«Cuando la gente ve lo que hacemos suele involucrarse en el proyecto».
Raúl Besada (Campaña-Pontecesures, 1959) es el responsable y fundador de la delegación gallega de Tierra de Hombres, una oenegé que opera a jóvenes africanos. Esta entidad, que nació en Suiza hace más de medio siglo, lleva desde el 2003 en la comunidad, donde además de intervenciones se realizan programas de sensibilización en centros educativos. La oenegé organiza mañana una cena benéfica en Santiago.
-¿Cuántos niños han podido operar en Galicia hasta el momento?
-Hasta el día de hoy hemos operado a 89 niños, la mayoría han sido en el Chuac de A Coruña y dos en Santiago, donde hemos empezado aún el año pasado con las intervenciones.
-¿Dónde se realizaron esas intervenciones en Santiago?
-En el grupo hospitalario La Rosaleda, concretamente en las instalaciones de La Esperanza.
-¿Por qué han expandido este proyecto a Santiago?
-La idea de operar en Santiago era extender esta iniciativa, ya que en A Coruña se están operando cardiopatías y aquí se están interviniendo atresias, que son malformaciones rectales. La idea es ampliar el proyecto, pero es mucho más lo que se necesita que lo que se puede dar. Nuestra intención es poder atender al mayor número de niños posible.
-Dentro del conjunto de la oenegé Tierra de Hombres, ¿cómo valora el trabajo realizado hasta ahora en Galicia?
-Somos una referencia a nivel de cirugía cardíaca en Galicia. Se está destinando aquí una parte importante de los expedientes de cardiopatías.
-¿Cómo es el proceso para que un niño pueda venir a operarse aquí?
-Nosotros tenemos delegaciones en diferentes países de África. El inicio del expediente para que puedan venir se produce allí, sobre todo a través del boca a boca, que es algo que está muy extendido. Suele darse que hay una familia con un niño enfermo y en los hospitales no les dan soluciones, pues no tienen recursos para afrontar una operación de esas características; entonces hay gente que les recomiendan que se pongan en contacto con nosotros. Aunque parezca mentira, son países con una cultura oral muy extendida y se acaba corriendo la voz. Una vez realizado el expediente, este es entregado a un coordinador médico en Suiza, que se encarga de derivar al paciente al mejor centro. Una vez el médico local dé su visto bueno, comienza lo que llamamos El viaje hacia la vida y preparamos todo el papeleo y buscamos una familia de acogida.
-¿Tienen algún niño esperando para ser operado en la actualidad?
-Tenemos un niño que ingresó la semana pasada y se operará en A Coruña, probablemente la semana que viene. También tenemos una niña de nueve meses en Santiago, que ya recibió una primera intervención y está a la espera de la segunda, ya que en las atresias se practican dos operaciones.
-¿Qué supone una cena como la del viernes para su oenegé?
-Es la primera cena benéfica que hacemos en Santiago y tiene tres objetivos. El primero sería recaudar fondos y así continuar con el proyecto. Otro incentivo sería la búsqueda de familias de acogida, pues suele venir gente que no conoce nuestra iniciativa y tenemos la oportunidad mostrársela. El último objetivo sería compartir la experiencia y relajarnos nosotros mismos.
-¿Cree que la ciudad se implicará en esta iniciativa?
-Tenemos la dificultad de que es un proyecto poco conocido. Cuando la gente ve lo que hacemos, suele involucrarse.
La Voz de Galicia
0 comentarios