Se teme por la vida del conductor del Laguna en el que viajaba el fallecido
El accidente en la N-550 fue espectacular y obligó a cortar el tráfico durante casi cuatro horas.
Tres de los heridos graves en el terrible accidente de tráfico ocurrido en la madrugada del domingo en Valga continúan en estado grave en el Hospital Clínico Universitario de Santiago, uno de ellos, en estado crítico, según el parte facilitado a mediodía de ayer.
En la tºarde del domingo, por otra parte, se dio el alta, a tres de las víctimas, M.L.M., A.S.P., y E.R.G. después de una evolución satisfactoria de sus heridas.
Los médicos admiten que el peor parado de los heridos es el conductor del Renault Laguna, Francisco Cuñarro Outeda, de 22 años, amigo del joven fallecido, Francisco Javier García Fariña, ambos vecinos del municipio de Barro.
Por su parte, el conductor del Renault Megane, ?scar Precedo Cascallar, vecino de Caldas de 24 años y supuesto causante del accidente debido a que invadió el carril contrario de la circulación, también se encuentra grave. Su pronóstico es reservado pero «está consciente y orientado».
Con diversas fracturas también permanece ingresada A.M.C. la cual deberá ser intervenida en próximas horas. Esta joven marinense viajaba en el Ford Focus, tercer vehículo implicado en la colisión del municipio de Valga.
El accidente ocurrió en la madrugada del sábado al domingo, en el kilómetro 88,2 de la carretera N-550, en un tramo recto situado después de un cambio de rasante.
Al parecer, el exceso de velocidad, además de la mala visibilidad por la hora en que se produjo el siniestro, la niebla y la lluvia, pudieron influir en el resultado, si bien la Guardia Civil investiga las causas que lo provocaron.
Como se explicó ayer, el Renault Megane que conducía ?scar Precedo Cascallar invadió parte del carril contrario y colisionó frontalmente contra un Renault Laguna que circulaba en dirección a Caldas de Reis. A continuación, el vehículo que precedía a este último, un Ford Focus, también impactó contra el Megane, por lo que el balance inicial era de una persona fallecida y seis heridos graves o muy graves.
El siniestro fue tan aparatoso que obligó a la Guardia Civil de Tráfico a cortar durante cuatro horas la carretera general entre Santiago y Pontevedra, por lo que se desvió el tráfico por itinerarios alternativos, desde las seis a las nueve y media de la mañana, momento en el que quedó expedita la calzada.
Al lugar de los hechos acudió un gran número de vehículos de emergencias alertados por el servicio 112, con el fin de atender a las víctimas y evitar nuevos accidentes debido a que tanto los coches implicados como sus restos y líquidos quedaron esparcidos por el asfalto.
Así acudieron al lugar tres patrullas de la Guardia Civil de Tráfico y un equipo de atestados que se encarga de realizar la investigación de las circunstancias del accidente.
Acudieron además cuatro ambulancias de los distintos Puntos de Atención Continuada de Caldas, Vilagarcía y Padrón, así como la medicalizada del Hospital Clínico.
Los Bombeiros de O Salnés tuvieron que acudir al siniestro para rescatar a los dos jóvenes que viajaban en el Laguna, pues fue preciso la excarcelación de los mismos.
También intervinieron en el operativo, miembros de los servicios de Protección Civil de Valga y de Vilagarcía de Arousa que colaboraron en la limpieza de la carretera.
Además de la aparatosidad y gravedad del accidente, la Guardia Civil de Tráfico pudo constatar que la noche es bastante peligrosa para el tráfico.
De hecho, al tiempo que los agentes regulaban el paso se llevó a cabo un control de alcoholemia a conductores que pasaban por la zona y se denunció al menos a media docena de personas, que dieron positivo, uno de ellos con una tasa de 1,15 miligramos por litro, es decir, cinco veces más de lo permitido.
También se procedió a la búsqueda de un vecino de Valga que se saltó las órdenes de detención de la Guardia Civil y a punto estuvo de arrollar a uno de los agentes que se encontraban en el operativo del accidente.
FARO DE VIGO, 09/03/10