Un pequeño tornado causó numerosos destrozos en el lugar de Casaldeirigo.

Publicado por Luis Angel Sabariz Rolán en

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El tornado tiró algunas vallas, árboles y se llevó parte del tejado de una casa.
Un pequeño tornado causó importantes destrozos en el lugar de Casaldeirigo, en Setecoros (Valga). Entre los desperfectos los vecinos de la zona destacaron el derribo de varias verjas, además de haber sufrido cortes de luz, partir varios árboles y arrancar parte del tejado de una casa.

Estos valgueses no daban crédito a lo que veían cuando el pasado miércoles, muy temprano, sobre las 8.30 horas, un pequeño tornado se originó de la nada provocando diversos daños en la zona. Para algunos vecinos los desperfectos que provocó tendrán una cuantía considerable, mientras que para la mayoría lo más fastidioso será el trabajo y el tiempo que deberán emplear en reparar vallas y otras cuestiones.
Y es que además del susto, los vecinos de Casaldeirigo sintieron una especie de emoción pues nunca habían visto un fenómeno meteorológico como este. Algunos comentaban que sólo lo habían visto en las películas, no obstante, la intensidad no fue, ni mucho menos, comparable.

La escasa potencia del tornado no le impidió provocar numerosos daños en poco tiempo, pues no estuvo en activo más que unos minutos aunque fueron suficientes para atemorizar a los vecinos de más edad que viven solos en sus casas, así como a los más pequeños. Y no sólo esto, los propietarios de una vivienda del lugar no se podían creer que parte del tejado de la misma saliera volando con la acción del viento, aunque ayer ya procedieron a la recolocación de las tejas necesarias. Otros no comprendían como este fenómeno meteorológico había podido partir en dos, en tan sólo un instante, un poste de hormigón de los de electricidad, aunque no estaban conectado a la red.

Los efectos aún se notaban días después en el paisaje. Muchos de los árboles plantados en las proximidades del campo de fútbol Da Saúde, aún estaban por el suelo, después de que algunos valgueses procediesen a su poda, pues con la fuerza del viento quedaron partidos y temían que cayesen encima de nadie. En esta misma línea, todos los habitantes del lugar manifestaron dar gracias porque ninguno de los objetos que salieron despedidos alcanzasen a algún familiar o a ellos mismos.

DIARIO DE AROUSA, 30/08/08


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