Tembloroso, titubeante y con evidentes síntomas de nerviosismo. El ex agente de la Guardia Civil giró por completo en la actitud demostrada desde el inicio del juicio y dejó entrever al final de la vista de ayer una cara muy distinta. La juez que presidía la sala le invitó a ponerse en pie para pronunciarse en último lugar, una opción a la que tiene derecho por ley. Jaime Maíz empezó diciendo que ??es cierto que llevo dos años ya en la cárcel y un tiempo en libertad aunque sabía que este momento iba a llegar?. Su voz no sonó tan firme como el día de su declaración inicial en la que confesó haber matado a Mari Luz Posse y alegaba no recordar nada.
Maiz habló directamente al jurado popular y reconoció que ??voy a salir de esta sala con una condena, bien por asesinato o por homicidio, pero lo cierto es que la condena ya me la he puesto yo, no me la pone nadie?.
Y hay más. El ex agente se dirigió a la acusación de tú a tú replicando que ??dicen ustedes que no estoy arrepentido de lo que he hecho, pero la gente que me conoce y que está cerca mía sabe que me arrepiento mucho de los hechos?. Maiz terminó su alegato con un mensaje hacia la familia y amigos de Mari Luz que estaban presentes en la sala de la sección segunda de la Audiencia Provincial y que se mostraron intranquilos durante todo el tiempo que duró el juicio de ayer. El ex agente pidió ??perdón humilde para la familia y los allegados de Mari Luz? y, justo al acabar, se echó llorar sentándose en la silla que venía ocupando estos tres últimos días.
Indignación y rabia. Las palabras de Maiz en su última oportunidad para expresarse ante el jurado cayeron como una bofetada entre algunos de los presentes, sobre todo entre los amigos y familiares de la víctima que admitieron que ??esperábamos este paripé al final para resultar emotivo?. La hermana de Mari Luz, Isabel Posse, explicó que ??no ha sido humilde nunca, sólo se preocupa por sí mismo y por su yo, por lo que no me creo en absoluto esas lágrimas cuando desde el principio se ha mostrado totalmente frío y tranquilo?. La hermana manifestó convencida que ??estoy segura de que lloró por recomendación del abogado, porque sabe que las pruebas que pesan sobre él son muy fuertes y que no tiene escapatoria?.
Isabel Posse fue, no obstante, una de las únicas familiares que aguantó la compostura durante la lectura de los informes. La otra hermana de la cambadesa, Pilar, no fue capaz de tolerar los argumentos esgrimidos por el abogado de la defensa, Domingo Estarque, y gritó directamente al ex guardia civil ??tú estás ahí y mi hermana está en el cementerio? y también al letrado diciéndole ??vergüenza debería darle sentarse ahí a defender a este?. Estarque apeló a su derecho de ejercer su profesión y, sin perder la compostura, manifestó que ??me encantaría ser Guillermo Tell para poder acertar siempre en la manzana dela cabeza del niño, pero este trabajo tiene estas cosas?.
Pilar Posse no fue la única que abandonó la sala en el medio de las conclusiones. También lo hizo Giovanna Carro, amiga de Mari Luz Posse y testigo presencial del crimen. La mujer no pudo aguantar las embestidas del abogado defensor que insistió hasta el último momento en que su cliente había sido víctima de una ??obcecación o enajenación transitoria? y que ??Mari Luz no le hubiese denunciado por acoso si su amiga no la hubiese presionado?. Giovanna no aguantó más en el momento en que el letrado señaló que ??cuando realizaron la llamada para denunciar por acoso y en la declaración de la testigo en ningún momento se dijo que mi cliente le había pegado o golpeado?.
Giovanna se puso en pie y gritó un ??sólo jodería y váyase a la mierda? y salió llorando de la sala muy afectada.
Ante la intervención de las dos allegadas a Mari Luz Posse, la jueza que presidía la sala tuvo que hacer una llamada al orden advirtiendo que ??si alguna persona siente que no puede aguantar por nervios o por presión este momento debe salir fuera, porque todas las partes tienen derecho por ley a pronunciarse?.
Lo cierto es que la de ayer fue, sin duda, una de las sesiones con mayor tensión tanto entre las partes como entre el público.
El nerviosismo era palpable entre los últimos bancos de la sala donde estaba la familia de Mari Luz que, justo al final de emitirse los informes, dejaron que se desatase toda la rabia contenida desde el inicio del juicio en el que, salvo contadas excepciones, mantuvieron el tipo sentados a pocos metros del hombre que mató a bocajarro a Mari Luz.
Al final se oyeron gritos de ??cobarde y asesino? o incluso ??tenías que haberte matado tú?.
Jaime Maiz abandonó la sala cabizbajo en compañía de su abogado que intentó hasta el último momento convencer al jurado de que el ex agente no estaba en plenas facultades cuando disparó el arma y que por ello le correspondía la libre absolución.
DIARIO DE AROUSA, 19/06/10