Rosa Crespo recoge en Valga para pasear su obra por otros lugares de Galicia,

La valguesa Rosa Crespo, acompañada del alcalde, José María Bello Maneiro, y las concejalas Carmen Gómez y Begoña Piñeiro, clausuró en el Auditorio de Cordeiro la exposición “Pintando ilusións”. Pero no es un adiós, sino un hasta luego, ya que la muestra se dispone a recorrer ahora diferentes lugares de Galicia. La artista, que es también presidenta de la asociación Mulleres Rurais Albor, en el seno de la cual imparte clases de pintura, decidió en esta colección de cuadros dar un protagonismo especial a su otra gran pasión, las camelias, una flor que cultiva desde hace más de 25 años. De ahí el colorido de esta exposición formada por 26 obras en las que predomina el realismo, aunque con espacio para un par de ensayos de pintura abstracta, un cuadro con textura pintado sobre tela de saco y otro que mezcla la técnica del óleo con el repujado en aluminio.

Faro de Vigo

Multitudinario adiós a la pareja gallega asesinada en Sri Lanka.

“Esta comunidad se ha estremecido”, expresó el arzobispo durante el funeral en Pontecesures.

Una multitud, que en su mayoría rompió a llorar, ha despedido este sábado a María González Vicente y Alberto Chaves Gómez, la pareja gallega de novios que murió en los atentados perpetrados del pasado domingo en Sri Lanka y que han sido enterrados juntos.

En la iglesia de San Xulián de Pontecesures, donde se ha oficiado el funeral, nadie daba crédito al baño de sangre que el Domingo de Resurrección truncó la vida de unos jóvenes muy conocidos y queridos en la zona, con residencia en este pueblo de la provincia de Pontevedra y que tenían un sinfín de sueños para su futuro.

La capilla ardiente se ha instalado en el tanatorio de la vecina localidad de Padrón, donde María, de 32 años, trabajaba en la empresa de sus padres especializada en equipación de trabajo, y, desde allí, sus cuerpos han sido trasladados para el funeral.

La emotiva ceremonia ha estado oficiada por el arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio, que ha confesado que, nada más enterarse de la tragedia, había rezado por ellos, pero también por sus familiares, sabedor, como ha confesado, de que nadie está preparado para afrontar el final de aquellos a los que quiere.

Mucho menos si la causa es un ataque terrorista, “siempre injusto e indiscriminado, perverso y nunca justificable”, como el acontecido en esa isla, la lágrima de la India, que se ha atribuido el Estado Islámico y que ha dejado 253 muertos y más de 500 heridos.

“Esta comunidad parroquial se ha estremecido”, ha subrayado el arzobispo, y ha indicado que, con lo ocurrido, “todos hemos perdido” a unos seres humanos que formaban parte de la convivencia diaria, de la cercanía y de los afectos.

Ha ahondado el arzobispo en que la muerte, un enigma de la condición humana, llega siempre inesperadamente y en el caso concreto de María y Alberto “les han arrebatado sus vidas cuando tantos proyectos y tantas esperanzas llenaban su horizonte diario”.

Visiblemente afectado, ha hecho hincapié en que es difícil entenderlo, -“sé que estáis viviendo un dolor intenso”-; no en vano, ha admitido que las experiencias del mal pueden “estremecer la fe” y llegar a ser para ella una tentación, en referencia a no creer, pero ha pedido y rogado no caer en eso. “Todo parece un mal sueño del que uno espera salir en cualquier amanecer”, ha vuelto a reconocer, porque María y Alberto llevan consigo parte de muchas otras vidas, que han quedado partidas a la mitad.

Han asistido al funeral el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; su número dos, Alfonso Rueda; la cabeza de lista al Congreso del PP por Pontevedra, Ana Pastor; el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada; as subdelegadas de Pontevedra (Maica Larriba) y A Coruña (Pilar López-Riobóo); el presidende del Parlamento, Miguel Santalices; el secretario general del PSdeG, Gonzalo Caballero, y los alcaldes de Pontecesures, Juan Manuel Vidal; Rianxo, Adolfo Muíños; y Valga, José María Bello.

