Dos siglos con la botica Baltar en Padrón.
Hace 200 años ya existía una farmacia en Padrón. Sí, ha leído bien: 200 años. Son los que cumple la farmacia Baltar, la segunda más antigua de Galicia según un libro del sector, fundada en el año 1816 por José Baltar Varela y que continúa abierta en la actualidad en el mismo emplazamiento. De su historia nos habla ?scar Baltar Montero, de 76 años y quinto titular de la botica, que se jubiló en diciembre del 2009 y le cedió el relevo a su hijo, actual dueño, ?scar Baltar Bescansa. Este, además, reúne dos tradiciones de farmacéuticos, Baltar y Bescansa, la última por su abuela Pilar Montero, de la familia Bescansa de Santiago.
Del fundador de la botica, ?scar Baltar padre sabe que estuvo en la sección de Farmacia del Ejército español y que se licenció en 1815. Su título cuelga de una pared de la rebotica y aún guardan un libro manuscrito con la receta de algunos compuestos. La primitiva farmacia era más pequeña y estaba situada en la casa en la que vivía el propio José Baltar, con otras dos anexas que se derribaron para construir la nueva botica, situada en la plaza del mismo nombre, Baltar.
El nuevo establecimiento fue mandado edificar por Ángel Baltar Cortés, segundo titular y sobrino del fundador. Con pocos cambios, la farmacia llegó tal y como era hasta la actualidad, con la misma mesa donde se hacían las mezclas y con la báscula para pesar, cuentan ?scar padre e hijo.
Así, en una parte está el botamen, en el que se guardaban los productos y materias vegetales para hacer las fórmulas y, en el estante más alto, los botes que son regalo de John Trulock, abuelo de Cela, a Ángel Baltar. Tanto este como el fundador de la farmacia fueron alcaldes de Padrón. A Ángel le siguió su hijo Ernesto, y así tres generaciones más: Manuel y ?scar padre e hijo. Este último es el titular desde 2009 y asegura que es «una responsabilidad, pero también un orgullo estar al frente de esta farmacia».
En dos siglos, el mundo de la botica cambió mucho, cuenta ?scar Baltar Montero, que aún recuerda como, siendo un niño, su padre y el auxiliar Luis Lamas «trabajaban con el mortero girando y girando la mano para elaborar fórmulas magistrales». Hoy estas fórmulas «son la mínima parte», dice, y, entre los cambios, señala la introducción de la informática, imprescindible para la receta electrónica. Entre las anécdotas, Baltar Montero recuerda aquel cliente que le decía que la aspirina Bayer «ya no la hacían como antes porque no le surtía efecto y había que llamar a la fábrica para que las hicieran bien». También evoca las tertulias que había todas las noches, cuando era un niño, en la botica, en las que se «hablaba de todo menos de política». Las charlas acabaron cuando llegó la televisión, pero la farmacia continuó y dos siglos después «tiene futuro», porque el relevo tiene 37 años. ?scar Baltar Bescansa, sexta generación de farmacéuticos de cuna y de sangre, es el futuro de toda una institución de 200 años.
Primera generación.
No hay constancia del día en que se abrió la farmacia, pero sí del año. Su fundador no tuvo hijos y cogió el relevo el tatarabuelo del actual titular. La farmacia siempre estuvo situada en el mismo emplazamiento y dio nombre a la plaza Baltar.
La Voz de Galicia
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