Ravella no sabe a qué tren subir.
Los grupos municipales abren una ronda de reuniones para obtener más información sobre la alta velocidad y las cercanías
La corporación municipal de Vilagarcía se dio cuenta de que el debate del tren de cercanías es demasiado importante como para reducirlo a un motivo de confrontación. Por eso la semana pasada acordaron retirar del orden del día tanto la moción presentada por el gobierno local como la del PP. Tal y como estaban redactadas eran irreconciliables, porque los populares solicitaban la participación activa del Concello en la comisión a favor del tren de proximidad, mientras que la del PSOE y BNG se postulaba por desmantelar la vieja vía a su paso por el municipio, algo que todavía ayer seguían defendiendo.
El acuerdo al que se llegó fue abrir una ronda de contactos para que todos los grupos políticos tuviesen la máxima información tanto sobre la alta velocidad como sobre el proyecto de cercanías. Además, habrá reuniones con los vecinos afectados y con entidades como Amigos del Ferrocarril. Fue lo que se acordó en la primera reunión de los portavoces, celebrada ayer.
Terrenos apetecibles
Vilagarcía siempre tuvo una relación de amor-odio con la vía del ferrocarril, pese a ser la primera línea que se puso en marcha en Galicia. Los constructores lamentaron muchas veces que la vía del tren dividiese el municipio e impedían el desarrollo de la ciudad hacia el interior. Algo parecido piensan los vecinos de Bamio, cuyas propiedades se encuentran hipotecadas y encorsetadas por los raíles.
En defensa de los vecinos de Bamio y de sus votos surgió la idea de crear una senda verde en cuanto se levantasen las viejas vías. Pero el domingo, el ministro de Fomento se comprometió en Catoira a mantener el trazado como alternativa a la alta velocidad. La iniciativa echaría por tierra otro proyecto de sus colegas socialistas en Vilagarcía; aprovechar esa línea para hacer un nuevo vial que aliviase el tráfico por Rosalía de Castro.
Claro, que tan complicado debate permite plantear algunas preguntas que de momento quedarán sin respuesta: ¿No se aliviaría ya el tráfico en Rosalía de Castro si se le facilitase a los viajeros coger el tren en lugar del coche? ¿Es lógico que un proyecto tan ambicioso como el futuro del tren se pare por afectar a un par de fincas? ¿Alguna vez se dejó de hacer una carretera por que hubiese que expropiar?
Y ni siquiera hay que plantearse una inversión millonaria para crear una nueva línea. El trazado ya existe. ¿No sería más prudente esperar cinco años a ver si funciona? Si luego es un fracaso y nadie coge ese tren, tiempo sobrará para levantar las vías.
LA VOZ DE GALICIA, 06/08/09
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