Una buena mañana de pesca de lamprea en el Ulla.

Los pescadores capturan decenas de ejemplares en Pontecesures.

Los «valeiros» de Pontecesures ya lo habían pronosticado, y acertaron de lleno. La de ayer fue una muy buena mañana para la pesca de lamprea en el Ulla, quedando patente que el aumento del caudal del río ayuda, y de manera importante, a incrementar las capturas. No cabe duda de que el número de piezas tiene que seguir en aumento, pero al menos parece haberse marcado un punto de inflexión en la campaña iniciada a principios de enero; o al menos este es el deseo de los pescadores.

Aunque los pescadores de este preciado pez cartilaginoso son reacios a mostrar sus capturas y a concretar el número de ejemplares obtenidos, hay que hablar de decenas de piezas, algunas de gran calidad.

Las nasas butrón por fin pudieron estrenarse en condiciones, después de un mes de tímida campaña y, eso sí, altos precios.
Hay que recordar que la primera pieza se pagó a 150 euros, y que desde entonces la lamprea se cotizó a tarifas medias que oscilaron entre los 60 y los 80 euros por unidad.
Puede que a partir de ahora empiece a bajar de manera considerable, si bien es cierto que algunos valeiros están dispuestos a mantenerse firmes en los 50 euros, ya que «se trata de lampreas muy buenas, recién llegadas del mar, y no debemos tirar los precios ahora, por mucho que aumenten las capturas».
Puede bajar el precio

En cualquier caso, si efectivamente a partir de ahora aumenta de manera notable el número de piezas obtenidas, como parece muy probable, la bajada de precios va a resultar inevitable, y quizás pronto sea posible conseguir lamprea a partir de 25 o 30 euros cada ejemplar.
Como explicó FARO ayer en la edición impresa, entre el viernes y el sábado ya se apreció un cambio sustancial en el comportamiento de la especie, de tal modo que empezaron a entrar «ejemplares de gran calidad, que se caracterizan por su color más blanquecino, lo que demuestra que llegan directamente del mar; no tiene nada que ver con las lampreas más oscuras, las que ya estaban en el río», explicaron en el sector.

Uno de los valeiros, Ramón Agrasar, explicaba que el viernes había capturado cinco ejemplares y el sábado otro más, por lo que pronosticaba «un cambio» en la campaña y vaticinaba que quizás esta semana «podamos llegar a treinta o cuarenta por barco».
Hablaba incluso de una posible «avalancha de lampreas», y parece que no iba desencaminado, a juzgar por el buen resultado cosechado esta mañana entre una quincena de embarcaciones.
Hay que recordar que el primitivo pez conocido como «dama del Ulla» necesita de las corrientes de agua dulce que desembocan en la ría y el Atlántico para orientarse y remontar los cauces fluviales en busca de las zonas de desove, siendo este desplazamiento anual el momento de captura que aprovechan tanto los pescadores que emplean la nasa butrón a la altura del puerto de Pontecesures como los titulares de las tradicionales pesqueiras situadas río arriba.

Faro de Vigo

La lamprea «reaparece» en el Ulla y los «valeiros» pronostican días de abundancia.

El preciado, y por ahora escaso pez, aún se cotiza alto, entre 50 y 80 euros la unidad, pero los pescadores saben que esos precios pueden bajar considerablemente muy pronto.

Desde que comenzó la campaña de pesca a principios de enero la lamprea se había dejado ver en el Ulla, pero a cuentagotas. Sin embargo las intensas precipitaciones de la semana pasada elevaron el caudal del río, y esto parece haber animado al preciado pez cartilaginoso, hasta el punto de que los encargados de su captura pronostican ya jornadas de abundancia.

Lo cierto es que entre el viernes y ayer se apreció un cambio sustancial en el comportamiento de la especie. Tanto es así que han empezado a pescarse «ejemplares de gran calidad» que, como los pescadores definen, «se caracterizan por su color más blanquecino, lo que demuestra que llegan directamente del mar; no tiene nada que ver con las lampreas más oscuras, las que ya estaban en el río».

