Un edil «bien armado» para los padroneses.
Ayer me tocaba, tirando por el Sar abajo, ir a Padrón para pasmar ante la apertura de plicas del sorteo de puestos de la Pascua 2009, fiestorro multitudinario donde los haya en el sur del área. Y allí topé con los esfuerzos de un gobierno municipal novato por sacarse de encima la herencia de varios quinquenios, e instaurar el procedimiento concursal y por subasta para que el nene se pueda comer sus garrapiñadas o echar la pota tras marearse en el tiovivo con lúdica normalidad. Pero claro, la costumbre pesa, y el edil Rodríguez Carbia tuvo que atarse los machos para domar a la masa.
Porque sí, obviando la pulcritud antisexista y el lenguaje políticamente correcto, hay que tenerlos recauchutados de metacrilato para, con sólo dos municipales en la puerta, mandar callarse la boca a una masa de medio centenar de feriantes, gremio tan respetable como secularmente aguerrido, e imponer el procedimiento que marca la norma, sea esta justa o no.
Del otro lado, uno de los profesionales de la diversión verbenera que tomaba la palabra para quejarse por no poder llevar, como asegura lleva haciendo los últimos 20 años, su atracción de ponis. Vale que la ordenanza prohibe los puestos con animales, suponemos que por higiene o para evitar su explotación, pero a ver quién me explica cómo se come eso junto a una corrida bovina y el raid de burros.
EL CORREO GALLEGO, 12/03/09
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