La expedición salió desde Asturias el martes pasado y ayer atracaba tras remontar el Ulla ·· De los cinco barcos sólo llegó uno, remolcado en Muxía
Tarde, pero a tiempo, la peregrinación naviera a Pontecesures remontaba ayer el Ulla para volver a tierra firme y afrontar, ya a pie, el tramo final del Camino a Compostela que enfrentó a los navegantes con numerosos contratiempos en altamar.
Hace ya seis días salían de la costa asturiana cinco embarcaciones de lujo, de entre 16 y 18 metros de eslora, dispuestas a peregrinar hasta la capital compostelana a través de la ruta Mar de Arousa, que discurre por mar desde Gran Bretaña y atraca en Pontecesures, aprovechando el curso navegable del río Ulla. A bordo de los barcos, industriales, ingenieros, notarios, empresarios y una amplia representación de vecinos asturianos, esperaban llegar a tierra ya el sábado por la noche. Sin embargo, el siempre imprevisible estado del mar frustró la aventura a buena parte de los peregrinos y sólo un barco concluyó la ruta. Ya poco después de salir de Asturias, daban vuelta atrás cuatro embarcaciones que no estaban preparadas para afrontar el fuerte oleaje con el que se encontraron mar adentro.
El único navío superviviente sufría sin embargo otra incidencia el sábado que le impedía completar el itinerario en el tiempo previsto. Una avería en altamar frustró el recorrido jacobeo a la altura de Muxía, donde el barco tuvo que ser remolcado. Pese a todo, la voluntad de completar el Camino se superpuso a los imprevistos y el navío retomaba ayer por la mañana la ruta. A las ocho de la tarde llegaba a Villagarcía, donde recogió a la alcaldesa de Pontecesures, Maribel Castro, que, a bordo, acompañó al barco hasta el muelle cesureño.
EL DATO Dos metros
El calado de la parte navegable del río Sar es de sólo dos metros, por lo que el barco fue guiado por el club náutico de Cesures para navegar únicamente por las zonas de mayor profundidad del río .
EL CORREO GALLEGO, 01/06/09