Esto es tanto como decir que el primitivo parásito marino parece haber encontrado las corrientes de agua dulce que desembocan en la ría y el Atlántico y que tanto necesitaba para remontar los cauces fluviales en busca de las zonas de desove, siendo este peregrinar el momento de captura que tanto esperaba el colectivo de valeiros; los pescadores que emplean la nasa butrón a la altura del puerto de Pontecesures.

Ramón Agrasar -en el centro de la imagen- mientras se levantan las nasas butrón.

Uno de ellos, Ramón Agrasar, que tuvo el honor de pescar la primera pieza -y venderla a 150 euros- hace ya un mes, explica que el viernes pudo capturar cinco ejemplares y que ayer consiguió otro, a los que se sumaron un par de lampreas pescadas por la lancha «Xurxo», otras tantas que subieron a bordo de la «Gima» -que el día anterior logró tres- y cuatro conseguidas por la embarcación «Porto», todas ellas con base en Carril.

Es cierto que una media de tres peces por barco puede parecer poca cosa, pero al menos indica «un cambio» que lleva a valeiros como Agrasar a decir que «quizás la semana que viene podamos llegar a treinta o cuarenta por barco».

Habla así de lo que puede ser «una avalancha» de lampreas, aunque también es cierto que esto tiene su lado negativo, ya que hasta ahora el sector las estuvo vendiendo a entre 50 y 70 euros, y lo más probable es que cuando llegue la abundancia el precio baje hasta los 20 o 30 euros por unidad.

Las buenas perspectivas que ahora parecen ilusionar a los valeiros se reflejan en el aumento del número de embarcaciones que largan sus aparejos en el río, ya que en vista de los hasta ahora pobres resultados la presencia de naves en el agua estaba siendo testimonial. Mañana, cuando toque levantar las nasas, todo puede haber cambiado para los amantes de la lamprea.

FAro de Vigo

La escasez de lamprea complica su cata en la comarca arousana.

A pesar de que hace un mes que comenzó la temporada, se pueden ver pocas piezas en los restaurantes que hacen de ellas su fuerte.

El río Ulla continúa seco. Al menos, en cuanto a lampreas se refiere. Las embarcaciones que salieron la semana pasada a dejar los butrones se volvieron con las manos vacías. El fin de semana las cosas mejoraron un poco: «Se capturaron cuatro piezas pequeñas», lamenta el valeiro cesureño Pepe Barreiro. La suya fue una de las ocho embarcaciones (de un total de dieciséis existentes) que salió a probar suerte tras haber esperando un tiempo en vista de la escasez de las primeras semanas. Las cosas no mejoraron. Así lo perciben también en los restaurantes de la zona, donde la lamprea acostumbra a ser el plato más codiciado en esta época del año. Casa Emilio, en Catoira, y el hotel Casa do Río, en Pontecesures, coinciden al señalar que no recuerdan una escasez como la de este año. A lo que acompañan unos precios más elevados.

«Aunque en el comienzo de la temporada no suelen abundar, no recuerdo un año con tanta escasez. Por el momento, debe ser en el que menos piezas hay», señala José Rodríguez, propietario de Casa Emilio. Sus palabras van dirigidas tanto a las capturas del Ulla como a las del Miño, siendo las de este último río las que están permitiendo que sirvan al menos un plato de este pescado casi todos los días. «Llevamos servidas entre 35 y 40 piezas, una cifra muy reducida en comparación a otros años», afirma. «Prácticamente todas vienen del Miño, por aquí la cosa está peor», relata.

La escasez tiene una consecuencia inmediata: la subida de los precios. «Están veinte euros más caras que el año pasado», señala sobre unos piezas que están rondando los ochenta euros. La cara menos amarga viene de la calidad. «Es excelente», añade Fernández. Una buena noticia para los fieles de este plato, que repiten cada año tanto en este local como en el hotel Casa do Río. «Hay clientela con la que ya contamos de una temporada para otra», señala Rafael Piñeiro, gerente del hotel.

Desde la vecina Pontecesures, la tónica en los restaurantes es similar. «Teníamos pensando hacer un campaña publicitaria de la lamprea pero tendremos que esperar», indica Piñeiro. ¿El motivo?, hasta el momento solo han logrado hacerse con una. Pescada en el Ulla, su precio también llegó a los ochenta euros. «Este año es algo excepcional. En otras ocasiones podía haber menos y subir su precio, pero nada que ver con esta sequía», prosigue. Como consecuencia no pudieron servírsela a unos clientes que la tenían reservada para el pasado jueves. «Esperamos poder volver a trabajarla en quince días», señala Piñeiro.