Alberto, de 31 años, natural de Rianxo (A Coruña), trabajaba en la filial de Profand en la India, y su novia, María, lo hacía en la empresa de sus padres. Ambos disfrutaban de unas vacaciones juntos en Semana Santa.

María y Alberto se encontraban desayunando cuando se produjo el asalto al hotel donde se alojaban. Poco antes habían subido fotografías de una aventura que les estaba encantando.

Faro de Vigo

Familia y vecinos velan con dolor y rabia los cuerpos de la pareja asesinada en Sri Lanka,

Cientos de personas y decenas de coronas y ramos de flores recibieron los cadáveres en el tanatorio de Padrón.

Los cuerpos de María González Vicente y Alberto Chaves Gómez, la pareja residente en Pontecesures asesinada el domingo pasado durante los atentados registrados en Sri Lanka, ya están en “casa”. Poco antes de las cuatro de la tarde de ayer llegaban al tanatorio, procedentes del aeropuerto de Madrid, los coches fúnebres que portaban los féretros de la joven pareja.

Allí, en el tanatorio Iria Flavia, en el municipio vecino de Padrón, esperaban los familiares de las dos víctimas y, en representación del pueblo de Pontecesures, el alcalde, Juan Manuel Vidal Seage, y sus socios de gobierno, Ángel Souto e Isabel Castro Barreiro.

Cuando llegaron los ataúdes fueron inevitables la escenas de dolor y rabia. Los padres de los fallecidos, José González Magán, Amelia Vicente Pereiras, Manuel Chaves Barreiro y Dolores Gómez Rodríguez, esperaban en el interior del tanatorio sin poder contener la emoción. En el exterior se encontraban algunos de los tíos y primos de las víctimas.

Ya con los féretros en la sala mortuoria número 2, situados uno junto al otro -al igual que reposarán juntos sus restos en el camposanto-, el dolor de familiares y amigos se hacía aún más evidente. Y resultaba inenarrable, casi estremecedor, cuando los padres pasaron a la sala para ver por última vez a sus hijos. Se abrazaban, buscaban consuelo donde no lo había, lloraban y se preguntaban por qué.

En cierto modo era ayer cuando empezaban a asimilar que la terrible situación que padecen desde el domingo no es ninguna pesadilla, sino una triste realidad provocada por el odio y el terrorismo.

Aunque el haber sido posible la identificación de los cuerpos y el hecho de poder traerlos a casa -mucho antes de lo inicialmente previsto- para darles un último adiós, enterrarlos y tener un lugar en el que rezarles puede ser entendido como una especie de consuelo, es lógico pensar que ni siquiera esto es suficiente para superar una pérdida como esta.

Adrián, hermano de Alberto Chaves, las abuelas de María, los padres, tíos y primos de ambas víctimas trataban de encontrar consuelo donde no lo había. Intentaban sobreponerse mientras recibían las condolencias de los vecinos y amigos que se desplazaron al tanatorio, que les visitaron en sus casas, les telefonearon o que guardaron un minuto de silencio en memoria de la pareja, como hizo ayer la comunidad educativa del instituto de Rianxo en el que estudió Alberto.

A medida que avanzaba la tarde cientos de personas pasaban por el tanatorio padronés, situado a orillas del río Sar y en el corazón de las tierras de Rosalía de Castro. Un lugar al que llegaron también decenas de ramos y coronas de flores enviadas desde diferentes rincones de Galicia, aunque sobre todo, de Pontecesures y Rianxo, el municipio del que es natural Alberto Chaves.

Y hoy seguirán llegando ciudadanos y flores al tanatorio, hasta que a eso de las seis de la tarde se proceda a la conducción de los cadáveres hasta la iglesia parroquial de San Xulián de Pontecesures.

Será allí donde se celebre el funeral de corpore insepulto, oficiado por el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, antes de que reciban sepultura en el cementerio de la parroquia, situado a escasos metros.

