Herbón, entre claustros y pesqueiras.

Padrón es historia en sí mismo. Pero en estos tiempos de Pascua, donde el bullicio impide disfrutar de la villa con tranquilidad y sosiego y descubrir en las fachadas de los edificios elementos singulares que han sobrevivido como testigos en el tiempo, hay un rincón singular, a menos de 5 kilómetros del casco urbano, donde pasear eleva el espíritu. Se trata del núcleo de Herbón y su entorno. Junto al Herbón de las huertas y del cultivo del pimiento se esconde un núcleo de población marcado por estrechas callejuelas y casas de piedra. Pese a que el feísmo se instaló en este núcleo aún pueden apreciarse algunas construcciones tradicionales hechas con sumo respeto.
Cuatro son los símbolos que definen a esta población: el convento con su claustro y su huerta; la iglesia de Santa María, que conserva su fachada románica (casi única), el río Ulla con sus tradiciones y sus leyendas, y coronando éste, las tradicionales pesqueiras, unas construcciones atribuídas a la época romana que sobrevivieron como fieles testigos del paso del tiempo en este rincón del sur padronés.
Y como elementos singulares, también cabe destacar la robleda donde cada primer fin de semana de agosto se reúnen cientos de comensales ávidos de degustar el afamado pimiento que dio a conocer Padrón al mundo entero.
Tranquilidad, quietud y sosiego se reúnen aquí en reducidos kilómetros.

TIERRAS DE SANTIAGO, 07/04/09

Lola Villanueva: «O río méteseche moi dentro, é vicioso, e a lamprea moito máis»

Dolores Villanueva, ‘Lola’, é a valeira máis veterana, leva 37 anos dedicada á pesca no Ulla ·· Foi a primeira muller en abrirse camiño neste mundo ·· Di que a temporada non foi mala, pero que a crise tirou os prezos

Dolores Villanueva, Lola, leva 37 anos dedicada a faenar no Ulla e na ría de Arousa, pese a nacer (hai 57 anos) terra dentro, en Vedra. A súa intromisión na arte da pesca da lamprea en Pontecesures, valeulle daquela algunhas críticas, precisamente por ser muller. A súa xesta hónraa porque abriu unha porta laboral para o sexo feminino nun mundo de homes. Só a comercialización do peixe corría entón a cargo das mulleres, que nesta localidade teñen nome propio: as patifas.

_ ¿Como se iniciou nesta pesca?

_ Foi a través de Manolo, o meu home. El era valeiro, naceu co oficio nas mans. Eu non sabía nada das artes de pesca. Aterrei na lancha ao día seguinte da miña voda con Manolo e de que viñésemos vivir a Carreiras. Disto xa hai 37 anos. Eu coñecía o Ulla porque pasaba preto de onde nacín, en Vedra. Mudei a terra e o arado, polo río, o mar e as artes pesqueiras.

_ ¿Ser muller marcouna nesta profesión de valeira?

_ Penso que non. Síntome moi orgullosa diso. Fun a primeira en faenar aquí, e boteime ó río e ó mar como un home máis, sen amedrentarme. Vivín momentos moi duros, nos que pensei estar máis ó outro lado ca neste, porque o mar é moi perigoso, e este río moi traizoeiro. Tamén fun a primeira en sacar o título de mecánico do litoral. Abrín un camiño. Daquela era eu soa coma muller, hoxe hai algunha baleira máis. Este é un traballo duro, pero sen el non sei vivir.

_ A campaña está a piques de rematar, ¿cal é a súa valoración?

_ A lamprea baixou moito nestes últimos anos. Xa non acordamos coller 90-100 nun día, pero este ano non nos podemos queixar. Houbo días de máis de 20 lampreas. Salvo as primeiras que se venderon a 70 ? e que as collín eu, agora están a 20 ? as grandes, a 10 as medianas e a 5 ? as pequenas. Nótase a crise e que a xente non ten cartos.

_ ¿Bota vostede de menos os primeiros tempos?

_ Si. Daquela collíanse as lampreas con redes, os tramallos, coma no Miño. Traballábase de noite, que é cando mellor se moven, coa punta da agua e coa caída do mar. Aquel si que era traballo. Hoxe, cos vituróns é máis doado, pesca calquera. A miña vida está ligada á lamprea. Criei 9 fillos, cinco deles (incluída unha filla), dedicánse hoxe a este oficio, e tamén van coma min ó chopo, á anguía e á solla. Conseguimos que a pesca da lamprea se ampliase ata o 15 de abril, pero deberían permitir máis nasas, 10 en vez de 8, porque cando non se pesca, non se come.

A FRASE

«A lamprea baixou moito. Xa non acordo días de 90-100 pezas, pero este ano houbo días de máis de vinte»

EL CORREO GALLEGO, 03/04/09

La lamprea: Hija pródiga del Ulla.

