El Concello de Pontecesures está llevando a cabo tareas de mantenimiento de este parque para su puesta a punto con la reposición de columpios y otros elementos afectados y la reparación de los desperfectos que presentaba el caucho. Por otra parte, el Servizo Municipal de Obras, aprovechando las obras de las aceras de la N-550, ha iniciado la sustitución de 120 metros de tuberías de abastecimiento de agua en una zona de la Avda. de Vigo, que genera constantes averías.
La directora xeral de Desenvolvemento Pesqueiro puso en valor los trabajos realizados en zonas de libre marisqueo
La directoral xeral de Desenvolvemento Pesqueiro, Marta Villaverde, anunció en el Parlamento que la Consellería do Mar realizará trabajos de remoción del sustrato en los bancos de O Bohído y de Os Lombos do Ulla. En concreto, y según la responsable autonómica, se actuará en una superficie de 900.000 metros cuadrados en la zona del puente de A Illa y en otros 260.000 en Os Lombos. Este último –con diferencia– es el banco que menos productividad ha demostrado en las últimas campañas ante la preocupación del sector.
Marta Villaverde aseguró que los trabajos tendrán continuidad a lo largo del próximo año y que se han encargado a la empresa Seaga por un valor de más de 605.000 euros.
Defendió que esta propuesta da continuidad a las realizadas en los últimos años y que –según la Xunta– permitieron mejorar el stock en los bancos de O Bohído y Cabío respecto al año 2023. Se basa –dice la responsable política– en los muestreos realizados en la zona por el CIMA en el mes de septiembre. Unos datos que, eso sí, fueron malos en Os Lombos como así pudieron constatar los rañeiros solo en el primer día de campaña.
La directora xeral reconoció en O Hórreo el trabajo realizado por la Asociación de Rañeiros que –desde el año 2019 y hasta el 2023– asumió la gestión de los bancos de libre marisqueo. Una tarea que la responsable autonómica definió como “difícil e complexa”. De hecho no todas las cofradías de la Ría de Arousa se sumaron a esa asociación al entender que era la propia Consellería do Mar la que debía asumir esa tarea.
Villaverde sacó pecho sobre los trabajos que se están desarrollando en la Ría de Arousa a través de Redemar. Destacó, entre ellos, el estudio de la influencia del sustrato en bancos marisqueros intermareales, así como la constitución de un grupo de trabajo sobre la situación de los recursos marisqueros intermareales, la constitución de un grupo de trabajo sobre la situación de los recursos en la Ría o el estado sanitario de los bancos por la “Marteilia Cochilia”.
Recordó los trabajos de regeneración ya realizados en las zonas de libre marisqueo y detalló el seguimiento y la evaluación del stock de diferentes bancos infralitorales realizado por el Centro de Investigacións Mariñas (CIMA) y que está permitiendo un mejor asesoramiento al sector y a la Consellería do Mar en la gestión de los bancos. Además matizó que se llevan tiempo realizando actuaciones de conservación y restauración de los bancos, unos trabajos sustentados en un proyecto previo con el objetivo de estudiar el estado de los sedimentos y de las poblaciones de la fauna de los fondos marinos.
Preocupación
Lo que es evidente es que el sector continúa preocupado por las situación de los bancos del libre marisqueo que no están generando la productividad que se esperaba. De ahí que esté prevista una reunión en el mes de diciembre entre la Consellería y patrones mayores para reevaluar la situación y ver qué medidas adoptar a partir de ahí.
El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) destina 3,5 millones de euros a las obras de supresión de dos pasos a nivel en la línea que une a las estaciones de Vilagarcía con Padrón y A Excravitude, a su paso por el término municipal de Valga. En concreto, estos pasos están situados en los cruces con los caminos de Carracido y de Castiñeiras-Carballa, ambos situados en la parroquia de Cordeiro. El subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Abel Losada, visitó la ejecución de las obras, acompañado por el subdirector de pasos a nivel e instalaciones de protección y seguridad del Adif, Roberto Muela, y el alcalde de Valga, José María Bello Maneiro.
La solución contempla la construcción de un paso superior sobre la vía férrea, así como dos viales paralelos al trazado. “Non so se dá resposta a unha demanda histórica do Concello, senón que se mellora a permeabilidade da infraestrutura no municipio e se incrementan as condicións de seguridade, en especial para os peóns, así como para o tráfico viario e o ferroviario”, explicó el subdelegado. El nuevo paso superior permitirá el cruce de las vías y, además, se ejecutarán caminos de enlace, conectando ambas márgenes y permitiendo la accesibilidad para los propietarios de terrenos y vecindario. Las obras fueron adjudicadas a la empresa Construcciones Obras y Viarias y tendrán un plazo de ejecución de 9 meses.
Las actuaciones se enmarcan en el convenio suscrito por el Adif y el Concello de Valga, por el que la agencia estatal realizará las obras, mientras que la administración local asumirá el coste de más de 200.000 euros que supuso la obtención de las más de 240 parcelas y predios afectados, con un importante esfuerzo de gestión. Además, el Concello asumirá en el momento del final de las obras el mantenimiento y conservación de los nuevos viales resultantes.
Eliminación total de los pasos
Por otra parte, Losada conoció los planes del Adif para avanzar de cara a la supresión de los otros dos pasos a nivel que aún quedan en Valga. Uno de ellos está situado en el límite con Pontecesures y para lo cual se están barajando dos alternativas. El otro se sitúa en el otro “extremo” de la vía férrea, muy cerca de Catoira. En este sentido, Roberto Muela recordó el “historial de accidentalidade nos pasos a nivel” de Valga y señaló que “se segue traballando con intensidade para pórlle solución aos dous pasos a nivel que quedan” y así alcanzar la completa supresión de estas plataformas, concluyó.
