamar.
En cuanto al tope de capturas y la exigencia de acreditar el 50% de los días trabajados en el área dependiente de la licencia de Conservación da Natureza, Pesado Romay considera que no es viable establecer un número de días, así como unas capturas mínimas porque este sector lo que busca es la rentabilidad.
«Si por cuestiones climatológicas no hay pesca la gente no se puede desplazar a trabajar, además de que sería absurdo porque el combustible está muy caro y se perdería dinero. En mareas vivas hay zonas en las que no se puede trabajar porque las corrientes son muy fuertes y llevan a rastras las nasas. No se puede poner un tope diario porque como no se trabajan todos los días, en los que hay actividad se deben compensar por los otros», explica el presidente de los naseiros.
Por otra parte, dos plagas afectan el trabajo de los naseiros, según denuncia la agrupación. Por un lado están los ladrones de nasas que aprovechan la noche para hacerse con los productos de la pesca y con las artes de los naseiros. Como ejemplo, la agrupación dependiente de la cofradía de pescadores «Santiago Apóstol» de Carril, indica que ya han sufrido en la «zona do Cebal» el robo de 180 butrones.
El otro problema es una plaga de cormoranes que cada vez que se sumergen en el agua salen con una anguila en la boca, según los naseiros quienes piden que se tomen medidas contra ellos para evitar que se perjudique la pesca de la anguila por parte de este sector.
Antonio Pesado expone que todas estas cuestiones se plantearon a la Consellería do Mar y con el área de Conservación da Natureza (antes perteneciente a Medio Rural y ahora de Medio Ambiente). Mar respetó los acuerdos pero el departamento que se ocupa de la pesca fluvial no lo hizo e impuso unas normas perjudiciales para el sector de los naseiros. Por este motivo solicitaron una reunión con el director xeral de Conservación da Natureza el 22 de diciembre de la que aún no han tenido respuesta. Si el lunes no hay encuentro con el sector, los naseiros se encerrarán en la cofradía.
FARO DE VIGO, 15/12/02