Ángel Rodríguez Conde, presidente del colectivo Remonte de Padrón y experto conocedor del monte por su labor profesional, cree firmemente en la multifunción de éste. En este aspecto, aboga por la necesidad de recuperar el valor del monte, no sólo desde el punto de vista maderero sino en su conjunto como fuente de productividad y riqueza. Rodríguez Conde sostiene que muchos de los incendios registrados en Galicia, y en concreto en el área de influencia de Tierras, podrían evitarse si todos los sectores sociales implicados se sentasen a hablar de los problemas que acechan al rural «durante el invierno para actuar en verano. Podemos suponer en muchos casos cuál es la causa del incendio. Por ejemplo en A Baña, la mayoría de los focos parecen ser que puedan tener que ver con el ataque del lobo, y en Negreira con el del jabalí».
Asimismo recalca que uno de los graves problemas que se registran en la mayoría de los núcleos del rural es el envejecimiento de la población y el minifundismo. «La gente joven se marcha de la aldea y no quiere saber nada de las tierras. Los que quedan tienen una edad muy avanzada y ya no pueden realizar la misma labor de antes. Esto lleva a un abandono de las parcelas y a la proliferación del matorral. Hace 50 años todo el monte estaba limpio y la gente se peleaba por el tojo. Hoy no. Limpiar es una carga». Asimismo recalca que «la Administración debería potenciar la concentración del monte y no permitir la pervivencia de parcelas aisladas».
El presidente de Remonte se muestra partidario de que la Administración se haga cargo de fincas de monte que estén completamente abandonadas para limpiarlas, sacarlas rentabilidad «y una vez amortizado, el dinero que pudiese sobrar dárselo a sus propietarios. Habría que ver cada caso, por supuesto, pero se estarían creando puestos de trabajo, recuperando el valor del monte y evitando con ello los incendios».
La concienciación vecinal y la aplicación de la ley de incendios es otro pulso a echar «porque si se cumpliera la franja de protección, el fuego no se acercaría a las casas». En cuanto al propio servicio contraincendios, Rodríguez recalca que «está, por un lado mal valorado, pese a que las brigadas arriesgan su vida por el patrimonio forestal, y por otro infrautilizado, especialmente en invierno». Cree necesario que estos bomberos del rural reciban más formación para actuar en otras catástrofes, más medios y un servicio más profesionalizado».
TIERRAS DE DANTIAGO, 24/08/10