El CRA de Valga reúne cerca de una tonelada de alimentos para servicios sociales.

El CRA de Valga reúne cerca de una tonelada de alimentos para servicios sociales
Servicios sociales repartirá los productos a familias vulnerables.

Casi una tonelada de alimentos y otros productos de primera disposición están ya a disposición de servicios sociales para repartir entre las familias más necesitadas del Concello. Productos que fueron recaudados por el CRA de Valga a través de la campaña “Nadal solidario”, que cumplió su cuarta edición.

Este año, de hecho, se reunieron bastante más alimentos que en 2023, según subrayó la directora del centro, Antía Piñeiro: “moitos xa nos estaban esperando” con las bolsas llenas “cando chegabamos a cantar”. Para contribuir al éxito, los alumnos de los colegios rurales de Campaña, Forno, Vilarello, Xanza, Ferreirós y Chenlo felicitaron las fiestas a los vecinos cantando las canciones típicas de Navidad. Pasta, legumbres, sopas, aceite, leche, galletas y otros dulces, conservas, cereales, azúcar, sal, turrones o papel higiénico fueron algunos de los productos donados por los valgueses y que ahora serán clasificados para su entrega a las familias en situación o en riesgo de exclusión. 

Conferencia con Papá Noel 

Por otra parte, los niños de Educación Infantil del colegio Baño-Xanza vivieron una jornada especial, en la que la ilusión navideña se vio reflejada en sus caras cuando conectaron, desde el aula Cemit del Auditorio, con Laponia para hablar cara a cara con Papá Noel. Así, a través de videoconferencia, los niños pudieron ver a Santa Claus delante de su casa y rodeado de un paisaje nevado. Uno por uno fueron cogiendo el micrófono para pedirle los regalos que desean encontrarse en Navidad, después de que Papá Noel les preguntase si se han portado bien, condición indispensable para recibir los ansiados regalos. 

Diario de Arousa

«Quiero estudiar español y aprender para ser mecánico o soldador»: los sueños de los refugiados que han llegado a Valga.

Vienen desde Mali, Senegal o Gambia buscando un futuro mejor y huyendo de una realidad amenazante; preguntamos a uno de ellos por qué ha dejado su país y su respuesta, traducida por un compañero, estremece: «Él solo dice esclavo»

La mujer sonríe. Sin detener su tranquilo paseo, da un «bos días» amigable tras el que reprime su curiosidad: a las puertas de un hotel de Valga, varios grupos de hombres de piel negra conversan y llenan la mañana de ecos exóticos. Ellos forman parte del grupo de 118 refugiados que llegaron el lunes por la tarde a esta pequeña localidad pontevedresa donde se ha establecido un centro de acogida de refugiados al que aún están por arribar 55 personas másAllende Palomo, de la oenegé Rescate, explica que tanto los solicitantes de asilo como el equipo que los va a acompañar durante su estancia en Valga están aún aterrizando: hay mucho trabajo por delante para poder ofrecer a estos hombres no solo cama y comida, sino también las herramientas básicas para que puedan construir su vida entre nosotros: clases de español, cursos de formación que les permitan encontrar trabajo, e incluso actividades con las que llenar las horas libres. «Les encanta el fútbol; nos han comentado en el Concello que aquí cerca tienen un campo» comenta Palomo, que confía en encontrar en Valga ese pueblo acogedor y amable que retrata su alcalde, el popular José María Bello Maneiro.

Aunque todos llevan ya unos meses en España —primero en Canarias, luego repartidos entre Alcalá de Henares y Mérida— la mayor parte de los subsaharianos que han arribado a Valga apenas saben hablar español. Nouma se defiende con cierta soltura: tiene tantas ganas de hacerse entender que rebusca en su cerebro las palabras que necesita para explicarse. Cuenta que es de Gambia. Dejó su país hace dos años, cuando su padre lo echó de casa. Buscó cobijo primero en Mauritania y luego se echó al mar. Pasó cinco días en un cayuco, con 56 personas más, antes de arribar a Canarias. Él tiene claro lo que espera encontrar aquí: refugio y futuro. «Quiero estudiar español y aprender para ser mecánico o soldador», dice esforzándose por pronunciar bien cada palabra.

Convertido en intérprete, Nouma ayuda a otros a contar sus historias. Su amigo Bamba, un senegalés de 22 años, lleva cuatro meses en España. Huyó de su país temiendo por su vida y no tiene ganas de hablar de ese asunto. «No puede decir más ahora», resume Nouma.