Columna «Entre comillas». TIERRAS DE SANTIAGO, 31/03/09
KATJA SÁNCHEZ (*)
Con la Fiesta de la Lamprea de Pontecesures a la vista, viene el recuerdo de Salgado y de Laura que cada año vendían a mi padre las primeras lampreas que paría el Ulla. Mi madre, que pasaba horas limpiándolas («he ahí el secreto», decía), seguro sería millonaria de cobrar el manjar que tantas veces cocinó para amigos y extraños.

Y es que el Ulla emana historia en las pesqueiras que lo adornan a su paso por Padrón. Dividiendo al río en 4 tramos, Herbón, Carcacía-Lapido/Carcacía, Barcala/Sinde, y Reis, los pescos, grandes sillares perpendiculares al curso del río, presentan corredores donde se ubican las redes dejando el centro o vea libre de trampas. Las lampreas, de regreso para desovar y morir, remontan la corriente o caen en las nasas donde la fuerza del agua las retiene.

Cuando una nace en Carcacía y tiene media infancia bañada por las aguas del Ulla, considera negligente que la tradición se deteriore vertiginosamente ante la pasividad del Concello. Mientras en Arbo han sabido explotar el arte romano, no sólo a nivel turístico sino como signo de identidad, aquí se cruzan de brazos ante construcciones reforzadas con cemento como si no existiera más que el pimiento o el Apóstol… Entonces ¿por qué no aprovechar el último rumor compostelano? Al parecer, en el pórtico de la Catedral, un condenado por el pecado de la gula come empanada de lamprea… ¡Fíjense!

(*) TEAT, vecina de Carcacía

La crecida del Ulla dificulta la pesca artesanal de la lamprea en Herbón.

Manuel Vidal, de 77 años, con una de las lampreas que pescó ayer con la ayuda de la barca en los huecos del río en el lado de Herbón.

Los pescadores de Padrón capturaron ayer 25 piezas en un río bravo y peligroso por su elevado caudal

El Ulla ruge, «mete respeto», dicen los pescadores de lamprea de Herbón. Un mes después del comienzo de la campaña a su paso por el municipio de Padrón, el río está irreconocible por su elevado caudal, tanto que dificulta la captura artesanal del pez una vez que moverse por sus aguas con la barca de madera resulta hasta «peligroso» para pescadores que llevan medio siglo o más haciéndolo.
Ya lo dijo uno de ellos a principios de enero: la naturaleza «manda» y el estado actual del río contrasta y de qué manera con la de hay un mes, cuando el Ulla no llevaba el suficiente caudal para moverse por él. Ayer, Manuel Vidal (77 años), Juan Lago (74), Manuel López (55) y Antonio Rivera (42) se subieron una vez más a la barca para levantar cuatro de las siete redes que, a día de hoy, pueden echar a las aguas del Ulla, concretamente en el primer tramo de pesqueiras, conocidas como Areas. Esos cuatro huecos se localizan en el río del lado de Herbón y ayer capturaron un total de 17 lampreas, eso sí, con la barca asegurada con una cuerda atada a la orilla para no ser víctimas de la corriente de un río que se escucha a distancia. Las otro tres redes están del lado de Cortiñas y llegan a ellas a pie, de modo que ayer levantaron 8 piezas. En total, 25 lampreas, cuyo número supone uno de los mejores de esta campaña.
«O río está bravo», decía ayer Manuel Vidal, quien calcula que llevaba una profundidad de unos tres metros. «Con tanta auga hay averías», en alusión a que rompen las redes y tienen que arreglarlas. Además, el gran caudal hace que las redes se llenen de «porquería» que arrastra el río, tanta que incluso «aparecen tupidas e non hai quen as bote a barca». De hecho, para hacerlo los pescadores deben recurrir a un pequeño aparato manual que les ayuda a subirlas del agua, ayer bajo la mirada del vigilante de recursos naturales José Manuel Freire.
«Como cambiou o conto en pouco tempo», explica Juan Lago, en alusión a que hace un mes no podía echar todas las redes por falta de agua y, ahora, todo lo contrario, por exceso de caudal. De hecho, la campaña abrió el pasado lunes en el segundo tramo del río, en las denominadas pesqueiras de As Vellas, pero estos cuatro pescadores no pueden ir todavía porque las construcciones «están enterradas baixo a auga».
En cuanto a la calidad de las piezas, uno de los pescadores asegura que «hai de todo» mientras que otro añade que «este ano no hai lamprea boa». Del río Ulla directamente a los restaurantes y plazas donde el precio, según cuentan, no se corresponde con la poca cantidad que hay. «Coa crise a xente non che da máis de 20 euros por cada unha», explica uno. Si el cliente presenciara la pesca artesanal de la lamprea (los pescadores mano a mano con el río) se sonrojaría por un precio tan bajo.

LA VOZ DE GALICIA, 07/02/09

Las «pesqueiras». Cuatro vecinos que son el testimonio de una actividad que se remonta a siglos.