En vista a las previsiones meteorológicas, comercializarla con normalidad en el plazo marcado por el gerente de A Casa do Río será posible. «Las precipitaciones que anuncian para estos días son necesarias. Una vez concluyan, ya se empezará a pescar», relata Pepe Barreiro. La experiencia le dice que, tras las borrascas fuertes, las probabilidad de capturar las lampreas que acceden al río para desovar son más elevadas. La próxima semana volverá.

La Voz de Galicia

A falta de lamprea aparecen las truchas, salmones, reos y anguilas.

Los pescadores del primitivo animal tienen que devolver al río las demás especies que aparecen en sus nasas butrón.

Momento en que un valeiro devuelve una trucha al agua.

La campaña de pesca de lamprea en el río Ulla avanza a un ritmo muy inferior al deseado, para desesperación del colectivo de valeiros que opera desde el puerto de Pontecesures. Parece que el caudal aún no subió lo suficiente, y esto se antoja determinante para que las capturas sean tan escasas, tanto que los pescadores se van a casa cada mañana de vacío.

A modo de ejemplo decir que el sábado levantaron sus nasas butrón solo dos naves y únicamente consiguieron un ejemplar. Ayer ya fueron algunas lanchas más, pero el resultado fue el mismo, una pieza.

Lo que sí aparece en las nasas son truchas, reos, salmones, algún que otro camarón -sobre todo cuando había menos agua dulce en el Ulla- y anguilas. Pero sucede que todo ello son especies que los pescadores de lamprea deben devolver inmediatamente al agua.

Con tanta escasez de lamprea en el Ulla no es extraño que los restaurantes especializados en el suculento pez se «peleen» para conseguir las piezas que salen del agua «a cuentagotas». Un valeiro explica que tiene media docena de negocios «vigilando para que les venda a ellos todo lo que pueda pescar».

Faro de Vigo

Un trabajo intenso que alegra a muchos.

Estas dos imágenes pueden resumir lo que está dando de sí la campaña de pesca de lamprea en el Ulla. Por un lado se aprecia la intensidad del trabajo que realiza el colectivo de valeiros; esos pescadores que con nasa butrón se dedican a la captura del primitivo pez. Por otra parte se observa la satisfacción de quienes logran hacerse con alguna pieza para ponerla a la venta en su establecimiento. El de la foto es Ángel Rodríguez, el dueño del restaurante Flavia, donde se cocinó la primera del año. El gran público tendrá que esperar, ya que son precisamente los negocios especializados en este manjar los que se quedan por ahora con todo el género.

Faro de Vigo

Capturan en Cesures la primera lamprea del Ulla, que se cocinará hoy en Padrón.

Ramón Agrasar, naseiro de Pontecesures, conocido como O fillo de Lola, capturó en el día de ayer sobre las doce de la mañana la primera lamprea de la temporada en el río Ulla, a su paso por este municipio. La pieza pesó aproximadamente un kilo trescientos gramos y fue vendida por 150 euros. «Xa tardaba», expresó Agrasar satisfecho por la captura, después de once días echando las nasas sin éxito. La falta de precipitaciones «fixo que non houbera case auga no río nestas primeiras semanas», explicó sobre esta campaña, que arrancó el pasado día 3 de enero. Y este primer ejemplar llegará hasta los fogones de un conocido establecimiento de Padrón: el restaurante Flavia. Su propietario, Ángel Rodríguez (que también regenta O Santiagüiño) se hizo con la primera lamprea por un valor de 150 euros. Según él mismo explicó, será cocinada a la bordalesa, acompañada de arroz y picatostes, hoy, en el restaurante Flavia. «Levamos uns trinta anos traballando no restaurante coa lamprea e sempre a guisamos deste xeito, xa tradicional na zona», señaló Ángel Rodríguez. Para degustar el manjar juntará a un grupo de 4 o 5 amigos.

El Correo Gallego