Tampoco Mamadou tiene ganas de hablar del pasado. Tiene 30 años, es de Mali, y se aferra al silencio: «Quiere aprender y trabajar», nos traduce otro de sus compañeros. ¿Por qué dejó Mali? «Él solo dice esclavo». Y entonces se nos viene a la cabeza la advertencia de Allende Palomo: «Son muy jóvenes, pero muchos de ellos, los que vienen de Mali por ejemplo, huyen de situaciones que eran prácticamente de esclavitud, así que, sí, la mayoría han trabajado mucho». No es de extrañar, por tanto, que sea tan importante que en el centro se preste ayuda psicológica para ayudar a curar heridas que parecen ser muy profundas.

Junto a la triste mirada de Mamadou aparecen los ojos esperanzados y curiosos de Djiby. Es un senegalés de 28 años que estudió francés en la escuela y que ha descubierto que «el francés y el español se parecen». Así que nos explica que tuvo que dejar su país porque «no podía vivir allí». Nunca había visto el mar, pero no dudó en subirse en un cayuco en el que pasó siete días y mucho frío. Todo, por conseguir alcanzar Europa y tener la posibilidad de «estudiar y trabajar aquí, y mandar dinero a mi familia». Djiby contesta preguntas, pero también las hace. «¿Aquí hay más gente negra?», chapurrea. Y se lleva una alegría al escuchar que en Cambados, a unos kilómetros, hay senegaleses trabajando en el mar. Se lo cuenta, rápidamente a uno de sus compañeros. «¿El mar está muy lejos?», vuelve a preguntar luego, y mira con ansia en la dirección que le indicamos: la de la ría de Arousa.

Siguen las preguntas, que llegan de Djiby y de otros jóvenes que se han ido acercando. En sus mochilas, junto a experiencias de una dureza que solo podemos imaginar, traen recuerdos de sus países, de sus familias. Paisajes distintos a los nuestros, sabores diferentes, diferentes músicas y tradiciones… Muchos tienen ganas de compartir todas esas cosas buenas que vienen con ellos de África, empezando por un sinfín de lenguas que convierten Valga en una pequeña Torre de Babel en la que, al fin y al cabo, todos se entienden porque todos tienen ganas de entenderse.

Pronto comenzarán las clases de español y el trabajo de las 19 personas que forman el equipo de acompañamiento de los refugiados. Explica Allende Palomo que estos pueden empezar a trabajar después de seis meses en España, y confía en que el centro de acogida de Valga logre encontrar ocupación a al menos una parte de sus ocupantes. «En Galicia es relativamente fácil encontrar trabajo para ellos», cuenta, y relata la historia de una carnicera de Santiago que ofreció empleo a dos de los residentes en el Monte do Gozo. «Aquí, al ser una zona rural, contamos con que haya trabajo» para unas personas que, a la espera de recibir formación, llegan a España como mucho con «estudios primarios; puede haber alguno que tenga algo más». Durante su estancia en el centro de acogida, en el que permanecerán mientras no se van resolviendo sus solicitudes de asilo, recibirán formación en oficios como albañilería, carpintería, manejo de carretilla… Cada uno de ellos es una oportunidad de futuro para unos jóvenes cargados de esperanza.

La Voz de Galicia

Valga recibirá entre mañana y el día 16 un total de 173 personas migrantes.

Un conocido hotel del municipio acogerá a un total de 173 personas migrantes pendientes de la concesión del estatuto de refugiados

Valga recibirá entre mañana y el día 16 un total de 173 personas migrantes
Varios municipios gallegos, como Sanxenxo o Porriño (en el caso de la imagen) ya han colaborado con este programa.

Valga recibirá a partir de hoy y de forma escalonada hasta el día 16 a un total de 173 personas migrantes procedentes de países subsaharianos en conflicto y que están pendientes de la concesión del estatuto de refugiados. Así lo anunció esta mañana la Subdelegación del Gobierno, que agradeció la colaboración del ejecutivo local y el establecimiento hotelero por colaborar en el Programa de Atención Humanitaria, dirigido a las personas que llegan a las costas españolas.

La encargada de gestionar este traslado será la ONG Rescate, bajo la tutela del Ministerio. En su mayoría, los migrantes que llegarán a Valga tendrán entre 20 y 40 años, llegados de diferentes países subsaharianos, especialmente de Mali, escapando de la guerra y de otros episodios violentos. Además de la apertura de este centro de acogida en Valga, el Gobierno ha habilitado otras 110 plazas en Burela y 65 en Padrón para atender la crisis humanitaria.

Pese al anuncio de la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra, ni el hotel que acogerá a los migrantes ni el Concello tienen aún constancia de cuándo se producirá el traslado, según han comunicado a este diario

Diario de Arousa

Los refugiados africanos llegarán a Valga de forma escalonada.

