El tripartito inhabilita a la agrupación de Protección Civil de Pontecesures.

El gobierno tripartito de Pontecesures se desvincula por completo de Protección Civil a causa de «su actitud de desidia e inoperatividad». Es por ello que insta a la Xunta a declinar cualquier propuesta de convenio que pueda presentar la agrupación unilateralmente, autodescarta al Concello como socio colaborador en tareas de eliminación de nidos de avispa asiática y, en definitiva, deja claro a los vecinos que dicho colectivo de voluntarios de emergencias carece del apoyo de la Administración local.

No satisfecho con esto, y «a causa de la carencia de medios humanos para llevar a cabo las labores que habitualmente desempeñaba Protección Civil», el alcalde dice verse en la obligación de «solicitar nuestra baja como Concello colaborador para llevar a cabo labores relacionadas con la eliminación de nidos de velutina, solicitando sean trasladadas al GES de Valga, Medio Rural u otras instancias que sí dispongan de medios materiales y humanos adecuados para resolver la problemática que los vecinos trasladan sobre este tema».

Para entender mejor lo sucedido basta remitirse al mismo escrito, donde Juan Manuel Vidal Seage da su versión sobre lo sucedido con esta agrupación que inició su andadura en 1996.

Explica, por ejemplo, que el pasado mes de abril tuvo conocimiento «de la intención de la agrupación de cesar temporalmente en su actividad», siendo esta «una situación que se mantiene en la actualidad».

Tanto es así que dice haber solicitado la colaboración de Protección Civil en pruebas deportivas y actos festivos y culturales sin que sus peticiones fueran atendidas, por lo que habría decidido dejar de hacerlo.

Pero a pesar del citado cese de actividad y de que el Concello ya no pide su ayuda, Protección Civil «realiza actuaciones por su cuenta, de forma totalmente discrecional y de espaldas al Concello», denuncia el regidor, quien utiliza como prueba de ello las intervenciones que la propia agrupación cuelga en su perfil en Facebook.

Lo que sucede, abunda el alcalde conservador en el escrito remitido a Emerxencias e Interior, es que «desde que se conoció el cese de actividad de la agrupación el Concello mantiene los gastos de funcionamiento de las instalaciones que ocupa, pero los vehículos de titularidad municipal se mantienen ante el local, también municipal, estacionados y sin ningún tipo de uso; y tampoco se autorizó la compra de otro material de seguridad o específico».

Lo que quiere decir con esto Seage es que Protección Civil de Pontecesures «no consta con medios propios, exceptuando los que el Concello le pueda suministrar, y no podrá disponer de los vehículos municipales ni de material de emergencias y seguridad», como tampoco podrá asumir «ningún gasto de funcionamiento sin contar con la autorización de esta Alcaldía».

Faro de Vigo

El PSOE denuncia el «desmantelamiento» y agradece que los voluntarios sigan colaborando.

Frente a los argumentos manejados por el alcalde, Juan Manuel Vidal Seage, el grupo municipal socialista comunicó a través de las redes sociales que el Concello de Pontecesures «continúa con el desmantelamiento de Protección Civil», pues «desde la moción de censura» que colocó a Seage como alcalde, durante el pasado mandato, «el gobierno local lleva a cabo una campaña de acoso y derribo de la agrupación municipal de voluntarios». Creen en el PSOE que tiene que ver con el hecho de que el ejecutivo, «incumpliendo su compromiso con la agrupación de voluntarios, se negó a aumentar la subvención anual, de 300 euros». Parece que «a partir de ahí siguieron los desplantes, pues no se volvió a contratar un técnico municipal de emergencias, uno de los coches del servicio está siendo utilizado por la Policía Local y los otros vehículos de titularidad municipal no tenían pasada la preceptiva ITV». Los socialistas, liderados por Roque Araújo, se felicitan porque, a pesar de todo, «los voluntarios de Protección Civil siguen colaborando con los vecinos, por ejemplo, en la erradicación de la plaga de avispa velutina«.

Faro de Vigo

Desconsuelo en el Auditorio municipal.

La capilla ardiente con los cuerpos de las mujeres asesinadas el lunes se instaló en el edificio público, donde hoy a las 18.30 horas se oficiará el funeral -Recibirán sepultura en Campaña.

Cientos de personas pasaron en la tarde de ayer por el Auditorio Municipal de Valga, situado en la parroquia de Cordeiro, para velar los cuerpos sin vida de Elena Jamardo Figueroa, de 58 años, Sandra Boquete Jamardo, de 39, y su hermana Alba, de 27.

Los ataúdes, procedentes del Instituto de Medicina Legal de Pontevedra, donde se practicó la autopsia a las tres mujeres valguesas, llegaron al filo de las 15.00 horas a este edificio multiusos situado a apenas un kilómetro de Carracido, el lugar en el que fueron asesinadas el lunes, presuntamente a manos del exmarido de Sandra, José Luis Abet Lafuente.

