Los cortafuegos evitan la tragedia en Setecoros en Valga y Coaxe en Catoira.
El fuego cercó Setecoros (Valga). En esta foto, tomada de madrugada, se observan las llamas y el humo casi encima de la iglesia.
El fuego, que en los últimos días se está cebando sobremanera con los municipios del Ullán a punto estuvo de causar alguna desgracia en Coaxe (Catoira) y Setecoros (Valga). Solo la rápida intervención de los equipos de emergencias y extinción, junto a la apertura de cortafuegos que se antojan decisivos, impidieron que las llamas alcanzaran las viviendas con las que estuvieron coqueteando durante la noche del viernes y la madrugada de ayer.
«El fuego no llegó a las casas porque abrimos cortafuegos y fuimos capaces de frenarlo; de lo contrario estaríamos hablando de algo terrible», explicaba el responsable del Grupo de Emergencias Supramunicipal (GES) de Valga.
Finalmente esas llamas que mantuvieron en vilo a decenas de familias y se habían originado en la parroquia catoirense de Dimo a las 15.22 horas del viernes se dieron por controladas a las 3.00 horas de ayer tras afectar a montes de Catoira, Valga y Caldas, de los que se llevaron 49 hectáreas de arbolado.
Junto a los vecinos, que por momentos creyeron que la tragedia era inevitable y que todo estaba perdido, intervinieron en este suceso dos agentes forestales, ocho brigadas, otros tantos helicópteros, cuatro motobombas, dos palas -las que abren los cortafuegos- y cuatro aviones anfibios.
No fue, ni mucho menos, el único incendio registrado ayer en Ullán y O Salnés, aunque bien es cierto que las llamas dieron un respiro a los arousanos, quizás porque las temperaturas descendieron sensiblemente gracias a la entrada de niebla procedente del océano.
Tanto es así que lejos de los 30 grados centígrados de días previos, o incluso más, a las cinco de la tarde de ayer las máximas eran de «solo» 23 grados en Armenteira (Meis) y 20 en Corón (Vilanova).
Aclarado esto, decir que como se explicaba anteriormente ayer se produjeron otros fuegos, aunque de pequeño calado. Es el caso del registrado en O Pousadoiro (Xiabre), muy cerca del que afectaba el lunes a Castroagudín. Se controló rápidamente, al igual que sucedió en Renza, donde ardieron las pacas de paja de una caballeriza. Hubo otros focos en la comarca, también de escasa consideración.
Faro de Vigo
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