Piden siete años de cárcel para un cesureño acusado de violar a su compañera de trabajo.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial celebró ayer el juicio contra el cesureño J.D.L., para el que el fiscal solicita una pena de siete años de cárcel como presunto autor de un delito de violación a una compañera de trabajo.

J.D.L. está acusado de agredir sexualmente a una compañera de trabajo durante una noche de fiesta en la que coincidieron en la discoteca «Maty» de Pontecesures. Los hechos tuvieron lugar hace dos años, en el mes de enero de 2005, cuando el imputado estaba casado y la víctima tenía novio formal.

Ambos se encontraron a las puertas del citado local y, posterioremente, en el interior, mantuvieron una conversación. La denunciante, que en el juicio declaró detrás de un biombo para que el imputado no pudiera verla, sostiene que J.D.L. la persiguió hasta «agobiarme», de forma que aceptó salir a dar una vuelta con él para «que luego me dejara en paz». Se dirigieron entonces a las inmediaciones de la estación de tren de la villa, donde «él se puso violento», comenzó a besarla y ella, al intentar zafarse, se cayó. «Entonces se abalanzó sobre mí, me agarró, me bajó una pernera del pantalón e intentó penetrarme. Como le grité que me dejara en paz, él me amenazó con sodomizarme», aseguró la mujer ante el tribunal.

Sin embargo, la versión del acusado fue muy distinta, ya que indicó que fue la denunciante la que «tonteó» con él y la que tuvo la idea de ir a un lugar más oscuro, en concreto, a la estación de ferrocarril. «Allí se desnudó y tuvimos relaciones sexuales», explicó J.D.L, quien insistió en que fueron consentidas y que, cuando ella le pidió que parara, lo hizo. Añadió que «comenzó a sonar mi teléfono móvil y ella me dijo que parara, y nos volvimos a la discoteca». Según el relato del imputado, de vuelta a «Maty» se encontraron con varios amigos y ella se despidió de él «con un beso».

J.D.L. sostiene que la denunciante miente sobre los hechos, motivada por una amiga suya que «me la tiene jurada» porque «andaba detrás de mí» y él se casó con otra.

La mujer no denunció la violación de inmediato, sino que lo hizo varios días más tarde. Los hechos sucedieron un viernes y no fue hasta el miércoles cuando interpuso la demanda. Durante la declaración, reconoció que dos días después de lo ocurrido mantuvo relaciones sexuales con su novio sin contarle nada. Alegó que «decidí denunciar porque mis amigas me insistieron. Me veían nerviosa, extraña, y les conté lo que me había pasado. Por eso fui a la Guardia Civil a poner una denuncia». Una amiga suya que declaró como testigo en la vista oral indicó que «fuimos al cuartel el lunes, pero estaba cerrado. El martes llegamos a las dos y media de la tarde y nos dijeron que era muy tarde y que volviéramos el miércoles».

Por estos hechos, el fiscal solicita para J.D.L. siete años de prisión y la acusación particular eleva la petición a ocho. El Ministerio Público también reclama una indemnización para la víctima de 6.000 euros y 240 más por lesiones.

DIARIO DE AROUSA, 25/01/08

EL FISCAL PIDE SIETE A�?OS PARA EL ACUSADO DE AGREDIR SEXUALMENTE A UNA COMPA�?ERA EN PONTECESURES.

Siete años de prisión, que la acusación particular eleva a ocho, es la pena que pide el fiscal para un acusado de agredir sexualmente a un compañera de trabajo a la salida de una discoteca de Pontecesures. El caso, que supuestamente se produjo en la madrugada del 29 de enero del 2005, quedó visto para sentencia.

El encausado, que negó las acusaciones, sostuvo que el primer encuentro con la víctima se produjo en la disco. Añadió que posteriormente se ausentó para acudir a un macrobotellón y que al regresar ella lo recibió con un beso. Posteriormente, siempre según su declaración, ambos mantuvieron una relación sexual consentida que habría sido interrumpida por una llamada al teléfono de la víctima. Apuntó que regresaron juntos a la sala y que ella se había despedido con un beso que pudieron ver varios familiares. El abogado instó su libre absolución.

Por su parte, la joven relató, oculta tras un biombo, que el acusado comenzó a besarla y a echarla hacia atrás, hasta que, en un momento dado, se cayó y él supuestamente quedó encima de ella. Entre lágrimas, aseguró que su compañero le quitó la ropa y la agredió sexualmente, al tiempo que manifestó que no había huido porque estaba acorralada. Sostuvo que, dos días después, mantuvo relaciones sexuales con su novio y que había tardado en denunciar lo ocurrido después de que unas amigas le insistieran.

LA VOZ DE GALICIA, 25/01/08