Qué fue de Beatriz Porrúa: Del escenario de OT a los del CDG.

Publicado por Luis Angel Sabariz Rolán en

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Seis años después de su paso por la academia musical televisiva, la joven cesureña compagina la canción con el teatro y acaba de licenciarse en Arte Dramático

Operación Triunfo no sirvió para impulsarla de forma fulgurante al estrellato, pero sí le demostró que debía buscar su camino profesional sobre los escenarios. De su entrada en la academia televisiva se cumplirán dentro de pocos días seis años, que Beatriz Porrúa ha aprovechado para estudiar Arte Dramático y para lanzar tres discos al mercado.
En el año 2003, con solo 19 años, Bea entró a formar parte de la nómina de concursantes de la tercera edición de OT, un formato televisivo en el que un puñado de jóvenes compiten por demostrar su talento musical. Su paso por el programa revolucionaba a su localidad natal, Pontecesures, y a toda la comarca. Las calles se llenaron de carteles con su foto y la Asociación para o Desenvolvemento Rural de Ulla-Umia creaba una página web para impulsar el apoyo a la joven promesa de la canción. Desde el Concello cesureño se lanzaban mensajes animando a los vecinos a votar para lograr su permanencia en el concurso, e incluso se llegó a celebrar un pleno extraordinario en el que se aprobaron medidas destinadas a garantizar su estancia en la escuela musical. La Beatrizmanía llegaba hasta Vilagarcía, donde se creaba un club de fans de Beatriz Porrúa. Según fue avanzando su permanencia en el concurso, incluso se llegaron a fletar autobuses a Barcelona para verla actuar en directo en el plató.
Sus tres meses de estancia en el programa le granjearon el cariño del público, que llegó incluso a convertirla en favorita en una ocasión. Pero la mala pata se cruzó en su camino en forma de una lesión en el peroné. Su voz no se resentiría del golpe, pero sí su presencia escénica, así que los responsables del programa tomaron la controvertida decisión de expulsarla del concurso. Se fue sin ver a Bisbal, que entonces era una de sus ilusiones, pero se encontró con unos vecinos que la recibieron como a una estrella e incluso le prepararon una fiesta homenaje en una discoteca de la localidad.
De Medicina a Arte Dramático
Después de esos momentos de gloria llegaron otros más pausados que Beatriz aprovechó para formarse. Antes de entrar en OT le hubiese gustado estudiar Medicina, pero en realidad se matriculó y se diplomó en Administración y Gestión. Con todo, una vez inoculada en sus venas la adrenalina de un escenario, decidió dar el impulso definitivo y licenciarse en lo que siempre había deseado, Arte Dramático, carrera que acaba de finalizar en Vigo.
A sus 24 años, Beatriz analiza con madurez su paso por OT. ¿Le ha ayudado su estancia en la Academia? «Depende como se mire. Lo tengo como algo positivo entre comillas porque yo entré allí por casualidad, porque nunca había cantado, y me sirvió para darme cuenta de que sí podía hacer esto y no solo cantar en mi casa». Esa etapa supone una experiencia más en su trayectoria, «ni maravillosa ni terrible», pero la joven cesureña lo tiene claro: «Mi vida no se quedó hace seis años allí». Sobre su polémica eliminación asegura que le dio igual. Aprendió mucho en la academia, pero no sufrió a la hora de abandonarla, porque, al fin y al cabo, «la vida sigue y mis padres me quieren igual».
Pero su salida de OT no significa tampoco que haya abandonado la canción. Este verano acaba de ver la luz su tercer disco, Berce Galego , en el que reúne varios temas de la música tradicional gallega. Con él quiere homenajear a su tierra y, de un modo especial, a todos aquellos que se vieron obligados a abandonarla. ¿Significa eso que tiene intención de cruzar el charco? «Más que una intención, es una ilusión, porque tengo familia allí. Pero si no puedo ir yo, por lo menos que les llegue mi música».
Este nuevo trabajo, que tratará de promocionar a lo largo de los próximos meses, es muy diferente a los dos anteriores. «El primero no tenía pensado sacarlo, pero pensaba que lo debía. No tienen nada que ver uno con otro, pero es que me gustan muchas cosas».
Beatriz Porrúa aspira ahora a poder conjugar en su vida profesional sus dos pasiones, la canción y el teatro, porque «en Galicia se está levantando bastante lo del teatro musical». Las ganas y el trabajo corren de su cuenta puesto que tiene claro que «en la vida hay muchas puertas y lo que hay que hacer es intentar abrirlas».

LA VOZ DE GALICIA, 13/09/09


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