El enfado por el cierre de la piscina de Padrón se palpa a pie de calle.
Muchos vecinos recuerdan que el servicio ayuda a la actividad económica de la villa.
El cierre desde hace meses de la piscina municipal de Padrón no ha provocado una movilización ciudadana de protesta (todavía), pero la indignación se palpa a pie de calle y más después de que, en principio, el Concello adjudicara el servicio a una empresa que anunció como fecha de reapertura el día de ayer, aunque no fue así para enfado de muchos.
Algunos expresan ese malestar a través de las redes sociales, en algún caso en clave de humor, pero en la calle todos coinciden en que el cierre de la instalación supone no solo la pérdida de un servicio para Padrón y comarca, sino también de un reclamo para incentivar la actividad económica de la villa, una vez que ir a la piscina implicaba realizar compras u otras gestiones en la villa.
El Concello tenía previsto iniciar ayer los trámites para dar entrada a la empresa que quedó de segunda en el proceso convocado, después de que la primera no se presentara a la firma del contrato, y, con ello, poder abrir la instalación cuanto antes.
El concejal delegado de área, Andrés Sanmarco, aseguró que las instalaciones de la piscina «están listas» para funcionar y que únicamente queda por adecentar la zona de unos baños y duchas, pero que quedó sin acabar a propósito debido a que, tras la reforma, hay más condensación al subir la temperatura del agua y es necesario reforzar la ventilación de la estancia.
La Voz de Galicia
0 comentarios