Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), la empresa que paga a la plantilla de la planta de residuos de Servia propiedad de la Mancomunidade Serra do Barbanza, y que da servicio también al concello de Pontecesures, ha presentado al ente intermunicipal un escrito en el que advertía de la resolución del contrato por el impago de la deuda acumulada por los concellos, y que según apuntan desde el comité de empresa, vencerá el día 30 de este mes.
Para entonces sus 150 trabajadores podrían ver perderse por el desagüe todo el esfuerzo realizado desde el 2004, y que ha situado a esta planta de reciclaje a la cabeza del Estado por su excelencia y continuidad en un sistema autónomo y diferenciado, que maneja los residuos que producen 85.000 habitantes decantándose por el compostaje y la recuperación.
De llegarse a esta traumática situación, y tal y como reconocen desde la Mancomunidade, la actitud de FCC está justificada, ya que Serra do Barbanza prolongó durante más de seis meses la deuda, algo que la Ley de Contratos prevé como justificación para la solicitud de resolución. Desde el ente barbanzano también desvelaron que la deuda alcanzó los 3,5 millones en junio.
Si decide finalmente rescindir su acuerdo y cesar su actividad en el municipio de Lousame, FCC deberá esperar durante un plazo máximo de tres meses hasta que Serra do Barbanza dé luz verde o rechace su decisión. Fue un portavoz de la mancomunidad quien reconocía que para la institución que gestiona los residuos de nueve concellos no era rentable entrar en la vía judicial.
A mayores de la deuda de la Mancomunidade, la continuidad de la planta de residuos pende de un hilo también por el anuncio de Ecoembes de que a partir del 1 de enero del 2011 solo recogerá el 30 por ciento de los envases ligeros de la instalación de Servia, frente al cien por cien de ahora, lo que supondría para la gestora de la planta, FCC, unas pérdidas anuales de unos 600.000 euros según sus propios cálculos.
El director de comunicación de Ecoembes, Antonio Barrón, aseguró que la Ley les permite no recoger el 70% de los envases ligeros, «al no ser de nuestra responsabilidad».
Barrón explicó que hay que diferenciar entre residuos de uso doméstico y uso industrial o agrícola, tal y como recoge la Ley de residuos de envases de 1997. Y añadió que cada empresa se responsabiliza de unos porcentajes relacionados con esta división. En el caso de la planta de Lousame, donde no existe recogida selectiva de envases y lo que se separa es la basura orgánica del resto -según explicó este portavoz-, Ecoembes solo tiene que hacerse cargo de los residuos domésticos ligeros, que suponen el 30%: «Y en lo que estamos recogiendo hasta ahora existe otro tipo que responde a un uso industrial o ganadero que no es competencia nuestra».
LA VOZ DE GALICIA, 12/10/10