Un valgués receptor de un riñón anima a donar los órganos.
Reclama más facilidades para que todos los interesados se hagan donantes
Manolo Blanco, empresario de Valga, es donante de toda la vida, y fue precisamente ejerciendo el altruismo como se enteró de que tenía problemas en el riñón. «Foi no ano 1992. Estaba traballando en Santiago é fun doar sangue, como facía sempre, e dixéronme que tiña a tensión moi alta, que tiña que facerme unha analítica». En los análisis de orina le salían pérdidas de sangre, y empezó a ir de médico en médico. Con todo, no le dieron con la causa real del problema hasta diez años después, cuando estaba en Canarias y le hicieron una biopsia renal para certificar que todas las complicaciones de salud que padecía tenían su origen en el riñón.
Ese descubrimiento le obligó a cambiar sus hábitos y a hacer un segumiento de la enfermedad. Volvió para Galicia y se puso en manos de los especialistas. «Os médicos dixéronme que non se estabilizaba, que seguía tendo perdas de sangue, que un dos riles se estaba achicando e o outro estaba ao 45%. Consulteino con outros médicos e decidimos que fixera a diálese».
Manolo lo llevó con calma y paciencia. A la vez que lo pusieron en lista de espera para recibir un trasplante, empezó el tratamiento en septiembre del año pasado, haciéndose la diálisis en su casa, lo que le obligaba a invertir dos horas diarias. «Levantábame, pesábame, tomaba a tensión, facía o vaciado, todo iso me levaba 45 minutos, e logo pola noite aínda era máis complicado, tiña que facer as curas, levar con bicarbonato sódico… Unha hora, aproximadamente».
En Semana Santa estaba pasando las vacaciones en Portugal. «O día 11 soou o teléfono; había un doante. Un varón de 40 anos, 80 kilos». Manolo volvió de inmediato. Fueron cinco horas de quirófano y once días de recuperación en el hospital. Luego, regresó a casa, donde se recupera desde entonces. «Atópome ben, aínda que noto que teño no corpo algo que non é meu. Supoño que será a falla de costume».
Manolo Blanco quiso aprovechar este periodo de convalecencia para abrir una reflexión sobre los trasplantes y animar a la gente a que se haga donante. «Non o digo por mín, que non estaba tan mal, pero non sabedes os casos graves que vin no hospital, esa xente agarda por un órgano para vivir».
También anima a las autoridades a poner facilidades a la población. «Na familia somos case todos doantes, pero tivemos que coller os papeis na farmacia; o lóxico sería que nos centros de saúde xa se animara á xente a solicitar a tarxeta».
LA VOZ DE GALICIA, 30/04/09
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