El hombre, que llevaba una escopeta, entró a robar en dos gasolineras y encañonó a unos conductores
Policías locales, nacionales y guardias civiles tanto de la comarca de Barbanza como de la de O Sar se vieron obligados ayer a sumar fuerzas ante la irrupción de un atracador (que se sospecha que pudo ser ayudado por otras personas en algún momento) armado con una escopeta. Nadie se atrevía ayer a dar datos de los agentes movilizados, pero todas las patrullas disponibles de al menos seis municipios participaron para intentar, sin éxito, pararle los pies a un hombre que, tras entrar a robar en dos gasolineras, protagonizó una espectacular huida por Barbanza.
Todo comenzó en una gasolinera de Padrón. Sobre las 15.30 horas, el hombre se presentó en el establecimiento vestido con una funda de trabajo, protegido con un pasamontañas y unos guantes y armado con la escopeta. Allí estaban dos empleadas, que tuvieron que entregarle el dinero que llevaban en las carteras de la recaudación. La cantidad robada fue mínima.
El hombre salió de allí a gran velocidad en un Ford Fiesta antiguo, que también era robado y cuyo propietario es de Caldas de Reis. No tardó mucho en parar. Lo hizo a unos ocho kilómetros, en una gasolinera del municipio de Dodro. Allí los empleados le ganaron el pulso. No en vano, le vieron la escopeta y se escaparon corriendo antes de que pudiese darles alcance. Al parecer, el atracador revolvió cajones y papeles, pero no llegó a llevarse nada. Eso sí, asustó sobremanera a un pequeño que acababa de llegar a la estación acompañado de su abuelo. El muchacho rompió a llorar al ver al hombre armado y, horas después, todavía seguía muy nervioso.
Atemorizados
En cuanto al atracador, se cree que circuló desde Dodro hasta A Pobra do Caramiñal por la autovía, es decir, a lo largo de unos treinta kilómetros. En ese trayecto, según fuentes policiales, llegó a encañonar a unos conductores que lo adelantaron o lo obligaron a ir más despacio de lo que él pretendía. Precisamente, fueron estas personas quienes dieron pistas a las patrullas, que intentaban seguirle los pasos después de que los llamasen de las dos gasolineras atracadas. Y es que, si está claro el viaje que hizo entre Padrón y Dodro, a las fuerzas de seguridad les resultaba ayer más difícil explicar qué ocurrió después. Así, la principal hipótesis es que viajó hasta A Pobra, donde al parecer lo vieron acompañado de otras dos personas -de ahí que se sospeche que tenía quien le apoyase en sus andanzas-, pero lo que dejaba ayer con la boca abierta a la policía es que fuese capaz de desandar el camino recorrido y volver hasta Rianxo, donde el coche que pilotaba apareció calcinado sobre las seis de la tarde.
Las fuerzas de seguridad no daban crédito a esta peripecia porque, a esa hora, tanto la autovía como la carretera que serpentea la costa barbanzana estaban plagadas de policías. Aún así, indicaban que pudo eludir el cerco por pistas rurales y cortafuegos. Está claro que el hombre conocía bien la zona. No en vano, tras su tarde al volante, le prendió fuego al turismo en un monte de la parroquia rianxeira de Taragoña, en un lugar apartado al que los coches no llegan si no es con las ruedas y otras partes destrozadas, como le debió de ocurrir al Ford Fiesta. Al cierre de esta edición, aunque se comentaba que las fuerzas de seguridad le seguían los pasos de cerca, no había noticias del fugitivo y sus posibles cómplices.
Más delitos
Lo que sí trascendió es que ese hombre, vestido de la misma guisa y armado también con escopeta, pudo estar detrás de otro atraco que tuvo lugar la semana pasada en Rianxo. En esa ocasión, el establecimiento perjudicado fue el supermercado Día, de donde también se llevó una cantidad en efectivo mínima. Aunque este periódico no pudo confirmar este dato, se comenta que en ese episodio también utilizó un coche robado al que también prendió fuego después.
LA VOZ DE GALAICIA, 19/03/09