Aos 53 anos morreu, Jesús Eitor Garrido, veciño de Carreiras e compañeiro de Esther Maceira Mosquera. O velorio está instalado no Tanatorio Iria Flavia de Padrón e mañá mércores, 12 de agosto, partirá a comitiva fúnebre ás 20:30 horas do tanatorio para a Igrexa de Pontecesures onde terá lugar o funeral. Os restos mortais recibirán sepultura no Cemiterio Municipal de Condide.
A los 89 años de edad falleció este vecino de la rúa Deputación de Porto que estaba casado con Mª Rosario Refojo Loureiro. El velatorio está instalado en el Tanatorio Iria Flavia de Padrón. Mañana miércoles 12 de agosto, a las 17:00 horas, tendrá lugar el funeral en la Iglesia de Pontecesures. Luego los restos mortales recibirán sepultura en el Cementerio Parroquial.
José González Boga, maestro mimbrero del barrio de A Trabanca, Padrón, en 1978.
La de mimbrero fue antaño una profesión muy cotizada. Cuando todavía no existían las actuales espuertas de plástico, en el campo se recogía la cosecha en grandes cestos de mimbre elaborados por artesanos habilidosos con las manos. De hecho, hay referencias del antiguo Egipto en las que se plasma que ya entonces se utilizaban depósitos construidos con estas largas ramas amarillas, caracterizadas por su robustez y al mismo tiempo elasticidad, para almacenar los frutos y cereales de la cosecha. Hasta no hace mucho, en Galicia había en cada aldea y pueblo (en algunos incluso varios) un mestre cestero que conocía el arte de trenzar los mimbres. Podían fabricar cestos de diferentes tamaños, formas, con diversos tipos de asa, siempre con la ayuda de una plantilla de madera con varios agujeros, que permitía construir la base de la estructura. Pero más allá de los cestos, hubo una época en la que también se pusieron de moda los muebles elaborados con mimbre. Así, en el siglo pasado era frecuente encontrarse con lámparas, sillas o pequeñas mesas auxiliares fabricadas con este material.
Explica Antonio Fernández Muñiz, conocido peletero jubilado afincado en Padrón, que en la comarca del Sar había antiguamente “mucho y muy buenos cesteros, artesanos que dominaban el arte de trabajar con el mimbre”. Sobre la fotografía, de su archivo personal, comenta que quien aparece confeccionando una pieza con este material es José González Boga; vecino del barrio padronés de A Trabanca. La instantánea fue realizada en 1978, según se puede leer en su reverso. Sobre los cesteros de la comarca del Sar, comenta que habitualmente eran personas que compaginaban este oficio con otras profesiones o aficiones, y que muchos vendían sus creaciones en el gran mercado dominical.
La voz de Pepe Domingo Castaño es para muchos la melodía de cada fin de semana de deporte en la radio, actualmente en la Cadena Cope, y justo antes en la Cadena Ser. Más allá del deporte, Castaño es animador, y cada tarde de radio se le puede escuchar entonando alguna canción de un anuncio publicitario. La música está ligada al Pepe Domingo que conocemos hoy en día. Original de Padrón, en Santiago formó parte de esos primeros años de música moderna con grupos locales. Uno de esos es el grupo de Pío Aller, recientemente fallecido, conocido como The Blue Sky.
En el conjunto, que empezó con cuatro miembros, hubo incorporaciones durante los años que estuvo en activo, entre los 60 y los 80. De hecho, llegó a añadir a su nombre Los 5 de Santiago. Castaño les agradece todo lo que es hoy en día. “Venía con el grupo de una fiesta cuando escuchamos el anuncio de Radio Galicia en el que pedían voces nuevas y Alberto, el cantante, y Pío, el batería, junto a Vilas, el guitarra, fueron los que me animaron a presentarme a la prueba y ganarla. Allí empezó todo gracias a mis inolvidables Blue Sky puede decirse que estoy en la radio”. El locutor también manda un recuerdo en la memoria de Pío Aller: “Hace unos años estuve con él en Noia recordando viejos tiempos. Un tipo fantástico y divertido”.
Javier Villaverde asegura que la zona de A Escravitude está muy afectada.
Ganaderos con cultivos en Padrón, Rois y Brión están «moi preocupados e enfadados» por los daños ocasionados por los jabalíes en sus fincas de maíz e hierba que, en el caso de otros vecinos, también se extendieron a las cosechas de patatas. Entre los ganaderos está Javier Villaverde que, junto con su madre, Isaura Rivas, regenta una explotación de vacas de leche en el lugar de Prada, en la parroquia de Cruces, en Padrón.
Hace una semana que comenzó a ver como los jabalíes dañaban sus cosechas de maíz de lugares como A Escravitude, en Padrón; O Sisto, en Rois o Bastavales en Brión. Él mismo vio una manada de 12 o 14, crías incluidas, en una finca de Rois. «É unha auténtica barbaridade o que está pasando», explica el ganadero, que considera que «alguén terá que facerse cargo dos danos que ocasionan estes animais».
Otros años sufrió el ataque de los jabalíes en una o dos fincas, pero nunca como esta vez. Cuenta que tiene sembrado en torno a unas 44 hectáreas de maíz y que, entre la sequía y los daños de los cerdos, tiene mucha superficie afectada. De hecho, calcula que, en torno al 10 % del maíz sembrado ya está perdido, pese a que «os danos están empezando; o peor é sempre este mes e o próximo, que é cando o millo está máis apetecible para o xabaril, antes de estar o gran completamente duro», explica.
El viernes y ayer llamó al teléfono 012 de la Xunta para comunicar lo sucedido, pero no dio hablado con nadie. «Hai máis gandeiros e veciños afectados», asegura el profesional de Prada en alusión a otro compañero de A Estrada con cultivos dañados en Carcacía, en Padrón.
«O que está pasando este ano non é nada comparable co que vivimos ata agora; non ardeu o monte nin hai comida nel, polo que os xabarís teñen fame e buscan que comer», cuenta Javier Villaverde, que reclama batidas u otras medidas para reducir la presencia de estos animales en la zona, así como que se hagan cargo de los daños ocasionados. «Cando as crías que hai medren vai ser unha auténtica animalada», asegura el vecino de Prada que añade que «aos que soltaron libremente os xabarís fóiselle o tema das mans».
«Estamos moi preocupados, porque unha hectárea de millo cústanos uns 1.000 euros entre sementala e recollela, e non nos podemos permitir que nola estraguen así», afirma Javier Villaverde. En Prada hubo otros vecinos perjudicados por los daños de los jabalíes, incluso en cosechas de patatas. Alguno también desistió de sembrar maíz, después de que el animal le comiera la semilla más de una vez.