La marcha se dividió para ocupar la N-550 y el regidor leyó un manifiesto condena
La manifestación llegó como una piña ante la Fundación, si bien antes se dividió entre una mayoría que ocupó la N-550 y el resto
«Ponlle 800… ou miles». Pues no, fueron exactamente 420 las personas las que ayer salieron del casco histórico padronés tras el alcalde y la Corporación, si bien en el camino (y ya en Iria) se les unían unas decenas más hasta rozar el medio millar. Pero más importante que el cuánto es el cómo, porque la manifestación se dividió, a la altura de la estación de buses.
Y es que el grupúsculo de las autoridades municipales sólo atrajo a unos setenta vecinos, mientras que los más prefirieron hacer suya la carretera, y tirar N-550 adelante, enarbolando una pancarta con alusiones a Marina Castaño. Bajo ella, se desgañitaban Lola Ramos y los responsables del restaurante Santiaguiño y Trango Sport: «Non non non, a Fundación é de Padrón», contagiando su buen rollo al resto. Ambas marchas volvían a confluir a la altura del cuartel de la Guardia Civil, para entrar, triunfantes, en Iria. De nuevo, y ya en la sede de la Fundación, las ganas de jarana y la pulcritud institucional (la manifestación no tenía permiso para ocupar la N-550) iban cada una por su lado, y ante las casas de los canónigos más de la mitad del grupo decidía hacer una sentada. La aparición de los primeros guardias civiles logró apurar la lectura del manifiesto para evitar desalojos, y desde la baranda de la colegiata, Camilo Forján recordaba los populares juegos verbales del inmortal Cela para espetar: «Señores da Xunta, non estamos dormidos, pero si fodidos, porque nos están levando o patrimonio». El manifiesto (del que curiosamente no sabía nadie minutos antes de arrancar la manifestación) también negaba cualquier tipo de responsabilidad para el pueblo de Padrón porla «mala xestión» y los «intereses particulares» que, a juicio de Forján, habían precipitado este estado de las cosas. «Non teñen dereito a levala para a Cidade da Cultura; a Fundación pode ser pública, pero ten que estar en Padrón», aleccionaba a los vecinos. Entre ellos, por cierto, caras conocidas, como Masito Beiró, el Chef Rivera, el presidente de los Amigos de Padrón o el mediático Pinto de Herbón, que seguramente dijo lo que pensaba una buena parte de los presentes: «A xente está sensibilizada, porque creas máis ou menos en Cela, deixou clar a súa decisión antes de morir, e hai que respetala».
A las 09.20 horas se dispersaba la mani, para alivio de los automovilistas. Y es que, como confesaba un camionero vasco: «La retención llega al puente de Pontecesures, ¿qué pasa pues?». Mientras, el alcalde se ufanaba del éxito, y retaba: «O importante é que non teñamos que repetila».
«SEN FALALO».
El personal laboral de la Fundación también acudió a la marcha, y únicamente coincide con el patronato en que los fondos son «los más ricos» de España. Desde la UGT, de tal forma, apuntan su «preocupación de que a adopción de decisións de carácter político non teñan en conta as necesidades de atención e cuidado do legado», trasladando igualmente su inquietud «polos postos laborais», algo de lo que «non se falou nada». Terminan aludiendo a los «problemas laborais» y «despedimentos».
EL CORREO GALLEGO, 05/06/10