La agrupación En Marea
entiende que algunas de las prácticas llevadas a cabo en el Concello de
Valga, que implicarían a la Alcaldía y a los departamentos de
Secretaría e Intervención, podrían ser contrarias a la legalidad, por lo
que tres de las integrantes de esta formación formalizaron ayer una
denuncia ante la Fiscalía de Pontevedra, demandando una investigación
relacionada con la contratación de personal.
Elena Cores, miembro de la Coordinadora de En Marea y concejala por Gañemos Vilanova,
acudió a la Fiscalía acompañada por la portavoz de la agrupación en
Sanxenxo y candidata al Congreso, Mary Camiña, y Concepción Rodríguez de
Gañemos Vilanova, para denunciar que la contratación, a iniciativa del
propio alcalde, del secretario y del interventor fue realizada, a su
criterio, de forma irregular.
Cores
argumentó su postura indicando que esos puestos fueron cubiertos
partiendo de una previsión presupuestaria anual muy inferior al salario
que, por categoría, les correspondía.
Los miembros de En Marea, sospechan que esta previsión se hizo con el presunto objetivo de disuadir a los funcionarios que pudiesen estar interesados en optar a ellos, de forma que acabaran siempre vacantes. “De esta forma, el alcalde, ante la vacante, puede echar mano de gente que le resulte más cómoda para el ejercicio de su actividad y que no ponga reparos”, declaró la denunciante.
Catoira
se reencontró más de un año después con su prueba atlética por
excelencia. El motivo no fue otro que la quinta edición de la Carrrera
Romaría Vikinga 10K que concentró en la línea de salida a cerca de 700
corredores en todas las categorías.
A
la importancia deportiva del evento hubo que añadir el marcado acento
emotivo de la misma. Antes de la salida de la prueba absoluta tuvo lugar
un homenaje a los dos concejales catoirenses fallecidos en los últimos
meses, Carlos Castaño y Eduardo Touriño. Además, se le retiró el dorsal
296 con el que Touriño participó en su última Romaría Vikinga en medio
del aplauso de los cientos de personas que se reunieron en la salida.
La
victoria en la distancia larga fue para Juan Carlos Mosquera Dopazo. El
corredor del Sar de Padrón firmó un registro de 35:11 corriendo el
kilómetro con un promedio de 3 minutos y 31 segundos.
El
equipo padronés copó por completo el podio absoluto masculino. En la
segunda posición finalizó Roberto Agrelo Gómez (35:16) seguido de
Ricardo León Viñas (35:50).
El tiempo medio de carrera
se quedó lejos de la mejor marca y récord de la competición establecido
en la edición celebrada en 2017 por el portugués Nuno Costa, pero esta
edición destacó por la masiva participación en la categoría absoluta con
prácticamente el 100% respecto a la inscripción.
En
categoría femenina, el casco y la espada vikinga símbolos de la
victoria, fue a parar a la pontevedresa Silvia García Ligero, del Club
Ponte a Correr, que paró su crono en 41:51. Lo holgado de su victoria
queda de manifiesto en su ventaja sobre la segunda clasificada, Ángeles
Iglesias Santiago del club +9 de Moraña y con una marca de 45:21. La
tercera posición del podio femenino absoluto fue para Patricia Rodríguez
Estévez, del Miller Running Club, con un registro de 47:14.
En la carrera para la categoría benjamín el triunfo fue para la padronesa Sabela Raposo Fernández mientras que la segunda plaza recayó en Pablo Sánchez Mella (Atletismo O Pino). En categoría alevín se impuso Hugo Domínguez Juncal (Vila de Cangas) y segunda fue Daniela Rama Figueiras (Noia). Samuel Corrales Riobó (Vila de Cangas) ganó en prebenjamines al igual que Zoe Fernández Lapido. En la carrera infantil cadete se impuso Cosme Viana Valiña (Escola Atlética Lucense) mientras que la ganadora femenina fue Carla Magariños Lodeiro, del +9 de Moraña.
Juan Manuel Rey, María Ferreirós y un responsable de Protección Civil de Catoira en la rueda de prensa del vierne
La candidata socialista a la Alcaldía de Valga,
María Ferreirós, y el regidor de Caldas, Juan Manuel Rey, comparecieron
ayer en rueda de prensa para denunciar abiertamente la situación del
servicio supramunicipal de emergencias (GES) con sede en el municipio
valgués. El asunto será tratado en una sesión plenaria extraordinaria
este mismo lunes, forzada por los socialistas del municipio que ayer se
mostraban especialmente duros con la “nula capacidade de diálogo” del
alcalde, José María Bello Maneiro.