Se espera un sepelio multitudinario en el que, lógicamente, participarán numerosos representantes sociales, políticos y empresariales.

Ayer, por ejemplo, anunciaron su presencia en estos actos el delegado del gobierno en Galicia, Javier Losada; la subdelegada en Pontevedra, Maica Larriba, y su homóloga en A Coruña, Pilar López-Riobóo.

También tienen previsto acudir Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta;  Ana Pastor, presidenta del Congreso, en funciones; y el presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Ángel Santalices.

Faro de Vigo

El arzobispo preside el funeral de María y Alberto, muertos el domingo en Sri Lanka.

-La misa comenzará a las 18.30 horas, en la iglesia de San Xulián de Pontecesures -La llegada de los cuerpos al tanatorio de Padrón está prevista para esta misma tarde.

María González Vicente, de 32 años, y Alberto Chaves Gómez, de 31, se enterrarán juntos mañana en el cementerio de Pontecesures, justo después de un funeral por su eterno descanso que tendrá lugar en la iglesia de la parroquia de San Xulián que estará presidido por el arzobispo de Santiago, Julián Barrio.

Se trata de la joven pareja asesinada el domingo pasado en los brutales atentados de Sri Lanka, donde se encontraban disfrutando de unos días de vacaciones. Estaban hospedados en el hotel Kingsbury cuando poco antes de las 9.00 horas, mientras se encontraban en el restaurante para desayunar, se inmoló un terrorista suicida con sus cargas explosivas.

Como se avanzaba ayer en FARO, aunque él es natural de Rial, en la parroquia de Leiro, municipio de Rianxo, las familias de los dos jóvenes, que vivían juntos desde hace unos años en la villa pontecesureña, han decidido que sean velados y enterrados juntos.

Su velatorio y entierro va a depender del proceso de repatriación de los cadáveres y de su llegada a España. Pero inicialmente está previsto que sus restos mortales sean depositados en el tanatorio Iria Flavia, en el ayuntamiento de Padrón, entre las cuatro y las ocho de esta misma tarde.

Si todo marcha según lo previsto, el traslado de la pareja desde la casa mortuoria hacia el camposanto de Pontecesures se realizará mañana a las 18.00 horas, de ahí que el funeral vaya a comenzar apenas media hora después.

Cabe recordar que el embajador español en Nueva Delhi, con jurisdicción sobre Sri Lanka, José Ramón Barañano, había confirmado que los cuerpos de María González Vicente y Alberto Chaves iban a ser repatriados anoche y que llegarían a España esta mañana.

Identificación confirmada

Como también aseguró que las dos víctimas españolas están totalmente identificadas después de que se cotejaran sus huellas dactilares.

Ni que decir tiene que con cerca de cuatrocientos muertos y medio millar de heridos tras los atentados cometidos el domingo pasado en tres hoteles de lujo y tres iglesias, las labores de identificación de la pareja gallega no fueron sencillas.

En la embajada española en Nueva Delhi explicaron que el primer paso fue revisar las listas de huéspedes en los tres hoteles de lujo atacados, puesto que en las iglesias afectadas las posibilidades de que hubiera españoles eran menores.

“Así pudimos delimitar mucho más las sospechas de que hubiera pasado algo, y esos datos se cotejaron con los que se recibían de la morgue”, explicó el embajador a la agencia EFE.

Con las fotografías que se le habían facilitado, y en colaboración con la cónsul honoraria de España en el país, Priya Jayawardena, el encargado para Sri Lanka de la embajada española en Nueva Delhi, el diplomático Ignacio Vitórica, consiguió localizar a la pareja que “llevaba como cinco o seis días” en la ciudad y se disponía a abandonarla.

También indicó el embajador español que los tatuajes de los dos jóvenes arousanos facilitaron enormemente la identificación de sus restos.

Se da la circunstancia de que Alberto Chaves, que trabajaba en una empresa dedicada a los productos congelados del mar en el sur de la India, tenía previsto pasar la Semana Santa en Galicia.

