Finsa, la principal maderera gallega, una empresa fundada en 1931,
que cuenta con diez plantas y una facturación de 870 millones, está en
un proceso de modernización de sus fábricas para ganar competitividad en
un escenario en el que los lotes de fabricación son más pequeños y el
grado de personalización mucho mayor. Es el caso del programa
Smart4wood, que cuenta con el respaldo de la Axencia Galega de
Innovación (GAIN), y en el que ha empezado a introducir técnicas como la
robótica colaborativa, la visión artificial o la realidad virtual. Se
trata de automatizar trabajos repetitivos y que aportan poco valor, lo
cual permite a los trabajadores centrarse en tareas que son
diferenciales y de alto valor. La compañía ha abierto hoy las puertas de
su planta de Santiago, donde trabajan mil personas, en una visita al
presidente gallego, Alberto Núñez Feijoo, y al conselleiro de Industria,
Francisco Conde. El director general de Finsa, José Carballo, les ha
acompañado a ver un robot con visión artificial y una garra que asume
las tareas de carga de los tacos, y otro similar para etiquetar las
cajas del producto, un trabajo que hasta ahora se hacía de forma manual.
La maderera gallega está en otros dos proyectos
que tienen financiación pública; el de Formación Profesional, en el que
reciben alumnos en sus fábricas, y una unidad mixta. Es una iniciativa
que cuenta con 2,3 millones de euros de financiación (de los que
Finsa aporta 1,2 y el resto GAIN y la USC) y que la empresa desarrolla
con Pemade, la plataforma de ingeniería para el desarrollo de la madera
estructural. Está previsto que dure dos años, y se han contratado nueve
investigadores. El objetivo último es la puesta en valor de la madera
que produce la comunidad gallega para buscarle otros usos de mayor valor
añadido, aprovechando sus propiedades, de forma que pueda utilizarse en
la construcción de viviendas de un modo estructural, no solo
decorativo, tal y como han explicado los responsables de la compañía. El
director general, José Carballo, ha explicado que en el período que
media entre el 2016 y el 2021 la maderera gallega habrá invertido 200
millones de euros en sus fábricas para adaptarse a los nuevos tiempos.
Transcurrida la visita por la fábrica, Feijoo ha destacado el papel «tractor» de Finsa como empresa en la cadena de valor de la madera, y ha recordado que para su gobierno el sector forestal es «estratégico». Una actividad tan importante en empleo como la automoción, ha dicho, y a la que durante mucho tiempo no se atendió como debía por su dimensión. La creación de la nueva Axencia da Industrial Forestal y el hecho de que, por vez primera, se haya separado la dirección general que se dedica a la prevención y extinción de los incendios de otra orientada a la planificación constituyen, según la Xunta, dos pasos que colocan a la madera en un lugar prioritario en la agenda pública. En su planta de Santiago, Finsa tiene un proceso integrado que va desde la fabricación de tablero base (470.000 metros cúbicos al año), al recubrimiento de tablero con papel decorativo (420.000 metros cúbicos), la impregnación de papel (135 millones de metros cuadrados) y la fabricación de mueble kit (73.000 metros cúbicos anuales). La fábrica también cuenta con un aserradero del que salen cada año 90.000 metros cúbicos de tabla seca, de la que se obtienen 58.000 de productos transformados.
La Voz de Galicia