Pontecesures es un pequeño municipio del norte de la provincia de Pontevedra que ejemplificó perfectamente el bum de la construcción de los años de bonanza. Situado en un cruce de caminos entre Santiago, Vilagarcía y Caldas, y con el suelo más barato que sus vecinos, presentaba las características perfectas para convertirse en una suerte de ciudad dormitorio. En el año 2006 tenía la tasa de natalidad más alta de la zona (hoy ronda los 3.200 habitantes) y el Concello no paraba de dar licencias para edificar. Ese año se construían 109 viviendas y el PXOM todavía dejaba margen para construir 700 más. Pero llegó la crisis del ladrillo. Según los datos del Colegio de Arquitectos, en Pontecesures no se visó ni un solo proyecto para vivienda durante el 2009.
¿A qué atribuye este dato?
Como en todas partes, a la crisis de la construcción. En el 2009 nos entraron solo tres proyectos de obra en el Concello, y solo uno para vivienda unifamiliar. Pero no es solo un problema de Pontecesures.
En este municipio se construyó mucho en muy poco tiempo y quizá ahora sobran pisos.
Puede ser, hay algunos pisos vacíos pero también hay que decir que ahora mismo hay otros dos edificios en construcción que van a suponer unas 40 viviendas nuevas.
Hace tan solo tres años, en su concello se producía un aumento espectacular del número de licencias de obra. Ahora han caído en picado. ¿Cómo está repercutiendo esta situación en las arcas locales?
En el 2008, gracias a la construcción, el Concello ingresó 93.125 euros, y en el 2007, 73.320 euros. En el 2009 no sé si llegamos a los 5.000 euros. La construcción lo mueve todo y es uno de los principales ingresos de los concellos. Si no hay ingresos no podemos funcionar y los servicios a los ciudadanos hay que seguir dándoselos.
¿Cómo se presenta el 2010?
No se sabe, aunque parece que este año podría desbloquearse un plan especial que teníamos paralizado por lo de la ley de los 500 metros. Ahora nos dicen que con el Plan do Litoral se va a poder levantar, y eso va a permitir construir unas 70 viviendas nuevas. Ya solo la urbanización de estos terrenos supondría 60.000 euros para el Concello.
LA VOZ DE GALICIA, 25/02/10