La cubierta del centro salió volando la pasada semana al paso de Kirk
Como resolver un sudoku o ganar una partida al tetris. Así ha sido el proceso que durante el fin de semana ha realizado el equipo directivo del colegio Infesta, de Pontecesures, para conseguir reubicar las ocho aulas que ocupan la planta superior del edificio que la pasada semana perdió su tejado. Los fuertes soplidos del temporal Kirk provocaron que el jueves, el edificio de Primaria y Secundaria de este centro amaneciese con la cubierta en el suelo y un nubarrón de escombro en su parte más alta, motivo por el que las clases debieron suspenderse hasta este lunes. Ayer, con los peligros para la rapazada conjurados, el alumnado y el equipo docente pudo retomar las clases. Pero con muchas novedades. Para empezar, los grupos de Secundaria, que ocupaban la planta superior del maltrecho inmueble, tuvieron que ser reubicados. A las ocho aulas que se necesitaban se les ha abierto hueco en el edificio de Infantil: el estudiantado ha colonizado varias aulas que estaban libres, el comedor, una sala de profesores…
Pero en el centro ha habido más cambios para adaptarse a la nueva situación. Una parte importante del patio ha quedado cerrada. Bautizada como «zona de obras», pretende servir como espacio que permita a la empresa que está procediendo al cambio de la cubierta trabajar con comodidad y, sobre todo, minimizar los riesgos para la comunidad educativa. Y es que garantizar la seguridad del alumnado es la prioridad absoluta del equipo directivo del centro.
Para reducir riesgos, también se han reorganizado las zonas de entrada y de salida, las zonas de llegada de autobuses… Y ayer se desplegó un operativo perfectamente trazado para que la rapazada —hay alrededor de 90 estudiantes afectados por la reubicación— pudiese encontrar el emplazamiento de sus nuevas aulas sin tener que dar vueltas.
Según explica el director, Miguel Calvo, esta situación de interinidad se prolongará mientras dure el cambio de cubierta. Estas podrían finalizar en cuestión de días, siempre y cuando el tiempo lo permita. Y las previsiones, la verdad, no son muy halagüeñas en ese sentido. En cualquier caso, la solución buscada permitirá «que o alumnado teña as súas clases» y no pierda el ritmo del curso.
Fue uno de los centros educativos en los que el tejado salió por los aires durante el azote de Kirk
El colegio de Pontecesures retomará las clases el próximo lunes, según informó ayer la dirección del centro. Para ello, el equipo directivo ha procedido a planificar la reubicación del alumnado de Secundaria, que ocupaba la planta alta del edificio del que voló la cubierta, tanto en la planta inferior de ese mismo inmueble, donde se encuentran las clases de Primaria, así como en el pabellón de Infantil y en el comedor. Ahí recibirán clase los estudiantes de más edad mientras duren las obras de reposición del tejado del centro.
El colegio de Pontecesures fue, junto con el IES de As Bizocas, una de las grandes víctimas del Kirk en la orilla sur de la ría de Arousa. Afortunadamente, en ambos casos la incidencia se registró cuando no se habían iniciado las clases, lo que evitó que el susto acabase convirtiéndose en algo más grave.
Educación trabaja en la reparación de sus cubiertas, que el exhuracán Kirk, que también afectó a centros como el de Tremoedo o el Castro Alobre de Vilagarcía, se llevó por delante
El temporal Kirk llegó ayer a Galicia con la vitola de un exhuracán. Y, desde luego, se comportó a la altura de lo que prometían las previsiones meteorológicas. El viento y la lluvia barrieron la comarca de O Salnés y el mar de Arousa, dejando tras de sí un reguero formado por centenares de incidencias. Las más graves se cebaron en los centros escolares de dos municipios situados en los extremos de la comarca: el instituto de As Bizocas, en O Grove, y el colegio de Pontecesures, cuyos tejados sufrieron daños de extraordinario alcance.
Las clases, de hecho, tuvieron que ser suspendidas, tanto en ambos centros como en el colegio San Bartolomé de Tremoedo, en Vilanova, ante el riesgo que el temporal entrañaba para alumnos y profesores. En Pontecesures, la caída de un árbol inhabilitó el acceso a las instalaciones educativas. Pero lo peor sucedió en la propia escuela, buena parte de cuyo tejado voló por los aires.
La alcaldesa cesureña, la nacionalista Maite Tocino, fue alertada de lo que estaba sucediendo a las siete y cuarto de la mañana. Ya entonces la brigada municipal de Obras se había puesto manos a la obra. Tras una primera inspección del edificio, la regidora no se anduvo por las ramas: «Os danos son cuantiosos e obviamente a continuidade das clases vese comprometida, non xa hoxe [por ayer], obviamente, senón tamén en xornadas sucesivas, polo que estamos á espera da solución que adopte a Consellería de Educación».
Kirk arrasa el tejado del colegio de Pontecesures e inunda sus aulas.
El estamento autonómico informó de que sus servicios técnicos estaban trabajando ya «de cheo nas tarefas de limpeza e o arranxo dos danos para poder retomar a actividade normal no menor tempo posible». En casos como este, explica la consellería, existe un protocolo de supervisión por parte de su unidad técnica «para que as empresas poidan acceder a arranxar os desperfectos nos centros e que actúen, así, coa máxima dilixencia posible».
La labor se antoja compleja. En el interior de las aulas y los pasillos del nivel de Ensino Secundario Obrigatorio (ESO), el área más afectada por la desaparición de la techumbre, llovía ayer sin contemplaciones mientras en el exterior del colegio se acumulaban planchas metálicas de hasta diez metros de longitud. Un material frecuente en los últimos tiempos en la construcción pública, que también fue empleado en el tejado de As Bizocas.