Fue la alcaldable de la localidad, María Ferreirós, la que advirtió
que de un tiempo a esta parte la situación del GES supramunicipal, que
debería dar servicio a los concellos no solo de Valga, sino también de
Pontecesures, Catoira, Caldas y Portas ha ido a peor. “Todo nace a raíz
dunha serie de demandas dos propios traballadores para reclamar un
listado de competencias claras e tamén unha especificación das
categorías e dos traballos a realizar”, dice Ferreirós. La consecuencia,
advierte, es que “dende Alcaldía se cambian os cadrantes e se modifican
os turnos de 24 horas por un de 8. Orde sempre da Alcaldía”. Los
socialistas entienden que esta situación “é perigosa porque así se
evidenciou cando houbo que acudir aos incendios de Cuntis e Dodro e só
había un operario”. Además de criticar la capacidad de diálogo de Bello
Maneiro la edila también señala que “houbo represalias contra os
traballadores por parte da Alcaldía coa suspensión de emprego e soldo” y
apunta que “a situación é verdadeiramente preocupante”.
Lo cierto es que el carácter supramunicipal del servicio nunca ha existido según las palabras del alcalde de Caldas, Juan Manuel Rey. “Durante os anos que leva este servizo operativo só actuaron noutros concellos de forma moi puntual e, é máis, durante todos os anos deste servizo nunca acudín a ningunha reunión de coordinación, que sería o máis lóxico”. Entiende el alcalde caldense que el GES, aunque supramunicipal, “sempre foi un xoguete nas mans do alcalde de Valga”. De hecho dice sentirse “ninguneado” porque “nunca contamos con ese servizo, pese a ter dereito a el”.
Ferreirós argumentó que el GES realizaba todo tipo de tareas, no solo de emergencias, sino también de “limpeza de cunetas” cuando “é persoal formado para as emerxencias”.
El Concello de Valga reclama a la
Subdelegación del Gobierno que aporte más medios técnicos y materiales
para evitar el desmantelamiento del cuartel de la Guardia Civil
existente en esta localidad, y del que, teóricamente, dependen también
otros municipios vecinos, algunos que carecen incluso de Policía Local,
como Catoira, y otros que están bajo mínimos, como Pontecesures.
El gobierno del conservador José María
Bello Maneiro ya ha preparado una moción que aprobará en el pleno a
celebrar mañana para empezar a presionar, lograr que se mejore el
servicio e impedir el cierre del acuartelamiento.
Alegan
en el ejecutivo local que la situación es “preocupante” porque la
Guardia Civil “ofrece un servicio cada vez más precario”. Tanto es así
que “en la actualidad este cuartel solo cuenta con un sargento y un
guardia cuya presencia es testimonial”.
Prueba
de ello, añaden en el Concello, es que “resulta más frecuente
encontrarse con un control de Tráfico que con una patrulla de la Guarda
Civil, lo que acrecienta la sensación entre los vecinos de que está más
para recaudar que para vigilar”.
Parece
que, asimismo, “son muchas las quejas de los vecinos por el deficiente
servicio que ofrece el cuartel, pues si quieren poner una denuncia
tienen que dirigirse, la mayoría de las veces, a Caldas, Vilagarcía o incluso Cambados, ya que nuestro cuartel tiene las puertas cerradas”.
La
situación llega a tales extremos que “en ocasiones los vecinos optan
por no denunciar los robos que sufren en sus casas porque no tienden
dónde hacerlo y porque empiezan a creer que no vale para nada”.
Estadísticas irreales
Esto
lleva a decir al gobierno local que “las estadísticas que se manejan
sobre robos y otros hechos delictivos en nuestro pueblo son irreales”.
Lo
único cierto, consideran, es que “los robos en viviendas, comercios o
iglesias aumentan día a día, a lo que se suma que Valga tiene una amplia
población estudiantil y está cerca de áreas bastante conflictivas en
cuanto a trapicheo de drogas, por lo que aumenta la preocupación entre los padres”.
Para
justificar su reclamación, el Concello también alega que carece de
Policía Local y dispone de un importante tejido industrial, “con más de
2.000 trabajadores en menos de un kilómetro cuadrado”.
Además,
“discurren por el municipio importantes vías de comunicación, como la
autopista AP-9 la Nacional 550 o la PO-548, así como dos caminos de
peregrinación a Santiago”.
Bello Maneiro asegura incluso que la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra
“es perfectamente consciente de la situación de abandono progresivo que
afecta a nuestro cuartel debido a su escasez de medios y personal
porque así se lo hemos transmitido en varias ocasiones”.
