Ya lo indicaban los valeiros al comienzo de la temporada de la lamprea del año pasado: «Años secos, pescadillas tardías». La historia se repite y el bajo caudal del río Ulla complica la captura de la codiciada especie. «Aunque en el último mes sí que abundaron las precipitaciones, todo el agua quedó retenida en el embalse de Portodemouros, que llegó a estar a unos niveles bajísimos», indica José Barreiro. Aunque la situación dio un giro en el último mes y medio, no hay todavía el suficiente agua como para que este incremento se perciba en el Ulla. «Es como si no lloviera», añade Ramón Barreiro sobre la imagen del trío. Y, a poca agua, pocas capturas. «Está muy floja la cosa», coinciden ambos valeiros.
La temporada de la lamprea comenzó el pasado día 2. Pero, no fue hasta el día 8 cuando se pescaron los primeros ejemplares: fue una pareja de pescadores de Pontecesures quien capturó dos de las cuatro primeras lampreas con las que se dio el pistoletazo de salida a la campaña. ¿Mejoró la cosa a partir de ahí?. Los valeiros señalan que no. «La semana pasada fue mala», señala Ramón Barreiro. Son estos malos resultados los que provocaron que solo saliesen dos o tres, en función del día, de las once embarcaciones que pertenecen a la cofradía de Carril. «Las de Rianxo no salieron. No compensa el combustible si solo se pescan un par de piezas», prosigue Ramón. Dos fueron precisamente las piezas que cogió él ayer, el mejor día desde que se inició la temporada. «En las dos primeras semanas, pescamos, entre todos, siete o ocho piezas», indica.
Fue ayer cuando las cosas mejoraron un poco. Aumentaron el número de embarcaciones y se capturaron «entre quince y veinte lampreas». Se cumplió eso de que a la tercera va la vencida: José Barreiro pescó ayer los primeros ejemplares. Sobre el tamaño, indica que son medianas. «Pesan una media de un kilogramo y doscientos gramos», cuenta. Tras echar los butrones el sábado y recogerlos ayer, volverán a echarlos hoy. «Confío en que aumenten el caudal del río y las corrientes, que dificultan la subida de la lamprea», afirma. Es positivo y señala que «la época fuerte suele comenzar en febrero».
A pesar de que todavía es pronto, el mal número de capturas se mezcla con la sombra de la temporada pasada. «Se pescaron, en total, unas trescientas lampreas, cuando lo normal es que se pesquen 4.000», explica. «Yo pescara cuarenta», recuerda Antonio Pesados. Este año todavía no se ha estrenado, está esperando a que las cosas mejoren. «De momento, lo tengo claro, no compensa ir», dice con resignación.
El bajo caudal del río provoca que no estén saliendo la mayor parte de las embarcaciones.
La Voz de Galicia