El Concello se ha visto obligado a contratar seguridad privada para el bolo del hijo de Isabel Pantoja.
Un programa «rosa» utilizaba sus últimos minutos al mediodía de ayer -probablemente de los más valiosos en audiencia porque eran los anteriores al noticiario- en mostrar a quien lo quisiera ver lo que, al parecer, va camino de convertirse en una tradición similar al discurso navideño del rey. Se trata de ver a Kiko Rivera saltando en su piscina hacia un flotador. El año pasado sobre aquel flamenco que fue el rey de las playas y, este, sobre uno mucho más clásico, sin mayores estridencias que algún dibujo.
El cebo de la noticia era constatar si Kiko Rivera encestaría en su salto y acabaría con el flotador perfectamente colocado en su sitio. Como así fue, claro está, porque sería parvo Rivera Pantoja si colgara algún tropezón en las redes para facilitar el escarnio.
El largo preludio es para incidir en que, pese a quien pese, Kiko Rivera es un fenómeno televisivo y, por lo visto, también musical, y que va a alterar la normalidad de un lugar relativamente tranquilo como es Pontecesures. De tal forma, que el Concello se ha visto obligado a contratar seguridad privada para el bolo que el hijo de Isabel Pantoja dará mañana domingo, a partir de la 1.30, con motivo de las Festas do Carmen y nada menos que tras una verbena con Gran Parada al mando de las operaciones.
La Voz de Galicia
Pero, ojo, que la alerta roja arrancará ya esta noche en la localidad cesureña porque hoy, y para abrir boca, por allí andará UntalMake y otro de esos fenómenos televisivos que en verano ocupan tanto escenarios que antaño tenían a los músicos como inquilino. El Cejas estará allí. Así que ya saben: «Camiseta, camiseta, pin, pin».