Ríos, pesca e lampreas.

Cao chegada da primavera miles de pescadores percorren as beiras dos ríos galegos na procura de experiencias deportivas para uns, e culinarios para outros, que ninguén lle fai mala cara a unhas boas troitas fritidas cun chisco de unto no aceite, malia que agora xa non poidan cumprir os tres «efes» da tradición: fritas, frías e fiadas. A prohibición da súa comercialización acabou co terceiro «efe».
Pero non ríos galegos non todo é pesca deportiva. Dende hai séculos captúranse nas súas augas especies de indudable interese económico: anguías e lampreas son as máis tradicionais, angulas as máis recentes, e a elas hai que sumar nalgúns as sollas e outras especies menos coñecidas.
Aquí sucede o contrario que coas troitas, e se estas se reservan para a pesca deportiva, a lamprea é presa exclusiva dos profesionais da súa captura, que seguen a empregar construcións técnicas con séculos nas súas costas. Din que as pesqueiras en que se capturan anguías e lampreas se remontan aos tempos dos romanos, índa que algunhas voces autorizadas, como a do arquitecto César Portela, aseguren que tal e como son agora só levan entre nós algúns centos de anos.
A pesca, marítima ou continental, sempre foi obxecto de análise en Galicia, e máis dende que Cornide Saavedra fixo os seus estudos. E o gusto por coñecer máis sobre esta continúa, así que recentemente foron publicados dous libros que abordan o mesmo tema dende dúas perspectivas distintas.
No «A pesca tradicional nos ríos de Galicia» o historiador, arqueólogo, e antropólogo Lois Ladra realiza un profundo estudo sobre a arquitectura da pesca nos ríos galegos, froito dun traballo de investigación ao longo de moitos anos.
Nada máis axeitado ao termo «arquitectura» para definir o traballo que desenvolve Ladra arredor das moi diversas maneiras que ao longo da historia empregaron os habitantes de Galicia para capturar peixes no río e nas ribeiras do mar, con construcións como caneiros, pescos ou pesqueiras que perduraron ata os nosos días en plena actividade, con excepción daquelas zonas onde a proliferación de obras hidráulicas do século XX remataron co peixe. Outras construciós dexáronse de usar e desapareceron pola natureza dos materiais empregados (canas e madeira), e quedou a súa memoria en documentos, libros e ilustracións.
As pesqueiras son tamén protagonistas de «Lampreas e pesqueiras», obra do xornalista e pescador Miguel Piñeiro, orientado fundamentalmente aos amantes do río e da lamprea.
Na súa obra Piñeiro ofrece tamén moita información sobre as pesqueiras que na actualidade seguen a funcionar nos ríos Miño e Ulla dedicadas á captura de lamprea, e lembra outras, como as do río Tambre, que xa non renden a súa cota anual de peixe por culpa dos encoros.
«Lampreas» e pesqueiras dedica unha boa parte das súas páxinas aos aspectos culinarios e gastronómicos da lamprea, incluíndo receitas e datos sobre os restaurantes máis emblemáticos para os amantes deste peixe.
Ambas as obras son un bo vehículo para achegarnos a un patrimonio cultural e material de tódolos galegos que corre serio perigo de desaparición senón se protexe.

«Lampreas e pesqueiras» de Miguel Piñeiro. Galaxia 2008. 160 páxinas. 19 euros
«A pesca tradicional nos ríos de Galicia» de Lois Ladra. Sotelo Blanco. 200 páxinas. 16 euros.

Artigo de Miguel Vila Pernas. Revista «Tempos Novos». DIARIO DE AROUSA, 13/05/09

Treinta y siete años capturando lampreas.

Natural de Vedra y adoptiva de Carreiras, en Cesures, Lola Villanueva es la mujer más veterana de los Valeiros ·· Considera la pesca un trabajo duro, pero muy vicioso ·· Gracias al río y a su profesión sacó adelante a 9 hijos

Nació tierra adentro, en uno de los municipios de Tierras con un microclima especial: Vedra. Allí cultivó la tierra y se embebió de las artes de la agricultura y ganadería. Pero del mar y del río, Dolores Villanueva, Lola como la llaman cariñosamente en su pueblo de adopción, en Pontecesures, nada sabía. Fue la primera mujer dedicada a la pesca de la lamprea en el Ulla, la baleira más veterana y la que abrió un camino en un mundo dominado casi en exclusiva por entonces al hombre. Rompió barreras y demostró que las féminas son tan dignas como los varones para dominar una embarcación y unas nasas.

Si hace cuarenta años le hubiesen dicho a esta mujer que su profesión estaría vinculada con el Ulla y la pesca, ella hubiera respondido que quien lo pensaba estaba loco. «Pero aquí me tes. O outro día da boda aterrizei na embarcación. Non sabía nada das artes de pesca, nin de cómo se levaba un barco, pero a todo se fai un e eu non ía a ser menos», recalca, añadiendo que «ata fai quince anos eu era a única muller aquí».

