Los Duques de Palma posan con un grupo de amigos y la familia de Manolo Agrasar en el muelle de Cesures.
Sobre las once de la mañana de ayer partía de O Grove el catamarán Aquavisión II, capitaneado por el cesureño Manolo Agrasar, y con unos pasajeros muy especiales a bordo. Casi nadie lo sabía, pero en la villa meca acababan de embarcar la Infanta Cristina y su marido, Iñaki Urdangarín, acompañados de varios amigos y familiares de este último y también de sus cuatro hijos, a los que se unió su sobrino, Froilán, primogénito de la Infanta Elena.
Continuando con su visita privada a Galicia, los Duques de Palma iniciaron así un recorrido por la Ruta Xacobea do Mar de Arousa e Ulla que los llevó a atracar, unas tres horas más tarde, en el muelle de Pontecesures. Con la misma discreción con la que habían salido de O Grove, sin ningún tipo de revuelo y sin apenas gente esperándolos, más allá de algunos familiares del patrón del catamarán y los propietarios del bar Muelle. Todo parecía normal, de no ser por los siete u ocho guardaespaldas que vigilaban la zona y aguardaban la llegada de los Duques para garantizar que todo transcurría sin incidentes.
Durante el trayecto se quedaron fascinados con los paisajes de la Ría de Arousa, especialmente la Infanta, puesto que Iñaki Urdangarín ya había recorrido el año pasado esta misma ruta, también en un catamarán comandado por Manolo Agrasar y su padre, ya fallecido. ??Foi unha viaxe normal?, comentaba el patrón tras finalizar el remonte del Ulla. Mientras los mayores disfrutaban con las vistas, los niños hacían sus travesuras, subiéndose a los asientos y jugando. El catamarán se acercó hasta Areoso, donde unos arroaces irrumpieron de repente entre las aguas. La estampa maravilló al pasaje, que en esos momentos se encontraba en la cubierta.
Continuando la ruta, el Aquavisión II pasó ??pouco a pouco? por la isla de Cortegada, e hizo una pequeña escala en el puerto de Carril. Allí les esperaban para entregarles algunos víveres con los que saciar el apetito durante la segunda parte del viaje. Fue la madre de Manolo Agrasar, Lola, la que les acercó los manjares: empanadas de maíz de zamburiñas y berberechos y de trigo de bacalao con pasas, pollo y atún, elaboradas en la carrilexa Panadería Eugenio. ??Ni idea, hacemos muchas empanadas y no preguntamos para quién son?, comentaba por la tarde una responsable del establecimiento, que como la inmensa mayoría de los ciudadanos, ni se había enterado de que la Infanta Cristina había estado a unos cuantos metros de distancia.
También contaron con otros manjares, como mejillones y vino de la comarca, que degustaron en la parte interior del catamarán, en donde permanecieron ya hasta el final del recorrido. El remonte del Ulla resultó también espectacular a ojos de los peregrinos, con las vistas de la desembocadura del río, o las Torres de Oeste erigiéndose en sus riberas en Catoira. Sobre las dos del mediodía, el Aquavisión II atracó en una de las rampas del muelle de Pontecesures, la situada frente al Club Náutico, donde sólo unos pocos curiosos esperaban para ver a los Duques de Palma y a sus vástagos. Eran Lola, la madre de Manolo Agrasar, y algunos familiares más y los propietarios del bar Muelle, que tuvieron el privilegio de ser los únicos que conocían que la Infanta e Iñaki Urdangarín iban a hacer escala en el municipio. ??¡Qué diferencia de velos na televisión a velos en persona!?, comentaba la madre del patrón.
Un autobús recogió entonces al grupo de peregrinos que, después, hicieron parada en la localidad vecina de Padrón, donde el Duque de Palma peregrinó hasta el Monte Santiaguiño, en el se encuentra el montículo de piedras sobre las que predicó el Apóstol Santiago. Más tarde emprendieron camino hacia Compostela, donde esta mañana la Infanta tiene previsto asistir a la Misa do Peregrino, a las 12 horas.
DIARIO DE AROUSA, 07/08/10