Los datos manejados por Renfe confirman una desproporción entre los pasajeros que llegaron a Pontecesures, Catoira y Padrón y los que se fueron desde estos lugares.
Luis Sabariz Rolán, el que fuera
concejal en Pontecesures y portavoz de la comisión en defensa del tren
de cercanías, se aferra una vez más a los datos oficiales que maneja
Renfe, en este caso correspondientes a 2018, para volver a alertar de que la carencia de despacho de billetes en los apeaderos del Ullán hace que miles de personas viajen gratis.
En
esta ocasión cifra en 25.000 el número de usuarios que durante el
pasado ejercicio no pagaron billete al subirse al tren en Pontecesures,
Catoira o Padrón, y achaca esto a una escasez de supervisores suficientes con los que controlar la situación o expedir billetes a bordo, ya que en las citadas estaciones no hay oficinas o máquinas expendedoras en las que adquirirlos.
Un desfase que podría tener consecuencias
El
desfase existente entre los viajeros que llegan al Ullán y los que se
van puede parecer una cuestión menor, y desde luego una ventaja para los
usuarios que se ahorran el coste del billete. Pero el temor de
Luis Sabariz, y de muchos como él, es que la existencia de estadísticas
«irreales» haga cuestionar el servicio ferroviario de proximidad y acabe mermándolo, o incluso aniquilándolo.
Los datos facilitados por Renfe Comercial a los que alude Sabariz dicen en 2018 emplearon las tres estaciones 97.286 personas, de las cuales bajadas en tales apeaderos 61.838, mientras que las subidas computadas fueron solo de 35.448.
«Una desproporción imposible»
«Obviamente,
es una desproporción imposible», alega Sabariz, convencido de que «el
número real de subidas fue muy superior al facilitado».
Buen conocedor de este servicio de transporte, que utiliza casi a diario, el pontecesureño relata que «como
en las tres estaciones no se despachan billetes, la ausencia de
interventores en muchos trenes motiva que, en muchas ocasiones, los
usuarios viajen gratis».
A lo que añade que «tampoco se
computaron las bajadas en Pontecesures, Catoira y Padrón de viajeros
procedentes de otras estaciones del trayecto A Coruña-Vigo en las que no
se expiden billetes, como Cerceda, Órdenes o Arcade, ni tampoco las subidas y bajadas de los usuarios que circulan entre las tres poblaciones cuando el tren no trae interventor».
Los usuarios van a más
A
modo de ejemplo esgrime que resulta imposible «que en Pontecesures
bajen procedentes de Vilagarcía 5.063 viajeros y solo suban para dicha
ciudad 2.505; y tampoco es posible que bajen procedentes de Santiago
9.174 viajeros y solo suban para la capital de Galicia 3.897 personas».
De este modo Sabariz pone el foco de atención en un problema que denuncia desde hace muchos años y le hace temer por la continuidad del servicio de cercanías.
El
consuelo que parece quedarle, al menos, es que a pesar del desfase
antes aludido el número de usuario crece, ya que «en 2017 se computaron
93.796 subidas y bajadas (35.699 y 58.097, respectivamente), frente a
las 97.286 (61.838 subidas y 35.448 bajadas) registradas el año pasado».
Comparativa
Al
hacer la comparativa para tratar de demostrar que el tren de proximidad
es necesario en el Ullán, Luis Sabariz abunda en que Pontecesures pasó
de 17.243 bajadas en 2017 a las 18.355 del año pasado; las de Catoira se
elevaron de 19.243 a 21.554 y Padrón, creció desde 21.611 a 21.929
usuarios llegando a su estación».
Son diferentes las cifras referidas a los «embarques», la cuales «nos perjudican desde el punto de vista estadístico».
Y esto es así porque al no expedirse billetes es como si los vecinos
del Ullán no usaran el tren tanto como en realidad lo hacen.
A su
juicio, «los usuarios crecen día a día, y habría que añadir los bonos
mensuales y los ‘bonos 10’, también utilizados por viajeros de estas
villas».
Potenciación
Termina diciendo que «la potenciación del ferrocarril por la vía convencional es fundamental» e insiste en pedir que se solventen las deficiencias en los andenes tantas veces denunciadas, pues «motivan incomodidades a los usuarios».
Por todas estas razones, y porque «recientemente se anunció la electrificación de este tramo de vía convencional, lo cual es una magnífica noticia», Luis Sabariz termina pidiendo a las Administraciones públicas «que no todo se quede en buenas palabras y que apoyen y fomenten el uso del tren de proximidad, por razones económicas, ecológicas y se seguridad».
Faro de Vigo