Al hilo de esto resalta que “en una reunión con la subdelegada ésta se comprometió a realizar una visita a Valga que a día de hoy no se ha producido y prometió un nuevo vehículo que tampoco se entregó; y mucho menos se amplió el número de efectivos”. Todo ello a pesar de que el Concello “hizo en su día un esfuerzo muy grande para reformar y acondicionar el cuartel, por lo que ahora tenemos unas instalaciones modélicas que están infrautilizadas”.
Los nacionalistas Manuel Fariña y Antonio Rodríguez Touceda visitaron la base del GES de Valga, para comprobar las “pésimas condiciones” en las que están trabajando los profesionales de emergencias.
En el encuentro mantenido con los profesionales, Fariña y Touceda comprobaron como la Xunta
ha convertido este servicio “en un auténtico reino de Taifas que deja a
los vecinos totalmente desprotegidos por capricho y voluntad del
alcalde del PP de Valga, como está aconteciendo en la actualidad”.
Los
trabajadores del GES de Valga denunciaron el cambio en la gestión del
personal por parte del gobierno de Bello Maneiro, lo que provoca que por
las noches esté operativo un único trabajador del GES, lo que hace, a
juicio del BNG,
“completamente inviable que pueda acudir a una emergencia en solitario,
lo cual supone en la práctica el desmantelamiento del servicio”.
Subraya
esta fuerza política, que el alcalde de Valga parece entender el GES
como “una cuadrilla de obras y mantenimiento municipal, empleando a sus
trabajadores para realizar tareas impropias de un grupo de emergencias
como son por ejemplo la poda de árboles, la recogida de voluminosos o
tareas de limpieza. Tareas que provocan que la atención a las
emergencias pierda eficacia”.
También denuncia el BNG que a día de hoy el GES de Valga no cuenta con el material acomodado para realizar su trabajo.
Javier Bello Ferreirós, el hombre de 46 años que el pasado día 10 habría matado a su esposa, María
José Aboy Guimarey, de 43, antes de suicidarse, estaba vivo cuando se
fue encontrado al lado de la víctima y se descubrió el crimen.
Habría
sido después de verse sorprendido por su propio hijo cuando el presunto
autor del ataque machista decidió quitarse la vida, según indicaron
varios familiares.
El hijo varón
Como se dijo en un primer momento el hijo varón de la pareja acudió al domicilio de sus padres,
en el lugar de Bronllo (Concello de Valga), para ver qué les había
sucedido, ya que la familia los estaba esperando para almorzar todos
juntos en una casa cercana y se estaban retrasando en exceso.
Cuando
el joven entró en casa, poco después de las tres de la tarde, no se
habría encontrado con sus dos padres muertos, sino solo con la madre,
tendida en el suelo de la habitación en medio de un gran charco de
sangre, tras haber recibido un disparo en el pecho.
Se asustó
Según
el testimonio inicial de los familiares ante la Guardia Civil, al
presenciar aquella dramática escena, el hijo de la pareja se asustó y
salió corriendo de casa en busca de ayuda.
Fue
al regresar a la misma, junto a otros familiares, cuando se encontraron
la puerta del domicilio cerrada por dentro. Rompieron un cristal para
poder entrar y, ya en el interior, comprobaron que tras quedarse solo, y
una vez descubierto, el padre se había quitado la vida disparándose en
la cabeza con la misma escopeta de caza que, presuntamente, había
empleado para matar a su esposa.
Su
cadáver estaba cerca del de la mujer, pero tendido en la cama del
dormitorio, siempre según el testimonio que ofrecieron diversos miembros
de la familia a las fuerzas del orden.
Desde
la Guardia Civil indicaban ayer que, en cualquier caso, no hay
novedades en relación con la investigación de estos hechos, ya que a
pesar de lo explicado no varía la hipótesis inicial que achaca la
autoría del homicidio al varón y alude a su posterior suicidio.
Hay
que recordar que los hechos sucedieron a eso de las tres de la tarde
del día 10 en la vivienda familiar del lugar de Bronllo, en la parroquia
de Setecoros, donde residía la pareja.
Enterrados juntos
Ella era natural de Valga y él había nacido en la parroquia de Carracedo (Caldas), en cuyo cementerio fueron enterrados juntos el martes pasado.
En los servicios sociales del Ayuntamiento de Valga
y en la Guardia Civil indicaron que no había constancia de episodios de
violencia de género previos, ni mucho menos, denuncia alguna.
El
hombre, presunto autor del homicidio, era una persona reservada que, al
parecer, llevaba un tiempo en tratamiento médico por un problema
psicológico, y señalaban fuentes próximas a la familia que se había
mostrado agresivo en alguna ocasión anterior.
Tenía dos escopetas de caza con licencia de armas en regla. Trabajó como soldador en empresas de Valga y Padrón, pero llevaba unos años en paro.