El Ulla es para Lola uno de sus grandes amores. El primero, sin duda, es Manolo, su marido, el que la introdujo en este río «que eu só vía dende a casa onde me criei, en Vedra». De la parte alta del Ulla a la parte baja, de la tierra al río y al mar (porque también faena en la ría buscando chopo, solla o anguilas), de la agricultura a la pesca, mundos todos ellos tan antagónicos. Aquí en Pontecesures lleva 37 años trabajando ininterrumpidamente (puede que se jubile ??o la jubilen?? el próximo año). Lola logró conjugar su trabajo con su vida privada, y sacar adelante a sus nueve hijos (cinco de los cuales, entre ellas una hija, se dedican a la misma faena: capturar lampreas y faenar en el mar). Todo ello con mucho aplomo, fuerza de voluntad y un humor envidiable. Ella ama la vida, la que fluye por las aguas fluviales y la suya propia, y su trabajo. «Eu xa viña acostumbrada a traballar, pero o río foi difícil. O Ulla é moi vicioso e a lamprea, máis. Cando a vin por primeira vez, case vomito. Hoxe a comemos case todos os domingos. Teño 57 anos, 37 dos cales pesco lampreas, algo sabrei ¿non?. Pero a pesca no Ulla cambiou moitísimo. Antes pescábase con redes, igual que no Miño. Entón sí que era dura, pasabas toda a noite no río», dice.

Vivió un tornado mientras faena en Meloxo, el mar la puso en más de un apuro y combatió en ocasiones con el Ulla, pero ahí continúa, a bordo del Alejandrito, surcando las aguas y viendo cómo a su alrededor hay cada vez menos pesca, menos familias que se dedican a este oficio y más contaminación. «Sabes, este éche un traballo tan digno como outro calquera do que me sinto orgullosa».

TIERRAS DE SANTIAGO, 21/04/09

Cierra la temporada de lamprea con un balance aceptable de capturas.

La crisis empaña el establecimiento de los precios, que se reducen a la mitad

La temporada de pesca de la lamprea finalizaba la pasada semana en la parte baja del río Ulla. Los baleiros recogían las redes y se preparaban, la gran mayoría, para la pesca de la solla y la anguila. En líneas generales, y según algunos de los pescadores interrogados por este semanario, la temporada fue aceptable en cuanto a capturas este año, frente a la pasada temporada en la que el ciclóstomo dejó poca presencia (en cuanto a capturas y en cuanto a dinero).

«Fíxose de rogar ao principio, porque parecía que non quería caer nas redes, pero logo fomos cubrindo o cupo», recalca uno de los pescadores pontecesureños, quien apunta que «houbo días en que pescamos entre 8 e 10. Non podemos decir que sea algo espléndido, pero fomos tirando».

Lejos quedan ya ??por problemas ajenos al propio colectivo?? las captura de 90 o 100 ejemplares en días determinados.

Para otros, esta temporada fue regular. Y es que los precios estaba tirados. Las dos primeras piezas que inauguraron la temporada de la lamprea salieron al mercado por 70 euros.

En el tramo final de la pesca, las lampreas se vendieron entre 10 y 20 euros, «eso se falamos de medianas ou grandes, porque as pequenas estaban tiradas», recalcan algunos. Y es la crisis afectó también a este sector. Si bien hay restaurantes que afirman que a ellos, el ejemplar de lamprea se lo vendieron por 35 y 40. La dama del Ulla se retira hasta el próximo año.

TIERRAS DE SANTIAGO, 21/04/09

Cesures, Padrón y A Estrada realzan la lamprea, la Pascua y el salmón.

En la comarca de Tierras, prolífera en celebraciones tradicionales, varios municipios anhelan también el reconocimiento oficial para sus festejos más destacados. Es el caso de Pontecesures, Padrón y A Estrada donde las administraciones locales están ya inmersas en la búsqueda de un distintivo para sus fiestas. En el caso cesureño, el Concello está elaborando su informe sobre la exaltación de la lamprea. Por su parte Padrón ya ha comenzado las primeras gestiones para obtener el reconocimiento a su fiesta de Pascua, de gran tradición dentro de la programación de Semana Santa. A Estrada defenderá el reconocimiento para la fiesta de exaltación del salmón.

TIERRAS DE SANTIAGO, 14/04/09

Fin de semana com lamprea cesureña y bólidos.

El pincho se sirvió a 2,50 euros entre cochazos como un Jaguar Coventry

La lamprea volvió a reinar en el muelle de Pontecesures en un fin de semana de actos compartidos con la Feira do Automóvil. Además de degustar pinchos del pescado del Ulla a 2,50 euros, los asistentes tuvieron ocasión de contemplar bólidos únicos, como Jaguar Coventry, valorado en 90.000 euros, y al que se subieron la alcaldesa, Maribel Castro, y el vicepresidente de Diputación de Pontevedra, Juan José Durán. Los miles de visitantes que recalaron el domingo, además, disfrutaron del pregón a cargo del biólogo Fernando Cobo.

Cobo destacó que, a pesar de la leyenda negra, la lamprea no es un animal carroñero, sino una antigua especie que desciende de los primeros peces que pululaban en las aguas hace 500 millones de años, y que se alimenta de fluidos y sangre, «dejando bien muertas a sus presas». Animó a todos los presentes a promocionar esta especie, que se utiliza en investigaciones para profundizar en el sistema endocrino humano. Citó, entre los principales baluartes de la lamprea, a Miguel Piñeiro o Chus Abalo. «Declárome enamorado da lamprea», finalizaba su discurso.

Por su parte, Maribel Castro recordó los orígenes culinarios de la lamprea, en época romana, y de la feria del automóvil en 1925. Tras destacar la figura del ex alcalde fallecido Victoriano Trenco Romay, instó a los presentes a divertirse. El premio al conductor más veterano de los participantes en el ferial fue para Domingo López. Entre las gangas automovilísticas que se pudieron ver figuran un BMW 120 d, con 6.632 kilómetros, por 32.900 euros, o un Mercedes clase E de 270 caballos (con 187.000 kilómetros) por 22.500 euros.

TIERRAS DE SANTIAGO, 07/04/09