Pero como su novia, María González, también iba a tener días libres en la misma época -ella trabajaba en una empresa familiar situada en Padrón-, acordaron hacer un viaje juntos a Sri Lanka, donde finalmente encontraron la muerte.

Como se explicó en días pasados, María y Alberto estaban muy unidos y tenían muchos planes de futuro juntos.

Faro de Vigo

María y Alberto se enterrarán juntos el sábado, en Pontecesures.

Está previsto el traslado de los restos desde la casa mortuoria hacia el cementerio de San Xulián a las seis de la tarde

María González Vicente y Alberto Chaves Gómez se enterrarán juntos el sábado en el cementerio parroquial de San Xulián de Pontecesures. Se trata de la joven pareja asesinada el domingo pasado en los atentados de Sri Lanka, donde se encontraban disfrutando de unos días de vacaciones.
Aunque él es natural de Rial, en la parroquia de Leiro, Concello de Rianxo, las familias de los dos jóvenes, que vivían juntos desde hace unos años en la villa pontecesureña, han decidido que sean velados y enterrados juntos.

Llegan mañana por la tarde

El proceso que roda a su velatorio y entierro va a depender del proceso de repatriación de los cadáveres y de su llegada a España. Pero puede avanzarse que está inicialmente previsto que sus restos mortales sean depositados en el tanatorio Iria Flavia, en el Concello de Padrón, entre las cuatro y las ocho de la tarde de mañana viernes.
Si todo marcha según lo previsto, el traslado de la pareja desde la casa mortuoria hacia el camposanto comenzará a las 18.00 horas del sábado.
El embajador español en Nueva Delhi, con jurisdicción sobre Sri Lanka, José Ramón Barañano, confirmó que los cuerpos de María González Vicente, de 32 años, y su novio, Alberto Chaves, de 31, serán repatriados esta noche y llegarán a España mañana, en horario matinal.
También aseguró que las dos víctimas españolas están totalmente identificadas después de que se cotejaran sus huellas dactilares.


Faro de Vigo

Golondrinas tatuadas en la piel.

María González Vicente y Alberto Chaves Gómez, una historia de amor truncada por el terrorismo y la fatalidad.

La de María González Vicente y Alberto Chaves Gómez fue una historia de amor. Y como en todas ellas siempre hay una canción, un símbolo o un sueño que compartir o recordar. Ellos compartían las golondrinas que se habían tatuado en la piel y permitieron identificar sus cadáveres tras los sanguinarios atentados de Sri Lanka. Ayer las golondrinas y las “mariposas en el estómago” que como cualquier pareja de enamorados sentían estos jóvenes de Pontecesures -él nacido en Rianxo- volvieron a volar. Volaron para posarse en los corazones de los miles de personas que lloraron su pérdida, cientos reunidas en concentraciones y minutos de silencio en sus villas natales.

Hace un par de años María González Vicente, de 32 años y natural de Pontecesures, y Alberto Chaves Gómez, nacido en Rianxo hace 31, decidieron empezar una vida juntos. Las “mariposas en el estómago” que sentían y las golondrinas que se tatuaron eran prueba de su amor, al igual que compartir vivienda en la villa pontecesureña, donde hicieron planes de futuro juntos.

A él se le brindó una oportunidad profesional casi irrechazable, la de irse a trabajar a India. Su padre fue uno de los que más lo animaron, y esto es algo que ahora no se perdona. Cree que si no lo hubiera hecho, si no hubiera alentado a su hijo a prosperar laboral y económicamente, quizás ahora estaría vivo.

Pero nadie, salvo los terroristas que quitaron la vida a esta joven pareja, tiene la culpa de lo sucedido. Y mucho menos unos padres, los de él y los de ella, que solo querían lo mejor para esos dos chicos de los que se sienten orgullosos y de los que todos hablan auténticas maravillas. Tanto es así que nada de lo que dicen sus vecinos, familiares y amigos suena a tópico o a protocolario. Todo suena a verdad e incluso a admiración por dos chicos que se habían abierto camino por méritos propios.

