Miles de personas al año viajan gratis en tren de Catoira, Padrón y Pontecesures a Vilagarcía.
Un grupo de pasajeros salen de un tren en la estacion de Vilagarcía de Arousa.
En el año 2015 subieron al tren en la estación de Pontecesures 12.646 personas, mientras que bajaron 17.483, según los datos de Renfe. Esta gran diferencia entre las subidas y bajadas, que alcanza casi los 5.000 viajeros, refleja una de las principales problemáticas que afecta al servicio de ferrocarril en Galicia: miles de pasajeros al año viajan gratis en tren como consecuencia del cierre de estaciones y la falta de interventores. De esos 4.837 pasajeros de más que regresaron a Pontecesures muchos hicieron también el viaje de ida, pero les salió gratis. Otro dato: según Renfe durante todo 2015 apenas 81 personas utilizaron el ferrocarril para desplazarse entre Pontecesures y Catoira, una cifra a todas luces irreal, teniendo en cuenta que el tren es el medio más rápido para que las personas que no disponen de vehículo propio se muevan entre ambas localidades del Ullán. Siete minutos dura el viaje.
Cada semana se bajan en la estación de Vilagarcía decenas de personas que no han comprado billete. La mayoría llegan desde Catoira, Pontecesures o Padrón, lugares en los que la estación cerró hace años, lo que imposibilita a los usuarios adquirir los billetes en el punto de origen. Se suben al tren sin ticket y en muchas ocasiones el revisor no tiene tiempo de recorrer todo el ferrocarril en estos viajes tan cortos. En otros vehículos los comboyes no tienen conexión entre sí desde dentro del tren, por lo que el interventor solo puede pedir el billete o cobrarlo a una parte de los viajeros. E incluso hay ferrocarriles que circulan sin revisor, por lo que el descontrol de pasajeros es absoluto. «Una persona puede viajar sin pagar un duro desde Valença do Minho a Redondela y desde Redondela a A Coruña, dado que los trenes que enlazan van sin personal de intervención de forma habitual», denuncia el sindicato CGT, que calcula que Renfe deja de ingresar al mes en toda Galicia unos 10.000 euros, lo que califica como «fraude».
Esta situación, que ya es habitual desde hace tiempo, se ha «generalizado» a partir del mes de mayo debido a la puesta en circulación del nuevo servicio Avant, al que se ha destinado buena parte del personal de intervención «dejando sin revisores varios trenes de media distancia»; es decir, los que circulan por aquellos tramos de vía convencional que siguen activos. Pontecesures, Catoira y Padrón no son las únicas estaciones o apeaderos en las que no hay venta de billetes, sino que también ocurre en Redondela, Arcade, Pontevedra-Universidad, Ordes, Cerceda-Meirama y Uxes. Durante el mes de mayo fueron 103 los trenes con parada en estos lugares que circularon sin interventor, según denuncia la CGT.
Porque, incide el sindicato, la plantilla de revisores «está bajo mínimos en las dependencias de A Coruña, Vigo y Ourense, que cubren los servicios regionales». La CGT lamenta que esta falta de interventores esté afectando a la calidad del servicio, ya que «disminuye la seguridad a bordo y falta una figura de referencia para la resolución de incidencias» como informar a los pasajeros sobre enlaces o retrasos, por ejemplo. Por otra parte, los pasajeros que viajan sin pagar no están cubiertos por el seguro obligatorio, que únicamente queda garantizado con la adquisición del correspondiente billete. Son usuarios que no computan en ningún lado, algo que puede afectar incluso al mantenimiento de las estaciones. Porque las estadísticas de viajeros son determinantes para ADIF a la hora de decidir si una estación se cierra.
Servicios escasos
Al margen de este problema de falta de interventores, la CGT también advierte sobre el escaso número de trenes que prestan servicio los viernes y domingos en el corredor A Coruña-Vigo.Son días de desplazamientos masivos de estudiantes en los que los vehículos van hasta los topes, «llegando a transportar a pie a más de sesenta personas» con su equipaje. Los usuarios que más sufren esta situación son los que suben en Vilagarcía, Catoira, Pontecesures y Padrón, puesto que los trenes al llegar a estas localidades ya están repletos de personas, lo que les obliga a viajar en condiciones «precarias».
Faro de Vigo
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