Madre e hija cocinan a diario desde hace más de cuarenta años para decenas de personas que se acercan a Valga a probar su plato más característico
Al pie de la carretera de A Coruña, en el concello de Valga, hay un casa de piedra que desprende por todos sus rincones un olor a especias y a caldeirada de pescado que abre el apetito a quien por allí se pasea. El trajín de la cocina y la cantidad de gente que allí come anuncia cada mediodía que esta vivienda no es la posada de lo muchos, sino un restaurante con nombre familiar. La lamprea es su plato más característico y el que les hace recibir en este tiempo clientes llegados de toda Galicia.
Se llama Casa José pero las que llevan el mando son las mujeres. Madre e hijas que levantan el negocio desde hace más de cuarenta años. La máquina de tabaco de principios de siglo que se expone en su entrada deja claro a los comensales que este restaurante tiene mucha historia en su interior.
María Fernández es la fundadora. Con 78 años sigue al pie del fogón día a día porque como ella misma asegura, «o traballo é bo e mellor se está cando non falta». Su hija, María José Devesa, trabaja en el Concello, a pocos metros de la casa, y acude siempre que puede a ponerse el delantal y a echar una mano. «Mis hermanos y yo tenemos nuestro empleo fuera de estas paredes, pero venimos a ayudar en cuanto tenemos un hueco. Es demasiado trabajo y no siempre compensa, pero el valor sentimental que para nosotros representa este sitio es enorme». Además de la familia de María Fernández, trabajan en Casa José cuatro empleados que se dedican al negocio como si fuera suyo.
Trato familiar
María José señala que los halagos que reciben de los clientes son la fuerza que les mueve tanto a su madre como al resto de la familia a arrimar el hombro para que el restaurante siga siendo un referente en la comarca y en toda Galicia.
«Más que un restaurante esto es una casa donde vienen a comer viejos conocidos y amigos de toda la vida. Hasta aquí se acercan cada semana nietos de clientes que ya frecuentaban el restaurante hace cuarenta años y familias que conocemos desde hace muchos más», afirma María José.
Cuando los comensales preguntan a las cocineras cual es el secreto de preparación de la lamprea, ellas contestan orgullosas que con productos de calidad el resultado siempre es exitoso.
María Fernández y su familia cultivan todos los ingredientes en un huerto casero. Los huevos son de las gallinas de su propio corral y la lamprea es siempre fresca, recién llegada del río Ulla.
Las nuevas generaciones de esta familia estudian un carrera universitaria lejos de Valga, aunque según afirman los mayores, siempre que vuelven a casa echan una mano en el negocio familiar donde se criaron y respiraron la pasión por la cocina.
Además de la lamprea, el plato más demandado, en Casa José se come plato del día y se preparan otras especialidades que también gozan de gran aceptación como son las croquetas de marisco, las caldeiradas de pescado o el cabrito. Los postres de casa cierran un menú que es recomendado por los clientes de toda la vida.
LA VOZ DE GALICIA, 21/03/10