Así lo recordaban muchos de los que ayer participaron en las concentraciones y minutos de silencio celebrados tanto en Rianxo como en Pontecesures. Incluso la factoría de Nestlé, donde trabaja la madre de la chica, paró máquinas para que sus trabajadores pudieran asistir a este emotivo acto de repulsa frente al terrorismo, recuerdo de las víctimas y apoyo a las familias.

Entre la tensión y el inconsolable llanto de los familiares que sacaron fuerzas para asistir a estas citas eran muchos los que recordaban la historia de amor de estos dos chicos que decidieron verse en Sri Lanka aprovechando las vacaciones de Semana Santa.

Fueron muchos los que elogiaron a esa pareja que había decidido superar la distancia que los separaba desde que él se fue a trabajar a India, pero que encontraron la muerte cuando desayunaban tranquilamente en el hotel antes de iniciar una ruta turística que, a buen seguro, iba a unirlos más que nunca.

Cuando se pregunta cómo eran, todos responden que “buena gente”, que “se querían” o que “no merecían algo tan terrible”.

“Una gran mujer”

“María era una chica muy divertida, habladora y trabajadora”, explica Belén, una pontecesureña que la conoce desde hace tiempo. Guillermo, que también se presenta como su amigo, y Pepe, uno de sus primos, prefieren recordarla como “una gran mujer, con muchos planes de futuro y enormes ganas de vivir“.

Guillermo Somoza es el dueño del bar O Portugués, situado justo frente a la casa de los padres de Alberto Chaves, a quien conocía desde niño. Roto por el dolor, como todos los vecinos de este pequeño lugar de Rial y la parroquia rianxeira de Leiro, acertaba a explicar que el joven asesinado en Sri Lanka “era buena persona; un chaval simpático, educado, agradable y hablador que siempre que venía a ver a sus padres pasaba por el bar y estaba con sus amigos”. De hecho la víctima se crió con su hijo. “Siempre se llevaron bien y jugaron juntos desde pequeños”, rememora.

“Berto” nació en este lugar de Leiro y se fue a vivir a Pontecesures siendo aún niño -de donde era natural su padre-, mientras construían la vivienda actual en Rial. “Después volvieron y hace un par de años se fue a vivir de nuevo a Pontecesures, pero esta vez con su novia María, que también venía por aquí cuando visitaban a la familia”, relataba el tabernero antes de confirmar algo que se palpaba en el ambiente y se apreciaba en la cara de cada vecino: “La gente de la aldea está destrozada”.

Uno de ellos es José Alcalde Varela, un hombre que apenas podía contener las lágrimas cuando explicaba que “Alberto era vecino de aquí de toda la vida; un chaval muy educado y trabajador al que vi por última vez hace tres o cuatro meses”.

Llegó a explicar que Alberto, quien llegó a trabajar de camarero en Rianxo para ayudar a la familia a costear sus estudios, “fue como un hijo para mí; un chico fuera de serie que siempre hablaba con la gente y muy bien educado, al igual que lo son sus padres, que también son buenas personas”.

Al hablar de ellos, de los progenitores, José Alcalde señalaba que “están totalmente destrozados, encerrados en casa y deseando que les traigan a su hijo cuanto antes; Dios quiera que mañana mismo”.

No le faltaba razón, porque Manuel Chaves, el padre del chico muerto en Sri Lanka, apenas podía articular palabra. Recibió a FARO en la puerta de su casa. Entre lágrimas, con los ojos rojos e hinchados y sujetando un pañuelo en su mano derecha, se limitó a sugerir que no quería, o no podía, decir nada.

Frente a la vivienda reside también Jesusa, una septuagenaria que explicaba minutos antes: “No abren la puerta a nadie, salvo a los familiares que vienen a verlos, porque están destrozados”.

También conocía a Alberto Chaves desde niño, como todos sus vecinos, y recuerda que ahora, “siendo ya un hombre, venía a veces al bar con su padre, jugaban la partida y hablaban con todo el mundo; aquí nos conocemos todos, pero ahora está la puerta cerrada a cal y canto porque esto que le pasó a él y a su novia es una desgracia”.

Faro de Vigo