Manuel Vidal, Juan Lago, Manuel López y Antonio Vidal son el testimonio vivo de la pesca artesanal de la lamprea en aguas del Ulla a su paso por Herbón, una actividad (o más bien afición hoy en día) que se remonta a siglos atrás, que pasa de generación en generación y que no tiene su continuidad garantizada.
«Esto acábase» decía ayer Manuel Vidal Lago que, a sus 77 años, lleva más de medio siglo yendo al Ulla a pescar lampreas. Su primo, Juan Lago Suárez, tiene 74 años y lo hace desde los 18. Manuel apuntó ayer la posibilidad de que esta sea su última campaña ya que, como explica, «os anos xa pesan».
Pero ayer, en una mañana de norte helada, con las aguas del Ulla en pleno movimiento, nadie diría que Manuel Vidal o Juan Lago tienen la edad que tienen, el primero de ellos remangado hasta el codo y ambos remando y moviendo la barca con una pericia admirable. En la pesca artesanal de la lamprea en Herbón, la experiencia sí que es un grado y estos hombres de Herbón conocen el río al dedillo, le tienen «respeto» cuando hay que tenérselo, como ayer, pero también disfrutan de una afición con la que se criaron. Las pesqueiras de Areas y las de As Vellas, las primeras y segundas respectivamente en el tramo padronés del Ulla, son parte de sus vidas.
Si el río se lo permite, en las primeras podrán pescar hasta el 30 de marzo mientras que en las segundas hasta el 30 de abril. Igual calendario tienen otros tramos del Ulla, denominados O Canal y A Trapa, todo ellos en Herbón.

LA VOZ DE GALICIA, 06/02/09

O Ulla non leva auga para capturar a lamprea nas pesqueiras.

A tempada de captura no tramo de Padrón comezou o luns pero o baixo caudal non lle permite aos pescadores moverse polo río para traballar nas primeiras pesqueiras

A tempada de pesca da lamprea no Ulla ao seu paso polo concello de Padrón, arrancou o pasado luns, aínda que con máis pena que alegría. Por iso, aqueles que gusten do prezado peixe sacado de forma artesanal das augas á altura de Herbón deberán agardar a que veñan mellores tempos ou, alomenos, máis chuviosos. Ao igual que ocorrera o ano pasado, o río non leva caudal de auga, nin tan sequera o suficiente como para que os pescadores poidan moverse coa pesada barca de madeira que usan para botar e levantar as redes artesanais.
Deste modo, deben agardar a horas de subida do caudal (alomenos un metro) para poder colocar e sacar as redes nas pesqueiras denominadas Areas, as primeiras abertas no tramo do Ulla en Padrón. «Outro ano ruín», dicía onte un dos pescadores máis novos. Entre os máis experimentados están Manuel Vidal Lago, de 77 anos, e Juan Lago Suárez, de 74, que lembran que «fai falla moita auga para encher o río» e, por tanto, poder pescar lamprea coma noutros anos.
Para iso, ten que chover moito e durante moito tempo, engaden. «A choiva vémola na televisión, pero non sabemos para onde vai», conta Juan Lago. Manuel Vidal lembra, pola súa banda, que «no sur si houbo enchentes pero aquí nada» polo que teme que a tempada que acaba de comezar sexa «mala» e, ao igual que a anterior, «sacaremos para os gastos e acabouse». Pero como di o propio Manuel, «a natureza manda e non hai que facerlle».
O baixo caudal do río a estas alturas mesmo desanima a máis dun ata o punto de que «sácache as ganas de vir ao sitio», di un dos pescadores máis novos do grupo. Non obstante, os dous de máis idade recoñecen que despois de máis de medio século practicando a pesca artesanal da lamprea, xa «é máis unha afección ca outra cousa», tendo en conta que ningún deles é profesional.
Á espera
Á vista da situación, os pescadores, todos eles veciños da zona de Herbón, agardan as horas de máis auga no río resgardados na vella casiña de pedra levantada a beira do río, na que acenden unha boa fogueira para escorrentar o frío, como así fixeron onte pola mañá. Á porta da construción, Juan Lago lembra que «xa vin chegar a auga do río ata aquí mesmo», en alusión á cabana. Mentres, o seu primo Manuel Vidal conta que bastantes anos atrás, a carón do río catro ou cinco mulleres cargaban as lampreas que ían sacando do Ulla, preto dun cento en cada xornada, para ir a vendelas as prazas. Pero eses foron mellores tempos, que estes pescadores de lamprea veteranos xa ven afastados.
Manuel e Juan son familia descendente dos irmáns dos que arranca a maior parte da titularidade de explotación das pesqueiras, nas que tamén hai «partes máis pequenas» o que condiciona o reparto das capturas, cando as hai . Non é o caso agora, cando os pescadores tamén falan do «cambio do tempo» para explicar como atopan o Ulla nestes días de xaneiro. E, como se teme un deles, «o tempo non cambia nin para Deus».

LA VOZ DE GALICIA, 09/01/09