Los asistentes a la celebración gastronómica padronesa degustaron más de tres mil raciones de pimientos.
Bajo la espesa carballeira del convento de Herbón, cientos de
personas se congregaron para la ideal celebración de la Festa do
Pemento, que alcanzó ya las cuarenta y una ediciones. Reunidos en largas
hileras que envolvían todo el recinto, vecinos y turistas aguardaban
para poder llevarse a la boca las ansiadas raciones de pimientos
acompañados con cachelos y pan. Durante la jornada se sirvieron mil
kilos del «oro verde» de Padrón.
Previo al evento junto
al convento franciscano, veinticinco tractores y pequeños vehículos
motorizados, engalanados con motivos en honor al pimiento, recorrieron
las calles de Padrón. Una vez en la carballeira, la romería arrancó al
son de las gaitas de Os Mersenarios, seguidos por los ritmos de la
charanga DGT. El locutor Héctor Bermúdez fue el encargado de conducir el
acto, dando paso al pregonero de esta edición, el periodista Javier
Maroño, que pronunció una arenga para enardecer el significado de la
fiesta y las gentes de la villa, pero sobre todo, de su alimento
protagonista.
«Na gastronomía en Galicia, o pemento é toda
unha cerimonia, unha liturxia, e ten o seu inicio na propia colleita do
alimento e que culmina co pracer no padal», pronunció Maroño. No fueron
pocas las palabras de elogio que el pregonero tuvo para Padrón y su
legado, que va más allá de su significado gastronómico, ya que «é o
fogar de Rosalía e de Cela e unha vila industrial», y en la que «o bo
facer de moitas xeracións» reunió las condiciones para «producir este
tesouro que temos a obriga de protexer, xa que pemento de Herbón só hai
un, que ten denominación de orixe». Javier Maroño cerró su pregón con un
simbolismo de lo más acertado: «Se o corazón de Galicia fora un polbo e
o noso sangue viño, sen dúbida, os pementos de Herbón serían os nosos
pulmóns».
Mientras esto ocurría, en la parte más alta de la carballeira decenas de sartenes con el aceite chispeante freían kilos y kilos de pimientos. Ante estas se hacinaban los «festeiros» haciendo cola para recoger su ración. Alejandro Ferro, presidente de la comisión organizadora de la fiesta, mostraba su asombro ante el número de asistentes y valoraba positivamente la jornada: «En principio moi ben, nesta edición tivemos moita afluencia, o que quere dicir que estamos involucrando cada vez máis á aldea e ao pobo, que é fundamental, tanto para atraer a xente de fóra como de aquí», señaló. La multitudinaria asistencia también hizo temer a Ferro que «nos quedaramos curtos cos pementos, xa que tiñamos preparados para facer unhas tres mil ou tres mil cincocentas racións», aunque esta idea se disipó pronto, aduciendo que «de seguro, haberá para todos».
La Voz de Galicia