Los cuerpos fueron depositados en el salón de actos, donde hoy a las 18.30 horas se oficiará el funeral. Los restos mortales serán trasladados al cementerio parroquial de Santa Cristina de Campaña, donde recibirán sepultura.

Fue a eso de las tres y media de la tarde cuando llegaron al edificio multiusos los primeros familiares, quienes habían mostrado su deseo de estar durante un rato a solas con sus seres queridos.

Llegados de todas partes

De ahí que la capilla ardiente no se abriera oficialmente hasta las cinco de la tarde, registrándose desde ese momento una gran afluencia de vecinos, tanto del Concello de Valga como de otras localidades cercanas.

La bisabuela de los niños de 4 y 7 años que perdieron a su madre, Sandra Boquete; el padre de esta y de su hermana Alba, además de viudo de Elena; la pareja de la menor de las víctimas y demás familiares cercanos podían sentir así que no están solos en un momento tan duro como el actual.

Solidaridad de un pueblo

Pudieron entender, aunque nunca exista consuelo suficiente para hacer frente a una tragedia como la que ahora les toca vivir, que sus vecinos y amigos están a su lado, ahora más que nunca.

Al mismo tiempo que les brindaban ese apoyo -como a buen seguro volverá a suceder hoy-, los ciudadanos que ayer se acercaron al Auditorio de Cordeiro también quisieron dar su último adiós a las víctimas y expresar su más enérgico rechazo frente a la violencia de género.

Un problema de todos

Una lacra social «que afecta a toda la sociedad» y que, en consecuencia, «requiere de la respuesta de toda ella», tal y como indicó ayer María Debén, la coordinadora del Área de Igualdad de la Delegación del Gobierno en Galicia.

Y es una reflexión sobre la que cabe meditar, sobre todo teniendo en cuenta, como ella misma apuntó, que «en Galicia hay 3.565 casos activos de violencia de género».

Es por ello que tras animar a las mujeres a denunciar los casos de malos tratos -en este de Valga, en concreto, no existió denuncia previa-, la representante del Gobierno de España en la comunidad gallega garantizó que en el momento en que una víctima del machismo se presenta ante las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado «su situación varía sustancialmente».

De ahí que crea necesario centrar todos los esfuerzos en plantar cara a los agresores, para lo cual es fundamental que el conjunto de la sociedad se implique y se disponga a poner en conocimiento de las administraciones públicas cualquier situación o problemática «que afecte a una mujer o a sus hijos».

Faro de Vigo

El IES de Valga, del que fue alumna Alba Boquete, clama contra la violencia de género.

El IES de Valga, donde cada curso se desarrollan importantes programas en pro de la igualdad, volvió a concentrarse ayer como consecuencia de un terrible crimen machista. Esta vez los alumnos y profesores lloraban la muerte no solo de Elena Jamardo Figueroa, Sandra Boquete y su hermana Alba, que estudió en este centro. También mostraban su pesar por todas las víctimas de esta lacra social que no deja de sembrar desconsuelo en todo el país.

Antes de guardar un emotivo minuto de silencio, tres alumnos dieron lectura a otros tantos textos por la igualdad, entre ellos un poema de Luzmaría Jiménez Faro que habla de «una hilera de enlutadas sombras; siemprevivas calladas y siempremuertas».

Se trata de «Ellas, las asesinadas», una poesía del libro «Mujer sin alcuza» en la que se rinde tributo y homenaje a «mariposas de invierno en alfileres» y «alondras tristes para siempre mudas» a las que «sellaron sus bocas con pétalos de sangre», esculpiendo sus risas «sobre mármoles fríos».

Mujeres «que levantan sus voces en la ausencia esperando una luz que las redima del terror, de la injuria y de la fuerza» que, como Sandra Boquete, dejan a sus hijos «a solas en el aire».

Como igual de representativo fue el texto de Marta Dacosta leído a continuación. Ese que dice que «non é amor ese velo de sombra, non é amor a negación do soño, non é amor o desprezo estridente, non é amor a voz que todo o cala».

Tras esta muestra de cariño con las víctimas y este llamamiento desesperado a la implicación de la sociedad en la lucha contra la violencia de género, el alcalde de Valga, José María Bello Maneiro, volvió a condenar el trágico crimen ocurrido el lunes en su pueblo; uno más.

Acompañado de otros miembros del gobierno valgués, y con un lazo negro en la solapa, el regidor aprovechó para recordar el crimen machista ocurrido hace seis meses en la localidad y decir que «nadie podía pensar que esto pudiera ocurrir de nuevo en un ayuntamiento tranquilo y sin problemas entre los vecinos como el nuestro». Aunque de inmediato insinuó que eso de las buenas relaciones vecinales no se daba en esta ocasión, en una clara referencia a la actitud de José Luis Abet con los residentes en el lugar de Carracido.

Confirmó también que «no existía denuncia previa por malos tratos» y mostró su cariño hacia los niños y ahora huérfanos de madre, de los que dijo que «la decisión adoptada es que sigan viviendo con sus familiares directos».

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