Los migrantes, que huyen de países en conflicto, se alojarán en un hotel y darán prioridad a su formación para poder trabajar

La cuenta atrás para que Valga acoja a un colectivo de refugiados subsaharianos ha comenzado. El subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Abel Losada, confirmó ayer que los ciudadanos africanos llegarán al municipio arousano de forma escalonada, en una secuencia que podría desplegarse entre hoy mismo y el lunes que viene, 16 de diciembre. En cualquier caso, la gestión sobre el terreno de este proceso compete a Rescate, una organización no gubernamental con 64 años de experiencia en el auxilio a víctimas de conflictos bélicos, violencia y desastres naturales, tanto en España como en sus países de origen.

Losada quiso expresar su agradecimiento al alcalde de Valga, José María Bello Maneiro, con quien la subdelegación está en contacto. «A súa colaboración é moi satisfactoria, ao igual que a foi a dos rexedores de Sanxenxo e Mondariz Balneario, os primeiros concellos da provincia que acolleron migrantes». El subdelegado ratificó, por lo demás, que se trata de 173 personas procedentes de países en conflicto, que están gestionando sus solicitudes de protección internacional.

De acuerdo con la información de la que dispone el Concello de Valga, todos ellos son hombres, cuyas edades están comprendidas entre los veinte y los cuarenta años. Tendrán su residencia en un hotel de la localidad, en el que serán empadronados y podrán hacer su vida con libertad, aunque tendrán que estar presentes en el establecimiento entre las diez de la noche y las siete de la mañana. La única excepción está relacionada con sus necesidades de formación.

La prioridad de Rescate, más allá de las peticiones de asilo que se están cursando, estriba, precisamente, en la formación de los refugiados. En primer lugar, por lo que respecta al aprendizaje de la lengua española y, a continuación, en todo cuanto tenga que ver con sus perfiles laborales. La idea es que, mientras no se resuelva el papeleo, dispongan de permisos de trabajo de dos a cuatro meses en Galicia y puedan contribuir a cubrir las necesidades de trabajo de las empresas de la zona. Casi todos ellos llegarán a Valga desde centros de acogida, como el albergue del Monte do Gozo, en Santiago, y llevan en España entre dos y seis meses.

La Voz de Galicia

Valga instalará un mercado de Navidad en las inmediaciones del Belén con numerosos productos

Valga instalará un mercado de Navidad en las inmediaciones del Belén con numerosos productos
Colas de gente en el Belén de Valga.

Las inmediaciones del Belén de Valga acogerán a partir de este fin de semana un mercado de Navidad con diferentes puestos de venta en los que se ofertarán algunos de los productos más demandados en estas fechas, desde artículos de artesanía hasta regalos o dulces típicos.

El objetivo es que esta actividad se complemente con el propio Belén, de manera que los millares de visitantes que acuden a verlo puedan realizar después unas compras y las personas que acudan a la zona atraídos por el comprado aprovechen, también, para conocer el nacimiento con movimiento más grande de Galicia.

El mercado quedará instalado en la zona de aparcamiento ubicada frente al local del nacimiento y abrirá de 11 a 21 horas los sábados y domingos hasta el 4 de enero. Las fechas concretas son: 14, 15, 21, 22, 27 y 28 de diciembre y 4 de enero.

Junto a la entrada del Belén es ya habitual la venta de churros y rosquillas. Así, este año, además, también puede adquirirse miel producida en Valga y este sábado, día 14, la asociación Asdivalu, de personas con discapacidad de los valles del Ulla y Umia, instalará un puesto con jabones, cerámica y artículos de cuero, entre otros productos. 

Diario de Arousa

A exposición sobre a historia da liña ferroviaria Cornes-Carril chega a Valga.

Consta de paneis informativos que plasman como funcionaban os trens hai un século

A exposición conmemorativa do 150 aniversario da entrada en servizo da primeira liña de tren galega, entre Cornes e Carril, chegou ao auditorio municipal de Valga, sendo inaugurada o martes polo presidente da Asociación Compostelá de Amigos do Ferrocarril (ACAF), Carlos Abellán, que ademais é comisario da mostra.

Esta inclúe unha serie de paneis informativos sobre a historia daquel camiño de ferro que pretendía achegar Santiago ao mar a través de textos, documentos e fotografías sobre a liña Cornes-Carril e os seus avatares: os distintos tipos de trens e locomotoras que circularon por ela, entre os máis famosos o Tren de Varela ou a Sarita, as estacións primixenias e as actuais e referencias a accidentes máis tráxicos, coma o acontecido en 1952 en Padrón.

La Voz de Galicia